Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Santa Misa celebrada por el Padre Sopocko.  Durante esta Misa a la que asistía, vi al pequeño Jesús que tocando con un dedito la frente de aquel sacerdote, me dijo:  Su mente está unida estrechamente a Mi mente; así que, quédate tranquila por Mi obra, no le permitiré equivocarse y tú no hagas nada sin su permiso.  Llenando así mi alma de gran tranquilidad en cuanto a toda esta obra.

Reflexión: El Santo sacrificio

La Santa Misa por el Padre Sopocko. Durante esta misa a la que asistía, vi al pequeño Jesús tocando con un dedito la frente de aquel sacerdote, me dijo, su mente está unida estrechamente a mi mente.

“Haced esto en memoria mía”. Participar todos los días en la Santa Misa, atrae las bendiciones del cielo para el día. Oyéndola, cumpliremos mejor todos nuestros deberes y seremos más fuertes para llevar la cruz de cada día.

La misa es el acto más santo de toda la religión, nada tan glorioso para Dios, ni tan provechoso para nuestra alma. Como oírla con piedad y con frecuencia. Esta es la devoción privilegiada de los santos. La misa encierra todo el valor del sacrificio de la Cruz que aplica a cada uno: uno mismo es el sacrificio del Calvario y del altar, iguales la víctima y el sacerdote. Si viéramos después de la consagración, el misterio del alta, veríamos a Jesucristo en cruz, ofreciendo al Padre sus llagas, su sangre y su muerte para salvación nuestra, y la del mundo. Para glorificar sin cesar a su Padre, Jesús adoptó el estado de víctima para que poniendo el Padre, los ojos en Él, pueda bendecir y amar a la Tierra.

Jesús es el santo sacrificio, se ofrece como hostia de alabanzas, de gracias, a su Padre, por todas las gracias que le ha concedido. 2. Es víctima de propiciación, pidiendo perdón por nuestros pecados cometidos. 3. Es nuestro abogado que intercede por nosotros, cuya sangre clama misericordia.

Asistir a la Santa Misa es unirse a Jesucristo, en ella recibimos la gracia de arrepentimiento y ayuda para evitar recaídas. Encontramos los medios para practicar la caridad para con los demás. Unirnos al sacrificio, comiendo el cuerpo de Cristo.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda asistir al santo sacrificio a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.