Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
13 VII 1937. Hoy Jesús me explicó sobre cómo relacionarme con una de las hermanas que me había preguntado por muchas cosas espirituales en las cuales tenía dudas. Pero, en realidad, no era esto lo que le interesaba sino que quería averiguar mi opinión sobre esta cuestión, para tener algo para comentar sobre mí a otras hermanas. Oh, si al menos hubiera repetido las mismas palabras que yo le había dicho, sin alterarlas ni agregar. Jesús me había avisado sobre esta alma. Decidí rogar por ella, ya que solamente la oración puede iluminarla.
Reflexión: La Delicadeza
13 – VII – 1987. Hoy, Jesús me explicó como relacionarme con una de las hermanas que me había preguntado cosas espirituales en las cuales tenía dudas, ¿Sabes lo que es la delicadeza? Pues es el corazón del amor. Y si no son delicados para con Dios, no tienes corazón. Consiste la delicadeza, en no permitir nada que ofenda a Dios, en abstenerse de todo lo que tenga apariencia de pecado. La delicadeza es honra de la posición y de la vida y se la guarda por respeto hacia Dios para honor de su servicio. Dejarla de sentir equivale a haber uno perdido el sentimiento del honor.
Nuestro Señor, dijo que tendríamos que dar cuenta hasta de una palabra ociosa o inútil. Si una inutilidad es motivo de juicio, imagina si puedes, los pecados de pereza, sensualidad y amor propio que hayas cometido. Preciso, será sin embargo, reconocerlos en el Purgatorio y expiar hasta el último. Seamos por tanto, muy delicados, ante las menores faltas, sobre todo las cosas que atañen a la conciencia y a la regla. Tengamos sumo cuidado que los que dejan la vocación por crímenes, comienzan por cosas de nada.
¿Quieres ir al Paraíso? Pues, sean puros de todo pecado mortal. Y añado también: ser puros de todo pecado venial, deliberado. ¿Eres delicado en la pureza evitando hasta la apariencia de pecado, las menores ocasiones de pecado, todo aquello que de cerca o de lejos huela a pecado? Pues vas por el camino que conduce directamente al Paraíso. ¡Desgraciadamente cuántas mentiras se dicen para excusarse o encubrir las propias faltas!
¡Cuántos pecados contra el prójimo! Son pecados que Dios perdona con mayor dificultad porque son pecados sociales, contra la unidad familiar y por ellos, castiga a toda la familia. Son faltas que quebrantan las dos leyes más santas: la del amor a Dios y la ley del amor al prójimo.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda la delicadeza a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.