Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
1032 29 IX [1937]. Hoy Comprendí muchos misterios de Dios.
Supe que la santa Comunión perdura en mi hasta la siguiente santa comunión. La presencia de Dios, viva y sensible, dura en mi alma, este conocimiento me sumerge en un profundo recogimiento sin ningún esfuerzo de mi parte. Mi corazón es un tabernáculo viviente en el cual se conserva la hostia viva. Nunca he buscado a Dios lejos, sino dentro de mí; en la profundidad de mi propio ser convivo con mi Dios.
1303 oh Dios Mío, a pesar de todas las gracias añoro
Continuamente la eterna unión con Dios; cuanto más lo
Conozco, tanto más ardientemente lo deseo.
Reflexión: La Eucaristía, centro del corazón
29 IX [1937]. Hoy Comprendí muchos misterios de Dios.
Supe que la santa Comunión perdura en mi hasta la siguiente santa comunión. Mi corazón es un tabernáculo viviente en el cual se conserva la hostia viva.
El corazón del hombre necesita algo que sea centro de sus afectos y expansiones.
Jesús en el santísimo sacramento, quiere ser el centro de todos los corazones y nos dice: “Permaneced en mi amor, permaneced en mí”.
¿Qué significa permaneced en el Señor? Significa hacer de este amor de Jesús en el centro de nuestra vida. Debemos referir nuestra felicidad y alegría a nuestro Señor. Quiere decir que la Eucaristía debe ser el centro de nuestros deseos. Quiere decir que vivamos la Eucaristía, nos sirve de guía de. ¿y por qué Jesús Eucaristía no es mi centro? No lo es porque todavía no es el yo de mi yo, porque no estoy bajo su dominio, ni sigo las inspiraciones, porque abrigo deseos que están en pugna con sus deseos, porque ¡Jesús no lo es todo en mí! ¿Qué debo hacer entonces? Colocarme en este centro, en el corazón de la eucaristía y permanecerme en él, para ofrecerle el homenaje de cada una de mis acciones. Permanecer en el señor por un sentimiento de amor dispuesto a cumplir su santa voluntad. El centro de la eucaristía es invisible y sin embargo es verdadero, muy vivo y nutritivo. Su estado es espiritual, atrae al alma espiritualmente. ¿Cuál es en efecto la vida de Jesús en el santísimo sacramento? Es una vida por completo oculta, totalmente interior. De la hostia fluyen todas las gracias, y desde ella santifica Jesús al mando “aquel que come mi carne, permanece en mí y yo en él”.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda que la eucaristía sea el centro de tu corazón a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros. Amén.
Dr. Víctor Arce.
