Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Al salir del jardín veo cómo todo respira la alegría de la primavera. Los árboles en flor emanan un perfume embriagante; todo pulsa de alegría y los pajaritos, cantando y gorjeando, adoran a Dios y me dicen: Alégrate y goza, Sor Faustina, y mi alma está en las tinieblas y en el tormento. Mi alma es muy sensible al susurro de la gracia, sabe hablar con todo lo que está creado y lo que me rodea y sé por qué Dios ha adornado así la tierra…. Pero mi corazón no puede regocijarse, porque el Amado se ha ocultado y no descansaré hasta encontrarlo… No sé vivir sin Dios, pero siento que tampoco Dios puede ser feliz sin mí, aunque Él se basta a Sí Mismo absolutamente…
Reflexión: La alegría
Al salir al jardín veo como todo respira la alegría de la primavera, los pajaritos cantando adoran a Dios y me dicen: Alégrate y goza, sor Faustina. – “Yo os daré una alegría que nadie os podrá quitar”: San Pablo nos dice: Estad siempre alegres en el Señor. La verdadera alegría es la del Espíritu, que consiste en el conocimiento de la verdad. La alegría surge de un corazón que se siente amado por Dios y corresponde a ese amor.
En el Magnificat: “Proclama mi alma, la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador”. El alma conoce la alegría y la felicidad espirituales cuando su espíritu entra en comunión con Dios; porque la alegría es espiritual. La filiación divina de sentirnos hijos de Dios, es el fundamento de la paz y de la alegría del cristiano, que debe ser un hombre esencialmente alegre y lo será si el Señor está verdaderamente presente en su vida. “Alégrate, llena de gracia porque el Señor está contigo”, le dice el Arcángel a María.
En la confesión experimentamos la alegría del perdón de Dios. “Porque este hijo que había muerto ha vuelto a la vida, se había perdido y ha sido hallado”. Tal es la alegría entre los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente.
La Resurrección: Cristo vive y esto nos colma de alegría, el corazón. La Pascua es la fiesta de nuestra redención y por tanto, acción de gracias.
La alegría es esencial en el apostolado con la seguridad de ser portadores de la Buena Nueva para extender el reino de Dios.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te colme de la alegría espiritual a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina: Ruega por nosotros.
Amén
Dr. Victor Arce.