Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

19 II 1937.  La unión con los agonizantes.  Me piden oraciones; puedo rezar, el Señor me ha dado misteriosamente el espíritu de la plegaria, estoy continuamente unida a Él.  Siento plenamente que vivo por las almas, para conducirlas a Tu misericordia, oh Señor; para tal fin ningún sacrificio es demasiado pequeño.

Hoy me enteré de la muerte de una de nuestras hermanas que falleció en Plock, pero vino a verme antes de que me anunciaran su muerte.

Reflexión: Instrumentos de Dios

Santa Faustina nos hace reflexionar que el Señor quiere servirse de nosotras. Somos instrumentos de Dios, de los que Dios se sirve para la salvación de las almas. Somos buenos instrumentos cuando el hombre es humilde y se une a Dios por la oración. En el apostolado, para ser instrumentos, tenemos que hacerlo como si todo dependiera de nosotros. A la vez recurrimos al Señor como si todo dependiera de Él, así hicieron los santos. No olvidar que somos siervos inútiles incapaces de llevar a cabo, lo que nuestro Padre nos ha encargado si Él no nos da su ayuda. Para ser instrumentos, Jesús nos pide fe, obediencia, audacia y hacer siempre lo que esté en nuestras manos, a pesar de las dificultades con los casos de Dios siempre hay fruto, el Señor bendice nuestros esfuerzos y los multiplica. Con nuestra lógica 2 + 2 = 4, no olvides nunca que en lo divino hay otra suma: Dios + 2 + 2… Nuestra seguridad al trabajar por Dios se fundamenta en que Él no nos abandona. Para ser instrumentos de Dios necesitamos frecuentemente escuchar su palabra, escribía San Agustín: “Debemos oír el evangelio como si el Señor estuviera presente y nos hablase”. Sólo se ama a quién se conoce. Confiando en Dios las cosas resultan fáciles, sobrepasan el límite de la imaginación.

Santa Faustina, humilde sierva de Jesús, Misericordia encarnada: Ruega por nosotros. Desearte un lindo día, rezando la coronilla por un alma en agonía.

Dios te bendiga y proteja a ti y a tu familia.

Amén.

Dr. Victor Arce.