Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Hace algunos días vino a mi cierta persona pidiéndome que rogara mucho por su intención, porque tenía unos asuntos muy importantes y urgentes. De repente sentí en el alma que eso no era agradable a Dios y le contesté que no rogaría por esa intención, pero que rogaría por ella en general. Unos días después esa señora volvió a verme y me agradeció por no haber rogado según su intención sino por ella, ya que tenía un proyecto de venganza respecto a una persona a la cual debía honor y respeto en virtud del cuarto mandamiento. El Señor la cambió interiormente y ella misma reconoció su culpa, pero se extrañó de que yo hubiera descubierto su secreto.
Reflexión: El cuarto mandamiento
Santa Faustina nos recuerda el Cuarto Mandamiento. Dios por boca de Moisés habló: Honra a tu padre y a tu madre y a quien maldiga al padre o a la madre será reo de muerte. Hónralos, así prolongarás la vida en la Tierra. Este mandamiento es una de las más gratas obligaciones que el Señor nos ha dejado. El cumplimiento amoroso del Cuarto Mandamiento tiene sus raíces en el sentido de nuestra Filiación Divina. El único que puede considerarse Padre en toda su plenitud es Dios de quien se deriva toda paternidad en el Cielo y en la Tierra. Jesús nos ha dejado el ejemplo y la doctrina que debemos seguir para cumplir como Dios quiere el dulce precepto del Cuarto Mandamiento: vivió sujeto a la autoridad de sus padres y aprendió de San José su oficio, ayudándolo a sostener el hogar. Honramos a nuestros padres cuando los socorremos con lo necesario para su sustento y una vida digna, sobre todo cuando están enfermos. Una vez difuntos, se honra a los padres cuidando sus exequias, sepulturas y funerales y cumpliendo con su testamento. Dios paga con la felicidad a quienes cumplen con amor esos deberes para con sus padres.
“Por su dolorosa pasión ten misericordia de nosotros y del mundo entero”.
Desearte un lindo día, la Misericordia llegué a ti y a tu familia. Dios te bendiga y proteja.
Amén.
Dr. Victor Arce.