Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:
Segundo día. Cuando meditaba sobre el pecado de los ángeles y sobre su castigo inmediato, he preguntado a Jesús: ¿Por qué los ángeles fueron castigados inmediatamente después del pecado? Escuché una voz: Por su profundo conocimiento de Dios. Ningún hombre en la tierra, aunque fuera un gran santo, tiene tal conocimiento de Dios como un ángel. Pero conmigo, miserable, oh Dios, Te has mostrado misericordioso tantas veces. Me llevas en el seno de Tu misericordia y me perdonarás siempre cuando con el corazón contrito Te suplique perdón.
Reflexión: Ángeles caídos
Segundo día de los ejercicios espirituales. Cuando meditaba sobre el pecado de los ángeles y su castigo inmediato, he preguntado a Jesús: ¿Por qué los ángeles fueron castigados inmediatamente después del pecado?
Apocalipsis: Miguel y sus ángeles lucharon contra el dragón, la serpiente antigua llamada Diablo y Satanás que seduce a todo el universo. Fue arrojado a la tierra y también fueron arrojados sus ángeles con él.
Esta lucha entre Miguel y Luzbel, el ángel de la luz, se dio cuando fueron sometidos a prueba los espíritus angélicos. Al comienzo de la creación, brotó esta primerísima adoración de la profundidad espiritual de los seres angélicos, sumergiéndose con todo su ser en la realidad del amor. ¿Quién como Dios? Miguel y sus ángeles.
Lucifer, el demonio, espíritu angélico se convierte en enemigo de Dios, al no aceptar la dignidad concedida al hombre, se iba a encarnar en una mujer que sería la reina de los ángeles: la Virgen María. Lucifer contestó: Non serviam…¡No serviré! Porque no quería aceptar que una criatura humana sea superior a él. En ese instante San Miguel apareció con un grito, ¿Quién como Dios?, quiere decir, ¿Quién es capaz de revelarse contra Dios? ¿Quién es capaz de negar lo que Dios quiere realizar? Nadie. Debemos decir a Jesús, no tengo ambición que la de servirte. El gran pecado de Lucifer y sus ángeles caídos fue su orgullo, la soberbia que lo llevó a la desobediencia a Dios y a apartarse de Dios. Jesús le dice a Santa Faustina: Hija mía has de saber que a las almas soberbias no les concedo mis gracias y hasta les quito las ya concedidas. La soberbia es la mayor enemiga de la santidad. La envidia es la hija de la soberbia.
Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te libre de la soberbia, a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y proteja.
Sta. Faustina. Ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Víctor Arce.