Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

El Señor Jesús defiende mucho a Sus sustitutos en la tierra.  Está muy unido a ellos y me ordena anteponer la opinión de ellos a la Suya.  Conocí la gran familiaridad que hay entre ellos, entre Jesús y el sacerdote.  Lo que dice el sacerdote, Jesús lo defiende y muchas veces se conforma a sus deseos, y a veces hace depender de la opinión [del sacerdote] sus propias relaciones con un alma.  Conocí esto muy bien en las gracias particulares, hasta qué punto has compartido con ellos el poder y el misterio, oh Jesús, más que con los ángeles.  Me alegro de ello porque todo es para mi bien.

Reflexión: Jesús y el sacerdote

El Señor Jesús defiende mucho a sus sustitutos en la Tierra. Está muy unido a ellos y me ordena anteponer la opinión de ellos a la suya. Conoce la gran familiaridad que hay entre ellos, entre Jesús y el sacerdote.

Por voluntad divina de entre los fieles, el sacerdote es llamado mediante el sacramento del Orden, a ejercer el Sacerdocio ministerial constituyéndose en instrumento de Jesucristo al que presta todo su ser para llevar a todos la gracia de la Redención, es el instrumento vivo de Cristo en el mundo, presta a Ntro. Señor, la voz, las manos y todo su ser. Jesús, reviste de su cuerpo al sacerdote; es otro Cristo. De Él se alimenta y su voluntad es la de Jesucristo. ¿Por qué un sacerdote nos inspira a primera vista un religioso respeto? Porque en ellos reconocemos a Jesucristo.

El  sacerdote tiene una misión salvadora y para llevarla a cabo, necesita autoridad moral, que la obtiene en la comunión y sólo de ella. Un sacerdote que rara vez dice misa, tiene su misión como los demás, pero nunca tendrá la autoridad propia de su misión. El sacerdocio engendra almas a la gracia y para la vida eterna. Posee las llaves del cielo y del infierno; tiene poder para perdonar los pecados. El sacerdote procede de Jesucristo, es completamente para Él. Ese es el fin del sacerdote y el servicio de Jesucristo exige tres cosas: la primera, estar libre del mundo, no se puede servir a dos señores a la vez, es estar muerto para el mundo. La segunda cualidad del sacerdote, es estar consagrado exclusivamente, al servicio personal de Jesucristo, al cumplimiento de su santa voluntad y de los deberes del sacerdocio. La tercera cualidad es abnegarse por completo por la gloria del Señor, renunciando y sacrificando la propia gloria. Debe vivir del espíritu de Jesús: de amor y verdad.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda amar al sacerdote, a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.