Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Hoy el Señor me dijo: Hija Mía, deleite y complacencia Mía, nada Me detendrá en concederte gracias. Tu miseria no es un obstáculo para Mi misericordia. Hija Mía, escribe que cuanto más grande es la miseria de un alma tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia e invita a todas las almas a confiar en el inconcebible abismo de Mi misericordia, porque deseo salvarlas a todas. En la cruz, la fuente de Mi Misericordia fue abierta de par en par por la lanza para todas las almas, no he excluido a ninguna.
Reflexión: La actitud de Confianza
Hija mía, escribe que cuanto más grave es la miseria de un alma, tanto más grande es el derecho que tiene a mi misericordia e invita a todas las almas a confiar en el inconcebible abismo de mi misericordia.
Jesús le dice a Sta. Faustina: Tú debes ser la primera en distinguirte por la confianza en mi misericordia. Tu empeño debe ser la total confianza en mi bondad. Me hago dependiente de tu confianza; si tu confianza es grande, mi generosidad no conocerá límites. “El alma que confía en mi misericordia es la más feliz porque yo mismo tengo cuidado de ella”. Le ofrezco mi confianza y le doy todo lo que pide. La fuerza de la confianza en Dios: Por mí mismo nada puedo en orden a la salvación, sin Jesús no puedo hacer cosa alguna que sea grata a Dios y meritoria para la vida eterna. Con su gracia lo puedo todo, entonces la confianza en Dios da la medida de mi fuerza y de mi santidad. Tened confianza en su amor. Porque cuanto es mayor nuestro amor y nuestra confianza tanto más fuertes serán en el corazón de Dios. Debemos tener confianza en Jesús aún en nuestros desalientos, aun cuando nuestro cuerpo o nuestro espíritu estén reducidos a la impotencia. Decid entonces: No me apoyo en mí mismo, Dios mío, sino en Ti, en ti todo lo puedo, si me ayudas.
Si das este paso, orando e invocando, viene Dios, da alas de amor, y verás cómo vuelas en libertad y gracia. Nuestro Señor es rico en misericordia, debemos ir a Él con confianza, ejercitarnos en ella, confiar siempre en Él y desconfiar de nosotros. Entonces diremos como San Pablo: “Todo lo puedo en quien me fortalece”. No guardar la tentación contra la confianza en Dios, confesarlo, ya que daña y engendra tristeza.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda la confianza en Él a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.