Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Oh, qué dulce es tener en el fondo del alma aquello en lo que la Iglesia nos ordena creer. Cuando mi alma está sumergida en el amor, resuelvo clara y rápidamente las cuestiones más complicadas. Solo Él es capaz de caminar al borde de los precipicios y por las cimas de las montañas. El amor, una vez más el amor.
Reflexión: El amor
Cuando mi alma está sumergida en el amor, resuelvo clara y rápidamente las cuestiones más complicadas. “No hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos”. “Ámense los unos a los otros, como yo los he amado”. ¿Qué es el amor? Es el don. La fe nos enseña que el Espíritu Santo, la tercera persona de la Santísima Trinidad procede del Padre y del Hijo, por una sublime espiración del amor, en virtud de una corriente mutua e inefable entre ambos. El Espíritu Santo es el don. Dice Jesús: “Si permanecen unidos a mí, darán mucho fruto”. El fruto del Espíritu es la vida de Jesús en nosotros, en eso consiste la verdadera santidad. El amor es uno de los frutos del Espíritu.
La Eucaristía es por excelencia el Sacramento del Amor. En ella conocemos mejor la ley del amor. San Bernardo expresa sobre la perfección del amor. “El amor que espera obtener alguna otra cosa, que no sea el amor mismo, se me hace sospechoso”. “El amor no necesita ninguna otra causa ni fruto: Amo porque amo; amo por amar”.
“La medida del amor, es el amor sin medida”.
Un alma de oración crece siempre en amor. El mayor triunfo del Amor, es ver a Dios en todo, ir a Dios, abandonarse del todo a su voluntad. La vida del amor consiste primero, en tratar de complacer en todo al amor de Jesús. Es evitar, lo que se le desagrada al Señor. Lo importante en el amor, es el santo abandono, sin condiciones, tanto en el orden natural como en el de la gracia.
La humildad es la primera virtud que produce el amor de Jesús, es el precio y medida de la gloria celestial.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda el amor a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja. Santa Faustina: Ruega por nosotros.
Amén
Dr. Victor Arce.