Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Hoy el Señor me dijo: Exijo de ti un sacrificio perfecto y en holocausto, el sacrificio de la voluntad; ningún otro sacrificio es comparable a éste, Yo Mismo dirijo tu vida y dispongo todo de manera que seas para Mí una ofrenda continua y hagas siempre Mi voluntad, y para completar esta ofrenda te unirás a Mí en la cruz. Conozco tus posibilidades. Yo Mismo te ordenaré directamente muchas cosas y la posibilidad de la ejecución la retrasaré y la haré depender de los demás; aquello que las Superioras no podrán alcanzar, lo completaré directamente Yo Mismo en tu alma y en el fondo más secreto de tu alma habrá un sacrificio perfecto de holocausto, y esto no por algún tiempo, sino que debes saber, hija Mía, que este sacrificio durará hasta la muerte. Pero vendrá el tiempo en que Yo, el Señor, cumpliré todos tus deseos tengo en ti Mi complacencia como en una Hostia viva, no te espantes de nada, Yo estoy contigo.
Reflexión: Hacer mi voluntad
Santa Faustina en su diario: La Misericordia en mi Alma, nos hace reflexionar la importancia de hacer su voluntad. En otro pasaje de su diario, el Señor le dice: El alma más perfecta y santa es aquella que cumple la voluntad de Dios. El Señor nos recuerda en el evangelio: “No todo el que dice Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que cumple la voluntad del Padre que está en los Cielos”, aquí está la fuente de serenidad y de paz en nuestra alma, es la cima de toda su santidad. Hacer su voluntad es donde demostramos nuestro amor a Dios y el grado de Unión con Él. Del libro de Tomas Kempis: Hijo, cuando ores debes decir así: Si es tu voluntad concédeme esto, si esto ha de ser para honra tuya que suceda. Pero si ves que me hace daño y que no me ayudará para la salvación de mi alma, quítame del corazón este deseo. ¿Cuándo estoy haciendo la voluntad de Dios? Cuando cumplo sus mandamientos, ejercito las bienaventuranzas, medito su palabra, hago oración, frecuento los sacramentos y confío en Él. Cuando nos cueste hacer la voluntad de Dios repitamos: Padre mío si es de tu agrado aleja de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad sino la tuya. “Por su dolorosa Pasión, Ten Misericordia de nosotros y del mundo entero”. Desearte un lindo día, ¡Qué Dios te bendiga y proteja a ti y a toda tu familia! Amén.
Dr. Victor Arce.