Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Una vez, pasando cerca de un grupo de personas pregunté al Señor: ¿Están todos en el estado de gracia, visto que no he sentido Tus dolores? El hecho de que tú no has experimentado Mis dolores no quiere decir que todos están en el estado de gracia. A veces te hago sentir el estado de ciertas almas y te doy la gracia de sufrir solamente porque te uso como un instrumento para su conversión.

Reflexión: Conversión

Una vez pasando cerca de un grupo de personas pregunté al Señor: ¿Están todos en el estado de gracia visto que no he sentido tus dolores?

Quiere el Señor que nos despeguemos de las cosas de la Tierra para volvernos a Él y que dejemos el pecado que nos envilece y mata, retornemos a la fuente de la vida y de la alegría. Convertirnos significa volver al corazón de Dios, estar dispuesto a buscar todos los medios para hacer como Él espera que vivamos, ser sinceros con nosotros mismos. Jesús busca en nosotros un corazón contrito, conocedor de sus faltas y pecados, dispuesto a eliminarlos. La verdadera conversión se manifiesta en la conducta; mejorar en nuestro trabajo, en el comportamiento con la familia. Recordemos que el Señor nos repite a cada uno en la intimidad del corazón: Convertíos, volved a mí de todo corazón. Cuando un pecador siente su propia miseria que le contrista y abate.

Significa que Dios lo llama a su conciencia que le hace sentir el aguijón del remordimiento, le muestra la causa de su desdicha. Escucha la voz de lo alto: Ven a mí, yo te aliviaré y te perdonaré. Toda conversión es por tanto fruto de una gracia interior o sea el recogimiento del hombre en su conciencia, en la penitencia de su corazón, en la bondad de Dios.

El amor, punto de partida de la verdadera conversión. La conversión que comienza por el temor, acaba en miedo. En cambio la conversión causada por el amor, es generosa y constante. Los ejercicios espirituales son la mayor de todas las gracias pues encierra todas las gracias de conversión. Cuando Dios quiere convertir a un alma, la pone en ejercicios espirituales realizando una conversión del hombre viejo en hombre nuevo, de una virtud inefable, en virtud perfecta.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda la conversión a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.