Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Cuando el alma permanece en las sombras del Huerto de los Olivos, Solitaria entre la amargura y el dolor, se eleva a la altura de Jesús, y aunque beba continuamente la amargura, no está triste.
Cuando el alma cumple la voluntad del Altísimo, así sea entre continuos dolores y torturas, acercando los labios al cáliz que le entregan, se vuelve firme y nada la intimida.
Aunque esté atormentada, repite: hágase Tu voluntad,
Espera con paciencia el momento en que será transformada,
Ya que, aunque en las tinieblas más oscuras, oye la voz de Jesús: Tú eres mía, y lo conocerá en toda la plenitud cuando caiga el velo.
Reflexión: Getsemaní
Cuando el alma permanece en las sombras del Huerto de Los Olivos, solitaria entre la amargura y el dolor. Después de la última cena, Jesús y los apóstoles se dirigen al Huerto de Los Olivos llamado Getsemaní para dar inicio a su Santísima Pasión. Llama a Pedro a Santiago y Juan, y a ti también y les dice: “Mi alma está triste hasta la muerte y cae abatido”, se postró rostro en tierra. El alma de Jesús sentía pavor y angustia, es tan profunda esta tristeza que hubiese sido suficiente para causarle la muerte, pero nunca será una angustia de desesperación. Padre mío le dice: “Si es posible, que pase de mí este cáliz, pero no sea como yo quiero sino como quieras tú”. “Y Jesús: Y entrando en agonía oraba con más intensidad y llega a derramar sudor de sangre”. De rodillas persevera en oración. Llora por ti y por mí, le aplasta el peso de los pecados de los hombres. La tristeza de Dios, imposible de comprenderlo sólo hay una verdad: me amó a mí y quiso sufrir por mí. Tomo Jesús mi tristeza para darme su alegría. Jesús nos dirá, velad conmigo, estad a mi lado no me dejéis solo. También hoy Jesús desea nuestra compañía y sin oración, ¡Qué difícil es acompañarle! La contemplación de esta escena de la Pasión, la oración de Jesús en Getsemaní ha fortalecido a muchos cristianos ante grandes dificultades y tribulaciones a no dejar nunca nuestra oración y hacer la voluntad de Dios.
Santa Faustina, guía en el camino de la cruz de Jesús: Ruega por nosotros.
No olvides de rezar la coronilla por un alma que está en agonía.
Dios te bendiga y proteja.
Amén.
Dr. Victor Arce.