Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
Hoy vino a verme una de las hermanas [394] y me dijo: Hermana, tengo una sensación extraña, como si algo me empujara a venir a verla y recomendarle distintos asuntos míos antes de que usted muera, porque usted los puede obtener y arreglar con Jesús; algo me dice continuamente que usted hermana, lo puede obtener para mí. Le he contestado sinceramente que sí, que sentía en el alma (15) que después de morir podré obtener de Jesús más que ahora. La recordaré, hermana, delante de Su trono.
Reflexión: El poder de los santos
Hermana tengo una sensación extraña, como si algo me empujara a venir a verla y recomendarle distintos asuntos míos antes que usted muera, porque usted los puede obtener y arreglar con Jesús.
Pablo pedía: “Os suplico, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu Santo, que me ayudéis con vuestras oraciones, rogando por mí al Señor, dos en un cuerpo y tenían motivos para ocuparse de sí mismos, oraban por los demás. ¡Cuánto más después de la corona, la victoria y el triunfo!”, San Jerónimo. Los santos que gozan ya de la eterna bienaventuranza, son nuestros grandes aliados e intercesores.
Ellos atienden nuestras peticiones y las presentan al Señor, avaladas por los méritos que adquirieron aquí en la Tierra con su vida santa.
Santo Tomás comenta: “El bien de la piedad es más útil para quien la ejerce, saca de allí un poncho espiritual, mientras quien la recibe sólo temporal”.
Los santos son los grandes intercesores ante Dios como Abraham cuando el Señor quiso destruir Sodoma y Gomorra. El Señor acoge siempre su intercesión porque Abrahan era el amigo de Dios. Los Santos que ya gozan de su presencia de Dios, ellos son nuestros grandes aliados. Dios les honra y glorifica a través de los milagros que hacen y de las gracias que nos alcanzan en nuestras necesidades materiales y espirituales, pues en esta vida, merecieron ante Dios que sus oraciones, fuesen escuchadas después de su muerte. Dios todopoderoso por la glorificación de tus santos: concédenos que su intercesión nos ayude y su ejemplo nos mueva a imitar fielmente a tu Hijo Jesucristo.
Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda el poder de los santos, a tí y tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce