Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
4 V. Hoy fui a ver un momento a la Madre General y le pregunté: Querida Madre, ¿ha tenido usted alguna inspiración en la cuestión referente a mi salida del convento? La Madre General me contestó: Hasta ahora siempre la retenía, hermana, pero ahora le dejo toda la libertad. Si usted quiere, puede dejar la Congregación o si usted prefiere, puede quedarse. Entonces le contesté: Está bien. Pensé que iba a escribir inmediatamente al Santo Padre pidiendo la dispensa de mis votos. Al salir del encuentro con la Madre General, unas tinieblas bajaron a mi alma como antes. Es una cosa extraña que cada vez que pido el permiso de salir, mi alma queda envuelta de esas tinieblas y siento como si estuviera dejada a mí misma. Cuando estaba en esa angustia espiritual, decidí ir en seguida con la Madre y contarle mi extraño tormento y mi lucha. La Madre me contestó que esta salida mía era una tentación. Tras un rato de conversación he sentido alivio, sin embargo las tinieblas perduraron. “La Divina Misericordia es bella y debe ser una obra de Dios verdaderamente grande si Satanás se le opone tanto y quiere destruirla.” Son las palabras de la querida Madre General.
Reflexión: La Madre General
Hoy fui a ver a la madre general, querida madre: ¿Ha tenido usted alguna inspiración referente a mi salida del convento? Decía San Antonio, si es posible no ha de dar paso el religioso ni se ha de mover y que no de cuenta de ello, al superior, para que vaya nivelado por la obediencia.
Las tentaciones se han de descubrir y contar a la superiora, de esta manera no podrá el demonio, engañar con sus argucias y tentaciones. El demonio desea que nuestras tentaciones no sean descubiertas, de esta manera el alma pelea a solas con él. ¡Ay del alma que no tiene quien le ayude, para que no caiga, ni quién le de la mano para que se levante! ¡No hay cosa que tanto tema el demonio y que le pese más que ser descubierto! Otra tentación del demonio, es impedir que consulte al superior por cosas pequeñas, que es una vergüenza. ¿Por qué es necesario? 1. El que busca la perfección, no ha de esperar a que la cosa se agrave; mucho edifica, acudir al superior aún en cosas menudas. 2. Algunas veces, no es tan pequeña la cosa, como a uno le parece, sino que la vergüenza que siente al decirle le hace buscar razones para creer que no tiene importancia contarla. Esto es una mala señal y tentación del demonio. 3. Otra tentación para algunos que no acuden al superior, que les parece que caerían pesados y se enfadarían con esas cosas y con ese engaño dejarían de acudir al Superior. Es un engaño grande porque ese es el oficio del Superior.
Un Superior es pastor y tiene a cargo almas y responde por ellas. Dios no bendice a una comunidad cuyos miembros no son sencillos con su superior. Dios no bendice a los religiosos que están contra el superior en las cosas que son de su deber y de su cargo.
Obedeced a los superiores con sencillez, sin adularlos. Desearte un lindo día, el Señor de la Misericordia te conceda la docilidad a tu director espiritual, a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y proteja.
Santa Faustina: Ruega por nosotros.
Amén
Dr. Victor Arce.