Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Hoy, durante la Santa Misa, junto a mi reclinatorio he visto al Niño Jesús que parecía tener un año, y que me pidió tomarlo en brazos. Cuando lo tomé en brazos, se estrechó a mi corazón y dijo: Estoy bien junto a tu corazón. Aunque eres tan pequeño, yo sé que eres Dios. ¿Por qué tomas el aspecto de un chiquitín para tratar conmigo? Porque quiero enseñarte la infancia espiritual. Quiero que seas muy pequeña, ya que siendo pequeñita te llevo junto a Mi Corazón así como tú Me tienes en este momento junto a tu corazón. En ese momento me quedé sola, pero nadie podrá comprender lo que sentía mi alma, estaba toda sumergida en Dios como una esponja arrojada en el mar.
Reflexión: Infancia espiritual
¿Por qué tomas el aspecto de un chiquitín para tratar conmigo? Porque quiero enseñarte la infancia espiritual. Quiero que seas muy pequeña, yo siendo pequeñita te llevo junto a mi corazón.
“Dejad que los niños se acerquen a mí y no se lo impidáis, porque de estos es el Reino de Dios”. En verdad os digo: quien no recibe el Reino de Dios como un niño, no entrará en él y abrazándolos los bendecía, imponiéndoles las manos.
Es necesario hacerse como un niño para entrar en el Reino de los Cielos. Si no os convertís y os hacéis como los niños no entraréis en el Reino de los Cielos. El Señor ve la inocencia y la sencillez. Ve en los niños rasgos y actitudes esenciales para alcanzar el cielo. El niño carece de todo sentimiento de suficiencia. Jesús nos enseña en este día el camino de la Infancia espiritual, para fue nos abramos del todo a Dios y seamos eficaces en el apostolado.
El niño necesita constantemente de sus padres, así debe ser el cristiano delante de su Padre Dios: un ser que es todo necesidad, el niño vive con plenitud el presente y nada más. Esta vida de infancia es posible si tenemos enraizada nuestra conciencia de hijos de Dios. El camino de infancia espiritual lleva consigo un trato de una confianza sin límites en Dios, Nuestro Padre. Se llaman niños comenta San Juan Crisóstomo; no por su edad, sino por la sencillez de su corazón. La consecuencia de la vida de la infancia es la docilidad, Es dócil quien está dispuesto y preparado a ser enseñado, así debe ser el cristiano ante los misterios de Dios. Aprendamos a ser niños delante de Dios, y todo eso lo aprendemos tratando a María.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda la infancia espiritual, a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.