Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Oh inefable misericordia de nuestro señor fuente de piedad y de toda dulzura confía oh alma a pesar de estar encadenada por el pecado porque cuando te acercas a Dios no probaras amargura porque él es la llama viva de un gran amor, cuando nos acercamos a él desaparecen nuestras miserias, pecados y maldades.

El salda nuestras deudas cuando nos entregamos a él.

Reflexión: Corazón de Misericordia II

Por eso hermanos recordando las palabras de Jesús que le dijo a Santa Faustina, ambos rayos brotaron de las entrañas más profundas de mi misericordia cuando mi corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza, en la imagen del señor la misericordia, el corazón no es visible en cambio el del sagrado corazón de Jesús si, entonces se podría decir la devoción a la divina misericordia puede ser vista como continuación y extensión de la devoción al sagrado corazón, estos rayos de color pálido y rojo representan la fuente inagotable de la misericordia que broto del corazón de Jesús, la imagen del sagrado corazón nos muestra la fuente de la misericordia en cambio la imagen de la divina misericordia nos muestra la distribución de la misericordia, la entrega del amor y la bondad del corazón de Jesús hacia nosotros.

Ambas imágenes nos muestran el amor misericordioso de Dios ante estas dos imágenes la pregunta es ¿Qué quiere el señor de nosotros? ¿Cuál es la respuesta que cada imagen exige de nosotros?, el sagrado corazón de Jesús busca que consolemos su corazón, tanto sufrimiento del hombre hacia el corazón de Jesús debiendo hacer reparación consolar a su corazón inmaculado, en cambio la imagen de la divina misericordia es que el señor con su mano nos bendice y Jesús nos da su misericordia dependiendo de esa fuente de la confianza que depositemos en el señor, poniendo toda nuestra confianza en él.

Así termina hermanos estas reflexiones sobre el corazón misericordioso del señor que fue traspasado y abierto por la lanza donde broto su sangre y agua.

Padre eterno yo te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de tu amado hijo nuestro señor Jesucristo como propiciación de nuestros pecados y del mundo entero, y por su gloriosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Oh sangre y agua que brotaste del corazón del Jesús como fuente de misericordia de nosotros, en ti confío.

Desearte un lindo día, que el señor de la misericordia te conceda conocer descubrir ese corazón del señor a ti y a tu familia

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce