Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
+ 25 VIII 1937. Hoy vino el Padre Sopocko y se hospedó hasta el día treinta de este mes. A pesar de que la visita estuvo acompañada de ciertos disgustos, me alegré enormemente, porque solamente Dios sabe cuánto deseaba encontrarme con él por aquella obra que Dios realiza a través de él.
+ Mientras él celebraba la Santa Misa, antes de la elevación vi al Señor Jesús crucificado que despegaba la mano derecha de la cruz, y que la luz que salía de la herida alcanzaba su hombro; eso se repitió en tres Santas Misas. Entendí que Dios le dará fuerza para cumplir esta obra a pesar de las dificultades y las contrariedades. Esa alma, querida de Dios, es crucificada por sufrimientos de distinta clase, pero eso no me extraña porque Dios procede así con quienes ama de modo singular.
Reflexión: Cumplimiento de la Misión
25-VIII-1937. Hoy vino el Padre Sopócko, mientras él celebraba la Santa Misa, vi al Señor Jesús, crucificado que despegaba la mano derecha de la cruz y que la luz que salía de la herida alcanzaba su hombro; entendí que Dios le daba fuerza para cumplir esta obra a pesar de las dificultades y contrariedades.
“No solo vosotros los que me habéis elegido, soy yo quien os ha elegido y os he destinado para que vayan y den fruto y vuestro fruto permanezca”. San Pablo declara el origen de su misión; ha sido construido no por los hombres, ni por la autoridad de un hombre, sino solo por Jesucristo y por Dios, su Padre. Cada uno de nosotros, tiene una vocación divina, una llamada a la santidad y al apostolado, recibida en el bautismo. Hay momentos en que esta llamada a seguir de cerca a Jesús, se hace intensa y clara.
Hoy podemos preguntarnos en nuestra oración. ¿Soy fiel a lo que el Señor quiere de mí? ¿Estoy dispuesto a corresponder a lo que el Señor a lo largo de la vida me va pidiendo? Dios nos destina a asemejarnos cada vez más a Cristo, a participar de su vida divina, nos asigna una misión en la vida y nos quiere junto a Él. En la elección de Cristo, llamó a los que quiso. San Pablo nos dirá: Nos llamó con vocación santa, no en virtud de nuestras obras, sino en virtud de su designio. Cuando se oye la voz de Cristo a seguirlo, nada importa frente a la realidad de seguirle y Él a lo largo de la vida nos va revelando la riqueza contenida en la primera llamada aquel día que pasó más cerca de nosotros. “A los que Dios elige para algo, los prepara y dispone de tal modo que sean idóneos para ellos”. Cuando por gracia divina. Dios elige a alguno para una misión, le otorga todos los dones necesarios para llevarla a cabo.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda cumplir con tu misión a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.