Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Hoy he pedido ardientemente al Señor Jesús por nuestra casa y que se digne quitar esa pequeña cruz con la cual ha visitado el convento [417].  El Señor me contestó:  Tus plegarias han sido aceptadas para otras intenciones y esa pequeña cruz no la puedo quitar hasta que conozcan lo que significa.  Yo, sin embargo, no dejé de rezar.

Reflexión: La Cruz II

Hoy he pedido ardientemente al señor Jesús por nuestra casa y que se digne quitar esa pequeña cruz con la cual ha visitado el convento. El Señor me contestó, tus plegarias han sido aceptadas para otras intenciones y esa pequeña cruz no la puedo quitar hasta que conozcas lo que significa. Hermanos, el amor a la cruz produce abundantes frutos en el alma. Nos lleva a descubrir enseguida a Jesús que nos sale al encuentro. La cruz es una oportunidad de purificación y de desprendimiento. El único dolor verdadero es alejarnos de Cristo. Es verdaderamente suave y amable con la cruz de Jesús. Ahí no cuentan las penas, solo la alegría de saberse con redentores con él. La cruz nos lleva a Jesús, nos une con Jesús y nos hace vivir de su amor. La cruz de Jesús es nuestra herencia, pero su amor es nuestra fuerza. Es preciso pasar por medio de muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios. El camino del cielo es para quienes llevan de buena gana la cruz de Jesús. El divino maestro nos visita a veces con la gracia del calvario, pero también con la fuerza de su amor. Hay que recordar que el sufrimiento viene siempre de Dios quien nos lo proporciona para nuestro mayor bien y para otorgarnos alguna gracia espiritual. La cruz no es un castigo, sino un trozo de la cruz de nuestro Señor. Que dicha es sufrir por el amor y para el amor. La vida de Jesús, dice la imitación, fue una cruz y un perfecto mortero. La cruz es fuego que purifica, que templa fuertemente a un alma en la virtud. Ella nos libra de toda servidumbre, de toda esclavitud. La cruz es el campo de batalla del amor divino. El altar del sacrificio es la mayor gloria de Dios. Leídos y meditados todas estas cosas, es necesario pasar por muchas tribulaciones para entrar en el reino de Dios. Hechos 14, 21.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda llevar su cruz con paciencia, a tí y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce