Texto del Libro – El diario de Santa Faustina:

Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero.  Oh fuente de vida, insondable Misericordia Divina, abarca al mundo entero y derrámate sobre nosotros.

A las tres, ruega por Mi misericordia, en especial para los pecadores y aunque sólo sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión, especialmente en Mi abandono en el momento de Mi agonía.  Ésta es la hora de la gran misericordia para el mundo entero.  Te permitiré penetrar en Mi tristeza mortal.  En esta hora nada le será negado al alma que lo pida por los méritos de Mi Pasión.

Reflexión: A las tres de la tarde

A las tres, ruega por mi misericordia en especial para los pecadores. Esta es la hora de la gran misericordia para el mundo entero.

En octubre de 1937, el Señor encomendó adorar la hora de su muerte: Te recuerdo hija mía, que cuántas veces oigas el reloj dando las tres, sumérgete totalmente en mi misericordia, adorándola y glorificándola. Suplica su omnipotencia para el mundo entero y especialmente para los pobres pecadores, ya que en ese momento se abrió de par en par para cada alma. En esa hora puedes obtener todo lo que pidas para ti y para los demás. En esa hora se estableció la gracia para el mundo entero. La Misericordia triunfó sobre la justicia. Hija mía, en esa hora procura rezar el vía crucis, en cuanto te lo permitan los deberes; y si no puedes rezar el vía crucis, por lo menos entra un momento en la capilla y adora en el Santísimo Sacramento a mi corazón que está lleno de misericordia. Y si no puedes entrar en la capilla sumérgete en oración, ahí donde estés aunque sea por un brevísimo instante. Exijo el culto a mi Misericordia de cada criatura, pero primero de ti, ya que a ti te he dado a conocer este misterio de modo más profundo.

El Padre Rozycki habla de tres condiciones para que sean escuchadas las oraciones de esa hora: 1. La oración ha de ser dirigida a Jesús. 2. Ha de ser rezada a las 3 de la tarde. 3. Hay que apelar a los valores y méritos de la Pasión del Señor. A las tres de la tarde, mi corazón agonizante fue abierto en la cruz por la lanza de dónde brotó mi Misericordia.

La mejor manera de reparar y consolar el Corazón de Jesús es recibir su misericordia con gratitud y poniendo toda nuestra confianza en Él.

 Desearte un lindo día. El Señor de la Misericordia te conceda meditar en la hora de su muerte a ti y a tu familia.

Dios te bendiga y proteja.

Sta. Faustina. Ruega por nosotros.

Amén.

Dr. Víctor Arce.