Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Cuando se hizo de noche, los sufrimientos físicos aumentaron y se juntaron a ellos los sufrimientos morales. La noche y el sufrimiento. La solemne quietud nocturna me dio la posibilidad de sufrir libremente. Mi cuerpo se tendió sobre el árbol de la cruz, me doblé de terribles dolores hasta la once. Me trasladé espiritualmente al tabernáculo y abrí el copón apoyando mi cabeza en el borde del cáliz y todas las lágrimas cayeron silenciosamente sobre el Corazón de Aquel que es el único que comprende el dolor y el sufrimiento. Y en ese sufrimiento experimenté dulzura y mi alma deseó esta dulce agonía que no habría cambiado por ningún tesoro del mundo. El Señor me concedió la fuerza del espíritu y el amor hacia aquellos por los cuales me viene el sufrimiento. He aquí el primer día del año.
Reflexión: El Tabernáculo
Mi cuerpo se tendió sobre el árbol de la cruz, me doblé de terribles dolores hasta las once. Me trasladé espiritualmente al tabernáculo y abrí el copón, apoyando mi cabeza en el borde del cáliz y todas las lágrimas cayeron sobre el corazón.
“Jesucristo vence, reina, impera. Él libró a su pueblo de todo mal”. El Papa Sixto V hizo grabar estas palabras en el obelisco que se levanta en medio de la Plaza de San Pedro en Roma.
El triunfo de Jesucristo es siempre actual y que este triunfo se obtiene por la Eucaristía y en ella Cristo vence y ha fijado su residencia: la Hostia Santa, el tabernáculo eucarístico.
Venció al judaísmo y en su templo sobre el monte Calvario se levanta un tabernáculo ante el cual le adoran todas las naciones, bajo las especies del sacramento. Venció al paganismo y la ciudad de los césares ha sido llevada por Él, para hacerla su propia capital. En el templo de Júpiter hay otro Tabernáculo. Jesucristo no reina sobre los territorios, sino sobre las almas: Reina por la Eucaristía, es la ley del cristianismo, ley de caridad, ley de amor. “Amaos los unos a los otros, este es mi precepto. Amaos como yo os he amado”.
Cristo manda: “Te daré en herencia todas las naciones”. Jesús le dijo a sus apóstoles: “Todo poder se me ha dado en el cielo y en la Tierra, id y enseñad a todas las naciones”.
Del cenáculo salieron todas sus órdenes y el Tabernáculo eucarístico es una prolongación del cenáculo. Ante Jesús Eucarístico todos obedecen, desde el Papa, vicario de Cristo hasta el último fiel.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda adorar a Jesús en el Tabernáculo, a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.