+ Oh Jesús mío, si Tú Mismo no alivias la añoranza de mi alma, nadie logrará consolarla ni aliviarla.  Cada vez que te acercas a mi, despiertas en mi alma un nuevo éxtasis de amor, pero también una nueva agonía, ya que a pesar de tus tan excepcionales acercamientos a mi alma.  Te amo de lejos y mi corazón agoniza en un éxtasis de amor, porque ésta no es todavía una unión eterna y total, aunque muy frecuentemente Te relacionas conmigo sin ningún velo.  Con esto abres en mi alma y mi corazón el abismo de amor y de anhelo por Ti, oh Dios.  Y este abismo sin fondo de desear a Dios en toda la plenitud, en la tierra no puede ser llenado completamente.

Éxtasis de Amor

Cada vez que te acercas a mí, despiertas en mi alma un nuevo éxtasis de amor. Te amo de lejos y mi corazón agoniza en un éxtasis de amor.

  • “Amarás al Señor, tu Dios con todo tu corazón con toda tu alma con toda tu mente con todas tus fuerzas”.

El amor es el fruto más grande que el Espíritu produce en el cristiano. Brota como resultado de experimentar el infinito y maravilloso amor de Dios. Este fruto es un reflejo del amor que fluye de Dios hacia la humanidad pecadora. Es un amor ágape y consiste en la capacidad de darse y seguir dando sin esperar ser correspondido. Es un amor incondicional desinteresado, inagotable, generoso y bondadoso. Este es el amor que nos hace capaces de comprender, perdonar y compartir.

¿Qué es el amor? Es el don. Por eso, en la Santísima Trinidad, el Espíritu Santo, que procede como amor es propiamente el don.

La comunión nos hace ejercitar la virtud del amor. “Amemos, pues a Dios ya que él nos amó primero”. El alma que fuere alcanzar la cumbre de la perfección evangélica y llegar hasta la vida de Dios, desde el principio debe fundarse bien el amor.

El amor divino no vive para sí mismo ni en sí, sino en Jesús. El amor divino tiene dos aspiraciones habituales hacia Jesús. La primera en tratar de complacer en todo al amado Jesús; para ello, el alma procura averiguar lo que le agrada ama o desea.

La segunda aspiración del amor es evitar todo lo que desagrada al amado del alma.

El mayor triunfo del amor: es ver a Dios en todo ir a Dios en todo, abandonarse del todo a su voluntad. Dios, su gloria, su santa voluntad es toda la vida de cristiano.

Desearte un lindo día. E Señor de la misericordia te conceda el éxtasis de amor a tí y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce