Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
Al día siguiente me acompañó Sor Felicia [410]. Fui con una profunda serenidad y libertad de espíritu. (54) Cuando llegamos, nos dijeron que había una habitación aislada para Sor Faustina. Cuando entramos en esa habitación nos sorprendimos al ver que todo estaba preparado con esmero, muy limpio, cubierto de manteles, adornado con flores, en la mesilla de noche las hermanas [411] pusieron un bonito cordero pascual. En seguida vinieron tres Hermanas del Sagrado Corazón [412] que trabajan en ese sanatorio, mis viejas conocidas, y me recibieron afectuosamente. Sor Felicia estaba sorprendida con todo esto, nos despedimos cordialmente y se fue. Cuando me quedé sola, a solas con el Señor Jesús, le agradecí por esta gran gracia. Jesús me dijo: Quédate tranquila, Yo estoy contigo. Cansada, me dormí. Por la noche vino la hermana [413] que me iba a asistir.
Reflexión: Gratitud
Fui con una profunda serenidad y libertad de espíritu. Cuando llegamos, nos dijeron que había una habitación aislada para Sor Faustina. Cuando entramos, nos sorprendimos al ver que todo estaba preparado con esmero. Cuando me quedé a solas con el Señor, le agradecí. Jesús me dijo, acuérdate, quédate tranquila, yo estoy contigo. Te daré gracias entre las naciones, Señor. Contaré tu fama a mis hermanos. La Sagrada Escritura nos invita a dar gracias a Dios. Los signos, los salmos, el agradecimiento es una forma extraordinariamente bella de relacionarnos con Dios y con los hombres. Agradecer es una forma de expresar la fe, pues reconocemos a Dios como fuente de todos los bienes. San Pablo exhortaba que fuéramos agradecidos. Dad gracias a Dios porque esto es lo que quiere Dios que hagáis en Jesucristo. Y considera la ingratitud como una causa del paganismo. Acostúmbrate a elevar tu corazón a Dios en acción de gracias muchas veces al día. Dale gracias por todo porque todo es bueno. Como virtud humana, la gratitud es un vínculo eficaz entre los hombres y revela la calidad interior de la persona. Si falta esta virtud, se hace difícil la convivencia humana. En muchas ocasiones solo podremos decir gracias en alegría que ponemos en este gesto para nuestro agradecimiento. La persona agradecida con Dios lo es también con quienes le rodea. La gratitud en lo humano es propio de un corazón grande. Existe un momento muy extraordinario en el que el Señor nos llena de sus dones y en él debemos ser sumamente agradecidos. La acción de gracias que sigue a la misa es el momento más precioso de la vida espiritual.
Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda la gratitud, a tí y tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce