Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

12 III 1937.  Vi la gran fatiga de cierto sacerdote a quien el Señor ha trazado un camino difícil y duro, pero son vivos los frutos de su trabajo.  Ojala Dios dé muchas almas como ésta que sepan amar a Dios entre los más grandes tormentos.

Hoy he sentido cuánto deseaba oraciones cierta alma agonizante.  Recé hasta sentir que ya expiró.  Oh, cuánta necesidad de plegarias tienen las almas agonizantes.  Oh Jesús, inspira las almas a rezar frecuentemente por los agonizantes.

Reflexión: Almas del purgatorio

Oh cuánta necesidad de plegarias tienen las almas agonizantes. El purgatorio es la última misericordia de Dios, es la antesala del cielo donde el alma se purifica, se limpia de las huellas que dejaron en su alma los pecados, porque en el cielo no puede entrar nada manchado. El alma al morir despojada de su cuerpo ha tenido la visión de la hermosura de Dios, la luz y la belleza de un Dios que la ama y que la atrae hacia Él, pero que necesita purificarse para ir a su presencia. Por eso el purgatorio es una herida de amor, un fuego que purifica. El purgatorio es un lugar de deseo, un ardiente deseo de Dios. En el purgatorio se purifican: los pecados veniales, las faltas de amor y delicadezas con el Señor, pecados contra la caridad, contra el amor al prójimo, la dureza de corazón y las deudas o penas contraídas por el pecado y perdonados en la confesión. Al morir el alma los percibe con absoluta claridad y desean ir al purgatorio para purificarse. Nosotros en la Tierra podemos ayudar a las almas a llegar al cielo a través de la Santa Misa, el Santo Rosario y las indulgencias. En la justa de la Misericordia, “Quién se acerque ese día a la fuente de la vida recibirá el perdón total de las culpas y de las penas”, debidamente confesado podrá comulgar. Pidámosle a la Virgen del Carmen porque ella es Refugio de los pecadores.

Santa Faustina, sostén de la confianza en los corazones de los moribundos: Ruega por nosotros.

Desearte un lindo día, que la Misericordia del Señor te colme de paz a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y proteja.

Amén.

Dr. Victor Arce.