Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Un día me vino la duda de si era posible sentir continuamente la descomposición del organismo y al mismo tiempo andar y además trabajar, ¿no era, acaso, una ilusión? Pero, por otra parte, no podía ser una ilusión porque me causaba un tremendo sufrimiento. Mientras pensaba en eso, vino una de las hermanas para conversar un momento. Tras algunos minutos hizo una horrible mueca y me dijo: Hermana, yo siento aquí el olor a cadáver. Se sorprendió mucho, pero dijo que no podía soportarlo más. Cuando se alejó comprendí que Dios había dado esa sensación a aquella hermana para que yo no tuviera dudas y que de modo simplemente milagroso ocultaba ese sufrimiento mío a toda la Comunidad. Oh Jesús mío, solamente Tú conoces la profundidad de mi sacrificio.
Reflexión: El Espíritu de sacrificio
Un día me vino la duda de si era posible sentir continuamente la descomposición del organismo y al mismo tiempo andar y además trabajar. Se acercó una hermana para conversar, tras unos minutos me dijo: Hermana, yo siento aquí el olor a cadáver. Oh Jesús mío, solamente tú conoces la profundidad de mi sacrificio.
“Quien no aborrece su propia vida, no puede ser mi discípulo”. Una de las disposiciones del corazón para seguir fielmente a Jesús, es el espíritu de sacrificio es el estar dispuesto a sacrificar todo con tal de estar animado por la vida y del amor de Jesucristo.
“Quien ama al padre o a la madre más que a mí, no merece ser mi discípulo”. Antes de admitir a sus discípulos para que le sigan, les exigió el abandono de barca, casa, familia, padre y madre. “¡Qué sacrificio no pidió Jesús a su divina madre! El mayor sacrificio de verle morir en la cruz y acompañarlo hasta el sepulcro. Sólo al espíritu de sacrificio, concede Jesús las gracias de su predilección. 1. Su paz y el gozo del Espíritu Santo, mucho más dulce que cuántos consuelos puede producir el mundo. 2. Jesús da consuelos divinos, la felicidad del alma cuando se sacrifica en aras del amor a Dios y Dios se une con el alma, en proporción al espíritu de sacrificio. 3. Da la gracia de la oración, de la unión del alma con Dios, sólo se concede a quien ha dado todo y se sacrifica todos los días a la gloria de Dios. La vida es corta; abraza el camino del sacrificio que centuplica tu vida. ¡Es tanto lo que debes a la bondad y al amor de Jesús! ¿Qué puedes darle en retorno sino el amor del sacrificio? Hay que darle del todo, hay que negarse de todo. Es preciso que el sacrificio sea holocausto.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda el espíritu de sacrificio a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.