Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

4 IV 1937.  Domingo in Albis, es decir, la Fiesta de la Misericordia. Por la mañana, después de la Santa Comunión mi alma ha sido sumergida en la divinidad; estaba unida a las Tres Personas Divinas en tal modo que cuando estaba unida a Jesús, a la vez estaba unida al Padre y al Espíritu Santo. Mi alma estaba inundada de una alegría inconcebible y el Señor me ha dado a conocer todo el mar y el abismo de su misericordia insondable.

Oh, si las almas quisieran comprender cuánto Dios las ama.  Todas las comparaciones así sean las más tiernas y las más fuertes son apenas una pálida sombra frente a la realidad.

Cuando estaba unida al Señor, he conocido cuán numerosas son las almas que adoran la Divina Misericordia.

Reflexión: Inhabitación de la Santísima Trinidad

Mi alma ha sido sumergida en la Divinidad estaba unida a las tres personas divinas. El Señor revela que no solo Él sino la misma Trinidad Beatísima estaría presente en el alma de quienes le amen. Dios Padre Hijo y Espíritu Santo habita en nuestra alma, en gracia de un modo especial mediante la gracia santificante. La gracia santificante es una realidad creada por Dios para hacernos participantes de su propia Naturaleza Divina. Existe una realidad Divina e increada. Dios uno y trino, que viene a inhabilitar en nuestra alma: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Los teólogos llaman inhabitación a esta presencia de la Santísima Trinidad. La inhabitación en nuestra alma tiene dos finalidades: 1. La Santísima Trinidad inhabita en nuestras almas para hacernos de su vida ínfima divina y transformarnos en Dios. 2. La Santísima Trinidad inhabita en nuestras almas para darnos la plena posesión de Dios y el gozo de las Divinas personas. Para este fin hemos sido creados y elevados al orden sobrenatural: para conocer y tratar y amar a Dios Padre a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo que habita en el alma en gracia. La contemplación y la alabanza a la Trinidad Santa es la sustancia de nuestra vida sobrenatural y nuestro fin.

Gloria al Padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. Amén.

Desearte un lindo día, el Señor de la Misericordia te conceda la presencia de la Santísima Trinidad a ti y a tu familia.

Santa Faustina: Ruega por nosotros.

Dios te bendiga y proteja.

Amén.

Dr. Victor Arce.