Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
Y ahora te diré lo más importante para ti: una sinceridad sin límites con tu director espiritual; si no aprovechas esta gracia según (138) mis indicaciones, te la quitaré y entonces te quedarás sola contigo misma y volverán a ti todas las tribulaciones que conoces. No Me agrada que desaprovechas la oportunidad cuando puedes encontrarlo y hablar con él. Has de saber que es Mi enorme gracia si Yo doy a un alma el director espiritual. Muchas almas Me lo piden y no a todas les concedo esta gracia. En el momento en que te lo he dado como director espiritual, le he dotado de una nueva luz para que pueda conocer y comprender fácilmente tu alma….
Reflexión: Dirección espiritual
Y ahora te diré lo más importante para ti: una sinceridad sin límites con tu director espiritual. Has de saber que es mi enorme gracia si yo doy a un alma al director espiritual.
“Si te desvías a la derecha o a la izquierda, tus oídos oirán una palabra a la espalda”. Este es el camino, caminad por él (Is.30, 21). Una de las gracias mayores que el Señor nos puede dar en esta vida es la de tener claro el camino que nos conduce a Él y contar con una persona que nos ayude a saber de nuestros desvíos y errores para retomar de nuevo el sendero bueno.
El Señor es el único y buen pastor, con él las ovejas estarán seguras, y en su nombre habrá otros buenos pastores con el encargo de cuidarlos y guiarlos: “Les daré pastores que de verdad los apacienten, y ya no habrán de temer más, ni angustiarse ni afligirse”.
La dirección espiritual es un oficio delicado en extremo: exige mucho amor y mucha paciencia, valentía, competencia, mansedumbre, prontitud de ánimo y un gran sentido de responsabilidad.
Cuatro son las condiciones en la dirección espiritual. Primero, el amor para con su rebaño. Segundo: la vigilancia para estar atento a las necesidades de las ovejas. Tercero: La doctrina, con el fin de poder alimentar a los hombres hasta llevarlos a la salvación. Cuarto: Santidad e integridad de vida esta es la principal.
La dirección no es una confesión sobre nuestros pecados sino sobre los defectos de nuestro cuerpo, de entendimiento de nuestro corazón y de nuestra voluntad. Hay que corregir primero lo exterior. La dirección es la historia del alma. En la dirección debemos hablar con claridad y transparencia, con sencillez, con el deseo que nos conozcan, evitando las generalidades, sin ocultar nada.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda la dirección espiritual, a ti y tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce