Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Luego, durante toda la semana no me visitó ni por un momento.  Sin embargo, los dolores se repitieron con gran violencia y duraron casi toda la noche y parecía que se acercaba el fin.  Las Superioras decidieron ir al otro médico y éste constató que el estado era grave y me dijo:  Es imposible volver a una salud nueva.  Se puede curar algo un poco todavía, pero ya no se puede hablar de plena salud.  Recetó una medicina contra los dolores y después de tomarla, los graves ataques no se repitieron.  “Pero si usted, hermana, vuelve por aquí, trataremos de mejorar su salud dentro de lo que todavía es posible.”  El médico insistió en que fuera allí a curarme.  Oh Jesús mío, qué misteriosos son Tus designios.

Reflexión: El médico II

Luego, durante toda la semana, no me visitó ni por un momento. Sin embargo, los dolores se repitieron con gran violencia y durante casi toda la noche y parecía que se acercaba el fin. Las superioras decidieron ir al otro médico y este constató que el estado era grave y me dijo es imposible volver a una salud nueva, se puede curar algo un poco todavía pero ya no se puede hablar de plena salud. Recetó una medicina contra los dolores y después de tomarla los graves ataques no se repitieron. Pero si usted, hermana, vuelve por aquí, tratemos de mejorar su salud dentro de lo que todavía es posible. El médico insistió en que fuera allí a curarme. Oh Jesús mío, qué misteriosos son tus designios. Del libro del Eclesiástico, Medicina y Enfermedad. Así nunca se acaban sus obras y de él viene la paz sobre la faz de la tierra. Las obras de Dios continuadas por él después de la creación, dando a los hombres y a las cosas una participación en su poder y dependiendo así el bien sobre la tierra. Hijo, en tu enfermedad no seas negligente sino ruega al Señor que Él te curará. Aparta las faltas, endereza tus manos y de todo pecado purifica el corazón. Recurre luego al médico, pues el Señor le creó también a él. Que no se aparte de tu lado, pues de él has menester. Hay momentos en que su mano está la solución, pues ellos también, el Señor suplicaron que les ponga en un buen camino hacia el alivio y hacia la curación para salvar tu vida. Oración del médico católico. Gracias Señor por haberme hecho médico, por haberme confiado la noble misión de laborar contigo en la defensa de la vida humana.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda un buen médico  a tí y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce