Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Me es sumamente agradable este decidido propósito tuyo de hacerte santa. Bendigo tus esfuerzos y te daré la oportunidad de santificarte. Sé atenta para que no se te escape ninguna oportunidad que Mi providencia te dará para santificarte. Si no logras aprovechar una oportunidad dada no pierdas la calma sino que humíllate profundamente ante Mí y sumérgete toda con gran confianza en Mi misericordia y así ganarás más de lo que has perdido, porque a un alma humilde se da con más generosidad, más de lo que ella misma pida…
Reflexión: El anonadamiento
Me es sumamente agradable esté decidido propósito de hacerte santa. Si no logras aprovechar una oportunidad dada no pierdas la calma, sino que humíllate profundamente ante mí y sumérgete toda con gran confianza en mi misericordia. “Se anonadó a sí mismo” (Felipe II – 7).
Jesucristo, es nuestro modelo en el Santísimo Sacramento. Veamos como nos enseña las virtudes que forman los santos. Tendríamos que ver cual es el estado de nuestro Señor. La regla de su vida, será la regla de nuestras virtudes, su pobreza, humildad, mansedumbre, cuando moría por nosotros son los santos que deberíamos seguir para ir al cielo. Si miramos este anonadamiento sabremos lo que tenemos que hacer para asemejarnos a Jesús, en el calvario, ciertamente que se anonadó en cuanto a la felicidad y a la gloria de su divinidad y en relación a los demás hombres, pero donde realmente se anonada es aquí. Su anonadamiento, eclipsa cuánto hay en Él de glorioso. Si Nuestro Señor dejase aparecer su gloria, ya no sería nuestro modelo de anonadamiento.
Jesucristo no está inactivo en el Santísimo Sacramento, trabaja, intercede y salva las almas. No sólo es creador, sino reformador y restaurador. En el estado de anonadamiento de Nuestro Señor, en el Santísimo Sacramento es donde se encuentra la gracia de la humildad: “Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón”. El Señor, oculta la santidad de sus obras. La santidad tiene dos frutos: una está en la vida interna del alma con Dios, es la contemplación, la otra parte, es la vida exterior. ¡Cuán pocos de los que van a comulgar conocen la acción anonadada de Nuestro Señor, ni siquiera la sospechan! Que el anonadamiento, la humildad, sea el carácter distintivo de nuestras virtudes y de nuestra vida.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda el anonadarte a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.