Texto del Libro – El diario de Santa Faustina
La infinita bondad de Dios en la redención del hombre.
Hacia ti oh fuente viva de misericordia, corren todas las almas, una como siervos sedientos de tu amor, otras para lavar la herida de sus pecados, otras todavía cansadas de la vida para tomar fuerzas, cuando estabas muriendo en la cruz, en aquel momento nos donaste la vida eterna, al haber permitido abrir tu sacratísimo costado, nos abriste una inagotable fuente de tu misericordia, nos ofreciste lo más valioso que tenías, es decir la sangre y el agua de tu corazón, he aquí la omnipotencia de tu misericordia, de ella toda gracia fluye, hacia nosotros.
Reflexión: Amor de la Redención III
Hermanos todo plan de la redención se debe a la providencia infinitamente amorosa de nuestro padre Dios, porque el Padre es el que continuamente está cuidando de esa vid y de los sarmientos que brotan de ella, luego Dios nos cultiva, al cultivarnos él nos hace mejores y nos poda.
El precio que Cristo pago por nuestro rescate fue su propia vida, así nos mostró la gravedad del pecado y cuánto vale nuestra salvación eterna y los medios para alcanzarla, habéis sido comprados a gran precio por que el hijo del hombre me amo y se entregó por mí, luego debemos preguntarnos: ¿Cómo aprecio la vida de la gracia, que me consiguió Cristo en el calvario? ¿Qué estoy haciendo por ese precio? porque el aparente fracaso de Cristo en la cruz se vuelve redención gozosa para todos los hombres, el amor a la redención se sigue haciendo día a día, cada vez que se celebra en el altar, el sacrificio de la cruz porque el que se inmolo cristo nuestra pascua se realiza la obra de nuestra redención, luego la redención se realizó una sola vez mediante la pasión muerte y resurrección de nuestro señor, y se realiza y se actualiza cuando nosotros participamos del sacrificio de la misa, así es hermanos se concluye esta trilogía del amor a la redención de Jesús por el hombre, la redención de nuestro padre Dios a través de su hijo nuestro señor.
Padre eterno yo te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de tu amado hijo nuestro señor Jesucristo como propiciación de nuestros pecados y del mundo entero, y por su gloriosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Oh sangre y agua que brotaste del corazón de Jesús, como fuente de misericordia para nosotros, en ti confío.
Desearte un lindo día, que el señor de la misericordia te conceda el valor del precio de la muerte de Jesús en la cruz por nosotros, a ti y a tu familia.
Dios te bendiga y te proteja.
Santa Faustina, ruega por nosotros.
Amén.
Dr. Victor Arce