Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

Cuando entré por un momento en la capilla, el Señor me explicó que entre las almas elegidas tiene algunas especialmente elegidas, que llama a una santidad elevada, a una unión excepcional con Él.  Éstas son las almas seráficas de las cuales Dios exige que lo amen más que otras almas; a pesar de que todas viven en el convento, no obstante este amor más intenso lo exige, a veces, de una sola alma.  Tal alma comprende la llamada, porque Dios se la hacer conocer interiormente, pero puede seguirla o puede no seguirla; del alma depende si es fiel a las llamadas del Espíritu Santo, o si se opone al Espíritu Santo.  Supe que hay un lugar en el purgatorio donde las almas satisfacen a Dios por este tipo de culpas; entre diversos tormentos, éste es el más duro.  El alma marcada por Dios de modo especial (134) se distinguirá de entre otras almas por una mayor gloria, por el resplandor y por un más profundo conocimiento de Dios; en el purgatorio, por un sufrimiento más profundo, porque conoce más a fondo y anhela más violentamente a Dios; en el infierno, sufrirá más que otras almas, porque sabe más profundamente a quien ha perdido; este sello del amor exclusivo de Dios no se borra en ella.

Reflexión: Almas seráficas

El Señor me explicó que entre las almas elegidas tiene algunas especialmente elegidas, que llama a una santidad llevada a una unión excepcional con Él. Estas son las almas seráficas, de las cuales Dios exige que lo amen más que otras almas.

¡Oh Jesús! Ayúdame a esperar tu fragancia donde quiera que vaya. Incendia mi alma de tu espíritu y vida. Penétrame y aduéñate tan por completo de mí, que toda mi vida sea una irradiación de la tuya. Que cada alma que yo entre en contacto pueda sentir la presencia en mi alma, que al verme no me vea a mí sino a ti en mí.

Escucha: Toda alma tiene en esta tierra para con otra una misión salvadora y para llevarla a cabo le hace falta cierta autoridad, que la obtiene de la comunión, como lo hacen los santos, ellos sabían recibir y guardar a Jesús y hacer que sirviera para gloria de su padre.

Ahora se alimenta de Dios meditando su palabra con la gracia, con la súplica, que es el fondo de la oración y el único medio de obtener la Divina Gracia.

– Recuerda, un alma que se conserva bien en estado de gracia con poca oración; no tiene necesidad de más, pero no volará muy alto, no será un alma seráfica.

Nuestra alma debiera ser un santuario impenetrable donde sólo Dios obrará y de donde saliera la fuerza y la gracia de nuestra vida habitual.

Reglamento de un alma: Espíritu libre de toda preocupación, pero sumiso a la voluntad de Dios. Corazón totalmente de Dios para adorarle y amarle y servirle. Tener voluntad de niño. Tener presencia de Dios. Trabajar sin mirar el éxito, sino solo el deber. Oración como Dios lo hace: la ofrenda y la acción de gracias. La comunión y nuestro examen sobre nuestros deberes.

Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda ser un alma seráfica, a ti y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce