Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

+ Séptimo día.  El conocimiento de mi destino, es decir la seguridad interior de que alcanzaré la santidad. Este profundo conocimiento ha llenado mi alma del agradecimiento hacia Dios y he atribuido toda la gloria a mi Dios, porque sé lo que soy por mi misma.

De estos ejercicios espirituales salgo totalmente transformada por el amor de Dios. Mi alma inicia seriamente y con bizarría una nueva vida aunque por fuera esta vida no cambie nada y nadie lo perciba; sin embargo el amor puro es el guía de mi vida y su fruto exterior es la misericordia.  Siento que estoy toda penetrada por Dios y con este Dios camino por la vida cotidiana, gris, fatigosa y penosa, confiando que Aquel a quien siento en mi corazón transformará esta monotonía en mi santidad personal.

Reflexión: Ejercicios espirituales

7mo día. De estos ejercicios espirituales salgo totalmente transformada por el amor de Dios. El conocimiento de mi destino, es decir la seguridad interior de que alcanzaré la santidad. ¡Cúan grande es esta gracia de hacer los ejercicios espirituales, pues encierra todas las demás gracias!

Puedo alcanzar el perdón completo de mis pecados, devolverme la gracia bautismal, concederme una conversión completa y establecer en mí el reinado de Jesús. Hacer estos ejercicios es ponerme en retiro a los pies de Jesús.

¿Qué debo hacer en estos ejercicios? Tres cosas: 1. Ponerme por completo bajo la acción de la gracia de los ejercicios. 2. Ponerme sin condiciones a la disposición a la Santa Voluntad de Dios sobre mí. 3. La Santa Eucaristía: “Quien come mi cuerpo y bebe mi sangre en mí mora y yo en él”. ¿Qué medios aplicaré para asegurar el fruto de estos ejercicios? 1. Mantener el espíritu en paz, en sosiego. Evitar toda preocupación y violencia del trabajo. 2. Mantener recogido el corazón y por medio de él, hacer oración. 3. Mantener el cuerpo y los sentidos en santa obediencia. Iré a Jesús por María, con María y en María. ¿Cuál es el fin de los ejercicios? El Espíritu Santo ha dicho: Conduciré al alma a la soledad y ahí le hablaré al corazón: Le dará a conocer su voluntad para con ella y la atraerá en pos de sí. Reglamento de ejercicios según S. Pedro Julian Eymard: Hora de levantarse. Durante la mañana, hacer dos meditaciones de 45 minutos cada una, antes de almorzar, un examen particular. Por la tarde rezar el Santo Rosario, seguido de media hora de lectura espiritual. La tercera, meditación y el vía crucis. El espíritu que debe animar la vida exterior es: silencio, soledad y modestia. Para la interior, paciencia, paz, oración. Rezar el Veni Creator, las letanías de la Virgen y pedir protección a San José y al ángel custodio.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda los ejercicios espirituales a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.