Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Oh Jesús mío, mi única misericordia, déjame ver en Tu rostro la alegría como señal de reconciliación conmigo, porque mi corazón no alcanzará a soportar Tu seriedad, si la prolongas todavía un momento, se me partirá de dolor.  Ves que ya estoy hecha polvo.

Reflexión: La alegría

 Oh Jesús mío mi única misericordia. Déjame ver en tu rostro la alegría como señal de reconciliación conmigo.

Qué alegría cantaban los peregrinos al aproximarse a la ciudad. Cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor”. Ya están pisando nuestros pies tus umbrales, Jerusalén. Es además imagen de la alegría que experimenta nuestro corazón cuando nos acercamos a la Sagrada Comunión.

Que alegría siente el Señor también cuando ve nuestro esfuerzo por estar bien dispuestos para recibirle en la comunión.

-San Pablo: Estad siempre alegres en el Señor, alegraos el Señor está cerca. El Señor llega siempre a nosotros en la alegría, sus misterios son todos misterios de alegría, los dolorosos los hemos provocado nosotros.

Todo es alegría en el Señor: Alégrate llena de gracia porque el Señor está contigo, le dice el Ángel a María. El magnificat, es el canto de la alegría de la Virgen: “Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi Espíritu en Dios, mi salvador”., Los niños se acercaban a Jesús y todos se alegraban viendo las maravillas que hacía.

Los apóstoles se alegraron viendo al Señor resucitado. Nuestro Padre Dios hizo una fiesta porque su hijo está perdido y lo hemos encontrado, estaba muerto y ha vuelto a la vida. Hay más alegría en el cielo por uno que se convierta que novena y nueve justos. Dios es un Dios alegre. La alegría del mundo es pobre y pasajera, la alegría del cristiano es profunda lleva su gozo, en sí mismo porque encuentra a Dios en su alma en gracia. “Yo os daré un alegría que nadie os podrá quitar”, ha prometido el Señor, él es la fuente permanente de su alegría…

La verdadera alegría es la del Espíritu, que consiste en el conocimiento sereno de la verdad. Dios es el único principio de la alegría, que fuera de Él no existe.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda la alegría, a ti y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce