Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

La infinita bondad de Dios en la redención del hombre.
Tu oh señor, partiendo de esta tierra deseaste quedarte con nosotros y te dejaste a ti mismo en el sacramento del altar, y nos abriste de par en par, tu misericordia.
No hay miseria que te pueda agotar, llamaste a todos a esta fuente de amor, a este manantial de la piedad divina, aquí está el trono de tu misericordia, aquí el remedio para nuestras enfermedades.

Reflexión: Amor de la Redención II

Hermanos, llevados de su amor extremo pone a Jesús de continuo a mi disposición las gracias y el valor de la redención, cuantos hombres hay que no se aprovecha de las gracias de la redención de Jesucristo, porque no le conoce. No tienen conocimiento de su amor, de su cruz, ni de su calvario. Cuantos conocen a Jesús y a Jesús redentor mas no quieren ir a él, porque tienen más apego al mundo que a él, porque no quieren romper las vergonzosas cadenas de sus pasiones y son voluntarios esclavos del pecado, y yo he sido preservado de los lazos del mundo por que Jesús ha roto mis cadenas y nos ha puesto en la libertad, es el mi salvador de cuantas gracias no le soy deudor de todo lo que me ha dado, a mi disposición tengo el manantial del agua viva, el baño saludable de la sangre de Jesucristo y el precio de mi redención.

En los sacramentos de penitencia y eucaristía, en el santo sacrificio de la santa misa, Jesús nos dice: «Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia», Jesús vino a libertarnos de los que nos impide alcanzar la felicidad definitiva, vino a liberarnos del pecado, único mal de la condenación a la que el pecado conduce.

Así es hermanos el valor de la redención que Jesús viene a rescatarnos y a salvarnos de las ataduras del pecado.

Padre eterno yo te ofrezco el cuerpo, la sangre, el alma y la divinidad de tu amado hijo nuestro señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y del mundo entero, y por su dolorosa pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.

Oh sangre y agua que brotaste del corazón de Jesús, como fuente de misericordia para nosotros, en ti confío.

Desearte un lindo día, que el señor de la misericordia te conceda descubrir el valor de la redención y la liberación de nuestros pecados, a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce