Texto del Libro – El diario de Santa Faustina

+ A veces veo las redes tendidas contra mí por las almas que no deberían hacerlo.  No me defiendo, sino confío más en Dios que ve mi interior y me doy cuenta de que esas almas se enredan ellas mismas.  Oh Dios, qué justo y bueno eres.

Reflexión: Alma

A veces no veo las redes tendidas contra mí por las almas que no deberían hacerlo. No me defiendo sino confío más en Dios que ve en mi interior y me doy cuenta de que esas almas se enredan ellas mismas. Oh justo y bueno eres escuchen esto: toda alma tiene en esta tierra para con otras una misión salvadora y para llevarla a cabo le hace falta cierta autoridad esta autoridad moral se saca de la comunión. Quien tiene a Cristo en su alma lo hace sentir en su lenguaje, como en sus actos. Jesucristo se da a conocer a nuestra alma, iluminándola con su luz divina. Se manifiesta a nosotros por su propia luz. A las almas que se dan a la oración les comunica a Jesucristo, luces abundantes sobre sí mismo. En el hombre hay dos vidas: La del cuerpo y la del alma, una y otra se siguen en su orden. La del cuerpo depende de la alimentación y otros factores. La vida del alma es Dios, el alma se alimenta de Dios, con la eucaristía meditando su palabra. Con la gracia, con la súplica que es el fondo de la oración y el único medio de obtener divina gracia. Nuestra alma debiera ser un santuario impenetrable, donde solo Dios obrara y de donde saliera la fuerza y la gracia de nuestra vida habitual. El alma que sabe permanecer en Jesús no experimenta el furor de las tempestades. “Quien en mi mora y yo en él produce mucho fruto”. ¿Cómo morar en Jesús?. 1. Amando su admirable y siempre bendita voluntad. 2. Contemplando su infinita bondad, que sin cesar se difunde sobre nosotros. La contemplación de su procedencia, de su bondad y amor es la mayor felicidad del alma. Toda alma eucarística tiene que ser humilde, el vivir con Jesús nos ha de ser de tal condición.

Desearte un lindo día. El Señor de la misericordia te conceda morar en tu alma, a tí y tu familia.

Dios te bendiga y te proteja.

Santa Faustina, ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Victor Arce