Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Cuando vi cuánto mi confesor [66] debía sufrir a causa de la obra que Dios realizaba a través de él, me espanté durante un momento y dije al Señor Jesús, después de todo esta obra es Tuya, pues ¿por qué (36) Te portas con él de tal modo que parece que se la dificultas, mientras exiges que la lleve adelante?

Escribe que día y noche Mi mirada descansa sobre él y permito estas contrariedades para multiplicar sus méritos. Yo no recompenso por el resultado positivo sino por la paciencia y el trabajo emprendido por Mí.

Reflexión: El alma sufriente

Cuando ví cuánto mi confesor debía sufrir a causa de la obra que Dios realizaba a través de él me espanté. ¿Por qué te portas con él de tal modo? Escribe que día y noche mi mirada descansa sobre él y permitió esta contrariedad. Yo no recompenso por él resultado positivo sino por la paciencia y el trabajo emprendido en mí.

Diálogo de Dios Misericordioso con el alma que sufre. Jesús: Oh alma, te veo tan doliente, veo que ni siquiera tienes fuerzas para hablar conmigo. Por eso te hablaré solo yo, oh alma. Aunque tus sufrimientos fueran grandísimos, no pierdas la serenidad del espíritu ni te desanimes. Pero dime, niña mía, ¿Quién se ha atrevido a herir tu corazón? Dímelo todo, dímelo todo, sé sincera al tratar conmigo, descubre todas las heridas de tu corazón, yo las curaré y tu sufrimiento se convertirá en la fuente de tu santificación.

El alma: Señor, mis sufrimientos son tan grandes y diversos y duran desde tanto tiempo que el desaliento ya empieza a apoderarse de mí.

Jesús: Niña mía, no puedes desanimarte; sé que confías en mí sin límites, sé que conoces mi bondad y mi misericordia. Así pues hablemos detalladamente de todo lo que pesa más sobre tu corazón.

El alma: tengo tantas cosas variadas que no sé de qué hablar primero ni como expresar todo esto.

Jesús: Háblame simplemente, cómo se habla entre amigos. Pues bien niña mía, ¿Qué es lo que te detiene en el camino de la santidad?. El alma: La falta de salud me detiene en el camino de la santidad, no puedo cumplir mis obligaciones porque soy un sufrelotodo. No puedo mortificarme ni hacer ayunos, además no me creen que estoy enferma. Ves Jesús, ¿Cómo se puede llegar a ser santa en tales condiciones?

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda alivio a tu alma, a tí y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce