Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Oh Hostia viva, sostenme en este destierro para que pueda seguir fielmente las huellas del Salvador.  No Te pido, oh Señor, que me bajes de la cruz, sino que me permitas perseverar en ella.  Deseo ser tendida sobre la cruz como Tu, Jesús.  Deseo experimentar todos los tormentos y los dolores que Tú has sufrido, deseo beber el cáliz de la amargura hasta el fondo.

Reflexión: La cruz

No te pido, Oh Señor, que me bajes de la cruz sino que me permitas perseverar en ella. Deseo ser tendida sobre la cruz como tú, Jesús.

La Cruz no es un patíbulo de ignominia sino un trono de gloria. El Señor ha puesto la salvación del género humano en el árbol de la cruz, para que donde tuvo origen la muerte de allí resurgiera la vida y el que venció en un árbol, fuera en un árbol vencido.

La cruz nos lleva a Jesús, nos une a Jesús y nos hace vivir de su amor. La cruz es el árbol donde el alma descansa y encuentra su misericordia. Aprender a encontrar a Jesús sobre su cruz y mejor aún quedamos a sus pies.

La cruz de Jesús es nuestra herencia pero su amor es nuestra fuerza. Amar a Dios es sufrir por Él. San Pablo nos dice, es preciso pasar por medio de muchas tribulaciones para entrar en el Reino de Dios. El camino del cielo es para quienes llevan de buena gana la cruz de Jesús. El amor de Jesús es un es un crucificado, me ha amado y se ha entregado a la muerte por mí. Recuerda que la condición para seguirlo y ser su discípulo. “Es negarse a sí mismo y llevar la cruz cada día”. Toma pues tu cruz acepta las penas que el Señor, permite que te sucedan y llegarás a la vida eterna. Mira que toda la vida cristiana se resume en la cruz. La cruz es el alimento la prueba del amor divino, la regla de la perfección. La cruz es fuego que purifica, la cruz es la espada con la cual conquistamos nuestra libertad. Ni siquiera a tu enemigo al diablo le tendrás miedo si andas armado con la fe y marcado y persignado con la cruz de Cristo. El amor a la cruz produce abundantes frutos en el alma, nos lleva a descubrir a Jesús, allí no necesitan las penas, solo la alegría de saberse corredentores con Él,

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda seguir fielmente las huellas del Salvador, a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.