Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Diré una palabra más sobre el director de mi alma.  Una cosa extraña es que sean tan pocos los sacerdotes que saben infundir al alma fortaleza, y ánimo, y valor de modo que el alma, sin cansarse, avanza siempre.  Bajo una dirección de esta clase, el alma, aunque disponiendo de poca fuerza, puede hacer mucho para la gloria de Dios.  Y he conocido con esto un secreto, a saber, que el confesor, es decir, el director espiritual no menosprecia las cosas pequeñas que el alma le expone.  Y el alma, al darse cuenta de que está controlada en esto, comienza a ejercitarse y no omite la más pequeña ocasión de virtud y evita también las más pequeñas faltas, y de esto, como de pequeñas piedras surge el magnífico templo del alma.  Y al contrario:  si el alma se da cuenta de que el confesor menosprecia esas pequeñas cosas, también ella comienza a despreciarlas, dejará de dar cuenta de ellas al confesor, y aun peor, comenzará a descuidarse de las cosas pequeñas, y así, en vez de avanzar, retrocede poco a poco.  Y el alma se da cuenta de ello sólo al caer ya en las cosas más graves.  Y ahora surge una pregunta seria ¿de quién es la culpa? ¿De ella o del confesor, es decir, del director espiritual? Aquí me refiero más bien al director espiritual. Me parece que toda la culpa debe ser imputada al director espiritual imprudente; y al alma hay que atribuirle solamente este error de haber elegido al director espiritual por sí sola.  El director espiritual había podido guiar bien al alma por los caminos de la voluntad de Dios hacia la santidad.

Reflexión: Director espiritual I

Qué necesario es en la vida interior tener un Director Espiritual y Santa Faustina en su diario nos lo recuerda varias veces. Diré una palabra más sobre el director de mi alma: “Yo te haré saber y te enseñaré el camino que debes seguir; seré tu consejero y estarán mis ojos sobre ti” (Sal 32-8). El Director Espiritual es un sacerdote que Dios ha puesto para ayudarnos a buscar la santidad en medio de nuestro trabajo y en nuestra familia. La cualidad más importante del Director Espiritual, es su santidad e integridad de vida. Es importante ser sincero y dócil con nuestro director, con deseos de qué conozcan nuestra intimidad para que nos puedan ayudar en nuestro caminar hacia Dios. La Dirección Espiritual debe moverse en un clima sobrenatural con fe: buscamos la voz de Dios. Acercarnos a la Dirección Espiritual es aprender a vivir según el querer divino, que enseña, ilumina, cura y da alimento a nuestra alma para que siga su camino. Es una gracia tener un Director Espiritual y si no lo tienes debes pedir al Señor, Él no dejará de darnos este gran bien.

“Padre eterno, Yo te ofrezco el cuerpo y la sangre, el alma y la divinidad de tu amadísimo Hijo, nuestro señor Jesucristo como propiciación por nuestros pecados y los del mundo entero”.

Que tengas un lindo día.

El Señor en su misericordia te bendiga y proteja.

Amén.

Dr. Victor Arce.