Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
Misa de Resurrección. Antes de la Misa de resurrección me sentí tan débil que perdí la esperanza de poder participar en la procesión que se hacía en la iglesia y le dije al Señor Jesús, si Te son agradables mis oraciones, fortaléceme para ese momento para que pueda tomar parte en la procesión.
Reflexión: Fortaleza
Antes de la Misa de Resurrección me sentí tan débil que perdí la esperanza de poder participar en la procesión. Le dije al Señor Jesús, si te son agradables mis oraciones, fortaléceme para ese momento para que pueda tomar parte en la procesión. El don de fortaleza es un hábito sobrenatural que robustece al alma para practicar, por instinto del Espíritu Santo, toda clase de virtudes heroicas con invencible confianza en superar los mayores peligros o dificultades que puedan surgir. La fortaleza es una fuerza espiritual para realizar lo que Dios quiere de nosotros y para resistir con paciencia y valor las contrariedades de la vida. Esta fuerza la promete Jesús a sus discípulos. Serán revestidos de poder de lo alto. Sin el don de fortaleza no seremos capaces de aguantar en paz la dura cruz de la vida familiar y laboral. Sin el don de fortaleza no seríamos capaces de sacrificarnos para ayudar a nuestro prójimo. No seríamos capaces de resistir y vencer las tentaciones violentas e inesperadas que el demonio suele poner en nuestro camino. En la medida que somos dóciles a la acción de la gracia, podemos decir como San Pablo, todo lo puedo en aquel que me conforta. Bajo la acción del Espíritu Santo, el cristiano se siente capaz de las acciones más difíciles y de soportar las pruebas más duras por amar a Dios. Si dejamos que el paráclito tome posesión de nuestra vida, nuestra seguridad no tendrá límites. El espíritu de fortaleza proporciona al alma una energía renovada ante los obstáculos internos o externos. El don de fortaleza no suprime la flaqueza propia de la naturaleza humana, el temor al peligro, el miedo al dolor, a la fatiga. Todo esto lo supera gracias al amor. Necesitamos fortaleza en el apostolado para hablar de Dios sin miedo. Pide este don para no desanimarte y fracasar en el camino de Jesucristo.
Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda la fortaleza, a tí y tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce