¿Está usted escuchando, como lo hace la mayoría de la gente, con el fin de confirmar lo que ya piensa? Observe sus propias reacciones a medida que hablo. Con frecuencia se alarmará, o se conmocionará, o se escandalizará, o se irritará, o se disgustará, o se sentirá frustrado. O dirá: «¡Maravilloso!» ¿Pero está usted escuchando para ver si lo que oye le confirma lo que piensa? ¿O está escuchando para descubrir algo nuevo? Eso es importante. Es difícil para las personas que están dormidas. Jesús proclamó la Buena Nueva, y, sin embargo, fue rechazado. No porque fuera buena, sino porque era nueva.
Teresa de Jesús Jornet e Ibars, Santa
Memoria Litúrgica, 26 de agosto
Virgen y Fundadora
Martirologio Romano: En Liria, en España, santa Teresa de Jesús Jornet Ibars, virgen, que, para ayudar a los ancianos, fundó el Instituto de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados (1897).
Fecha de beatificación: 27 de abril de 1958 por el Papa Pío XII
Fecha de canonización: 27 de enero de 1974 por el Papa Paulo VI.
Breve Biografía
Los mayores, esos a los que se les ha dado en llamar el colectivo de la Tercera Edad, que ven el ocaso de sus vidas desde el crepúsculo teñido de rojas claridades malva, tienen hoy mucho que agradecer a Dios y bastantes de ellos también a las Hermanitas de los Ancianos Desamparados porque les cuidan, atienden, dan casa y ofrecen el calor de la familia que quizá perdieron o acaso les abandonó porque un día se les ocurrió pensar que de los viejos ya no se podía esperar mucho más, o que eran molestos con sus manías y achaques. Decía que ellos agradecen al buen Dios el testimonio y vida de unas personas, en este caso siempre mujeres, que han hecho de sus existencia una ofrenda de caridad efectiva.
Logran hacer de sus casas un lugar agradable, tranquilo, limpio y ventilado; allí se reza, se come alimento sano, se proporcionan las medicinas pertinentes y, sobre todo, se derrocha cariño de las dos clases: humano y sobrenatural. Son un grupo de mujeres tocadas que están alegres, animosas, activas y optimistas porque es mucho lo que tienen que levantar; se les ve por las calles llamando a las puertas de las casas, en pareja, pidiendo mucho de lo que sobra o algo de lo que se usa; llevan con ellas a todos el recuerdo de la caridad. ¡Claro que son piadosas! Muy rezadoras… de la Virgen y del Sagrario sacan la entereza, la fuerza, el afecto o cariño, comprensión y paciencia que de continuo han de derrochar a raudales cuando charlan, limpian, lavan, planchan, cocinan para los ancianos o cuando tienen que animar a tanta juventud acumulada.
Teresa de Jesús, la catalana de Lérida, tuvo en lo humano muchas coincidencias con su homónima de Castilla; delicada de salud en el cuerpo y alma grande, espontánea y andariega, con gracejo agradable. En lo divino tuvieron de común el olvido de sí y, por amor a Dios, saber darse.
Nació en Ayltona (Lérida) el 9 de enero de 1843. Sus padres, Francisco José Jornet y Antonia Ibars eran sencillos labradores, educando a su familia en la religión: Su hermana Josefa, Hija de la Caridad en el hospital de la Habana; su hermana María se incorporó con María a la nueva aventura religiosa; su hermano Juan, casado dio tres hijas a la congregación de su hermana Teresa; su tía Rosa, hermana de su madre, muerta en olor a santidad; su tío el Beato Francisco Palau, fraile carmelita exclaustrado, apóstol, orador, escritor, penitente, un huracán enardecido, acabará también en los altares.
Teresa creció en un clima doméstico de trabajo honrado. Estudia en Lérida para maestra y enseñó en Argensola (Barcelona); allí la veían desplazarse cada semana a Igualada para confesarse.
El P. Francisco Palau, tío abuelo suyo, está en trance de fundación de algo y la invita para que le ayude en el intento; pero Teresa ha pensado más en la vida religiosa donde podrá vivir en silencio y oración; por eso se hace clarisa entre las del convento de Briviesca, en Burgos, mientras que su hermana Josefa ingresa en Lérida en las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Pero la situación política de la segunda mitad del siglo XIX es complicada y compleja, no permite el gobierno la emisión de votos.
Se hace entonces Terciaria Franciscana y recupera algo de la actividad docente.
Cerca de su patria chica, en Huesca y Barbastro, un grupo de sacerdotes con D. Saturnino López Novoa a la cabeza piensa en una institución femenina que se dedicara a la atención de ancianos abandonados. Comprende Teresa que este es su campo y, arrastrando consigo a su hermana María y a otra paisana, comienza en «Pueyo» con una docena de mujeres y desde entonces es la cabeza, permaneciendo veinticinco años en el gobierno.
Desde Barbastro cambia a Valencia donde está la casa madre de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados porque es la patrona de la ciudad quien da apellido a la Institución. Luego se extenderán por Zaragoza, Cabra y Burgos; llenarán de casas-asilo que así le gusta a la madre que se llamen para resaltar el clima de familia la geografía española y pasan las fronteras. Cuando muere Teresa de Jesús en Liria, el año 1897, llegan a 103 y deja tras de sí a más de 1000 Hermanitas para continuar su labor hasta siempre, porque siempre ancianos habrá y algunos de ellos quedarán desamparados.
No quiso ella canonizaciones. Lo dejó dicho y escrito por si hubiera dentro de la Congregación con el paso del tiempo Hermanitas canonizables. Mandó que no se gastara dinero en proponer a nadie la subida a los altares. Ese fue el motivo de que pasaran los años sin el intento de iniciar su proceso de beatificación; y el rapidísimo salto a la canonización se debió a la sensibilidad del pueblo y a las manifestaciones sobrenaturales que tan frecuentemente Dios quiso mandar.El anciano abuelo tembloroso, ensuciaba cada comida el mantel porque derramaba la sopa. Primero sus hijos le hicieron una cuchara de madera, pero incluso con la madera seguía ensuciando el mantel. No puede comer con la familia. Y lo llevan a la cocina. El abuelo tiene que comer solo en la compañía de sus hijos y de sus nietecitos. El más espabilado se entretenía jugando con un trozo de madera muy afanado. -¿Qué haces?, le preguntó su mamá: Y el niño, “estoy haciendo una cuchara de madera para cuando papá y tú seáis mayores”.
En la provincia y Diócesis de Lérida y en Aytona, España, de Francisco Jornet y de Antonieta Ibars, agricultores, nace el 9 de enero de 1843, Teresa Jornet, hoy ya canonizada y Patrona de la ancianidad Su caridad activa hacia los pobres, le movía a llevarlos a casa de su tía en Lérida, a donde se había trasladado para poder asistir a la escuela de la ciudad.
Estudia magisterio en Argensola, provincia de Barcelona. Solicitó ser admitida en las clarisas de Briviesca, cerca de Burgos, pero no pudo profesar por la prohibición de la legislación en vigor. Se dedicó a la enseñanza y se hizo terciaria carmelita. Una enfermedad que padeció después de la muerte de su padre, la obligó a permanecer en su casa por algún tiempo.
Don Saturnino López Novoa, canónigo de Huesca, su director, a quién confió la dirección de su alma, la encauzó hacia la fundación de una obra destinada a recoger a los ancianos sin familia y sin medios de subsistencia. Teresa, que hasta el momento había tenido la impresión desagradable de no haber hecho nada en su vida, se orientó decididamente hacia este ideal. En 1872, fundó la primera casa en Barbastro, con la ayuda de algunas jóvenes, y de su hermana, María.
Teresa se adelantó a su tiempo, porque entonces, hace más de un siglo, aún dejaban en la cocina a los abuelos, aunque con cuchara de madera, pero ahora, ni los quieren, ni les cuidan, y se arman líos entre las familias para zafarse del engorro de los viejos, según el refrán: “Parientes y trastos viejos, pocos y lejos”. En el Continente africano carecen de frigoríficos y de muchos de nuestros cachivaches de la modernidad; pasan hambre y toda clase de necesidades, pero conservan su humanísima tradición de respetar al anciano y considerarle como una bendición. Les minusvaloramos en esta cultura de la juventud, la belleza y el cultivo de los cuerpos, pero en humanismo el tercer mundo va por delante con nota al mundo que se cree supercivilizado.
El 27 de enero de 1873, los miembros de la nueva congregación, recibieron el hábito religioso y Teresa fue elegida superiora. Un grupo de buenos católicos de Valencia propuso asegurar la vida de la pequeña comunidad. La madre Teresa aceptó y, como está en Valencia, constituye Patrona a la Virgen de los Desamparados, título muy apropiado para los ancianos Desamparados.
Muy pronto el número de ancianos fue aumentando y creciendo sin cesar. Para poder recibir más, compró el antiguo convento de los Agustinos. Esta casa se convirtió en la casa madre de la Congregación de las Hermanas de los Ancianos Desamparados. Se desarrolló tan de prisa la Obra, que en 1887, cuando fue aprobada por la Santa Sede, contaba ya con 58 casas.
María Teresa de Jesús formó muy sólidamente a sus hijas en el cumplimiento de sus obligaciones con los ancianos, hasta exponerse a la soledad, al frío y al hambre, para poder darles abrigo y un verdadero cariño. Aprendió de las terciarias carmelitas la devoción a la Virgen, y de las clarisas el amor a los pobres, y en los ejercicios de San Ignacio, el ardiente deseo de identificar sus sentimientos con la voluntad divina. Desarrolló una actividad incansable y una inalterable confianza en Dios. A los que le reprochaban que se ocupara de los más humildes oficios, respondía: «No hay nada pequeño cuando se trata de la Gloria de Dios». Cuando le decían que emprendía obras con un atrevimiento casi temerario, se sonreía diciendo: «Mientras más pobres haya, habrá más bienhechores».
Tenía el secreto de su paz interior inalterable en medio del tráfago continuo, en sus palabras: «Dios en el corazón, la eternidad en la cabeza, y el mundo bajo los pies».
Su organismo no pudo resistir al régimen que se impuso. A las fatigas físicas se juntaban los dolores mortales, como el de la epidemia del cólera, que acabó con veinticuatro hermanas y setenta ancianos. Cuando la enfermedad la obligó a detenerse, se retiró a Liria, Valencia, con la esperanza de que el buen aire le devolviera la salud.
Murió ahí, el 26 de Agosto de 1897, el 27 de abril de 1958 el Papa Pío XII la beatificó y fue canonizada por Pablo VI.
Siervo fiel y prudente
Santo Evangelio según san Mateo 24, 42-51. Jueves XXI del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 24, 42-51
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Velen y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor. Tengan por cierto que si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. También ustedes estén preparados, porque a la hora que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre.
Fíjense en un servidor fiel y prudente, a quien su amo nombró encargado de toda la servidumbre para que le proporcionara oportunamente el alimento. Dichoso ese servidor, si al regresar su amo, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que le encargará la administración de todos sus bienes.
Pero si el servidor es un malvado, y pensando que su amo tardará, se pone a golpear a sus compañeros, a comer y a emborracharse, vendrá su amo el día menos pensado, a una hora imprevista, lo castigará severamente y lo hará correr la misma suerte de los hipócritas. Entonces todo será llanto y desesperación»
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Cada uno de nosotros ha recibido un encargo muy especial. Dios nos ha llenado de dones: interiores y exteriores, espirituales y materiales, personales y compartidos. Todas estas bendiciones vienen de su mano y sabemos que al final de nuestra vida tendremos que rendir cuentas del bien que hemos podido hacer con ellas. Por eso Cristo nos invita hoy a ser prudentes en la administración.
El siervo fiel y prudente se encuentra cumpliendo su deber en todo momento. No importa si lo están vigilando o se encuentra solo, él sabe que está a cargo y se hace responsable. Es prudente porque en cualquier circunstancia se pregunta: «¿Qué quiere mi Señor que haga con esta riqueza?» Nosotros también podemos aprender esta prudencia; que todas nuestras decisiones durante el día estén ordenadas según un criterio central: ¿Qué quiere Dios de mí ahora? Este momento que tengo a disposición, estos bienes que poseo, ¿para qué es mejor usarlos? ¿En dónde hay que invertir este «dinero»?
Más en detalle, ¿qué significa cumplir el deber y administrar con prudencia? En la parábola Cristo nos muestra el ejemplo negativo: un hombre que sólo piensa en sí mismo, que come y bebe y maltrata a los demás. De ahí podemos imaginar qué es lo que Dios quiere. Tenemos dones y riquezas interiores para el bien de los demás. Así como Jesús, que vino al mundo para servir, más que para ser servido. Somos prudentes, verdaderamente prudentes, en nuestras decisiones, si «administramos» siempre en beneficio de los demás. Más que pensar en lo que a mí me gusta, tener como criterio el bien de mi familia, dar gusto a quien se encuentre a mi lado, llevar a Dios y ayudar en lo que pueda a todo el que me necesite. ¡Ésta es la administración que Cristo premiará!
Como hijos de Dios, el Padre nos ha encargado alguna porción de su casa y de su familia. Agradezcamos la confianza que pone en nosotros. Pidámosle su ayuda para saber usar bien los dones que nos ha dado. Decidamos hoy vivir para servir.
«Estamos llamados a ensanchar los horizontes de nuestro corazón, a dejarnos sorprender por la vida que se presenta cada día con sus novedades. Para hacer esto es necesario aprender a no depender de nuestras seguridades, de nuestros esquemas consolidados, porque el Señor viene a la hora que no nos imaginamos. Viene para presentarnos una dimensión más hermosa y más grande. Que Nuestra Señora, nos ayude a no considerarnos propietarios de nuestra vida, a no oponer resistencia cuando el Señor viene para cambiarla, sino a estar preparados para dejarnos visitar por Él, huésped esperado y grato, aunque desarme nuestros planes». (Cf Homilía de S.S. Francisco, 27 de noviembre de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy buscaré compartir con otros algo que me agrada a mí.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Servir a los pobres
Educar desde los pobres: una nueva perspectiva social
Hablar de los pobres no es lo mismo que hablar de la pobreza. En los pobres encontramos rostros, nombres, historias, dolor, sufrimiento, pero también esperanza de cambio.
La educación desde los pobres y no solo para los pobres no es solamente una manera de orientar las prioridades de servicio, sino que debe ser, tras las huellas de la humanidad justa, una verdadera escuela de coherencia.
Servir a los pobres es un acto de humanización y, al mismo tiempo, signo de autenticidad ética y estímulo de conversión permanente para la sociedad, puesto que cuando uno se abaja a lo más bajo de sus prójimos, entonces se eleva admirablemente a la más alta caridad (San Gregorio Magno).
Los pobres son nuestros maestros, son nuestros jueces. En ocasiones poco nos ponemos en su lugar para considerar el destino del quehacer educativo, desde sus realidades, sus necesidades, sus criterios y sus anhelos.
Solidaridad, capacidad festiva, su propia fragilidad, el vivir sin cuentas ni seguros los hace desinstalados, generosos, libres, esto nos lleva a creer que los pobres son creadores de futuro. Tener conciencia de que ellos son los verdaderos agentes de cambio, fuente de dinamismo para todos. Querer con todo, colaborar en cambiar las estructuras de la historia.
Los pobres son prioridad. En nuestros criterios prácticos, ¿tienen prioridad, las necesidades de los pobres, de los menos dotados?, ¿cuáles son nuestros criterios de admisión y permanencia? Porque la gran evaluación docente es nuestro actuar. Es buena señal si los pobres nos escogen y se hallan bien con nosotros, sea cual sea nuestra oferta educativa. Pero si más bien los alejamos, los asustamos o más aún los ofendemos, estamos categóricamente llamados a revisar nuestros criterios de puertas abiertas.
Los pobres representan el propio estatuto ontológico-creatural de todo hombre. Ser criatura es originariamente, no tener. Es recibir incesantemente De Dios la esencia y la existencia. Habiéndolo recibido todo de Dios y siendo propiedad y don de Dios, todo debe convertirse en don para los otros. Pobre no es sólo el que recibe sino también aquél que da y lo hace sin límites.
Servir a los pobres en una sociedad como la nuestra significa oponerse activamente a caer en el espíritu consumista, haciendo uso de las cosas de tal manera que nos permita constantemente recordar y vivir los valores como únicos, absolutos y necesarios al prójimo, especialmente hacia los que educamos.
En un mundo como el nuestro marcado por las desigualdades cada vez mayores, en el que anualmente mueren de hambre de 40 a 50 millones de personas, en donde tantas personas quedan excluidas de los beneficios económicos, en donde surgen nuevas pobrezas, debe darnos vergüenza aplicarnos a la ligera el título de pobres. Sin embargo el ser distintos no imposibilita el ser pobres y solidarios con los pobres, sino que nos invita a poner esa diferencia a su servicio.
El Padre Kolvenbach, antiguo prepósito general de los jesuitas, en un encuentro con los antiguos alumnos de Bolivia en el año 2001 hablaba de la presión tremenda a la que se ven sometidos los centros educativos en la jungla globalizada en la que nos movemos, en la que sólo sobreviven los más preparados y añadía: “Naturalmente tenemos que preparar a nuestros estudiantes para que puedan competir en el mercado y asegurarse uno de los relativamente escasos puestos de trabajo disponible. Pero si éste es el único criterio que tenemos para evaluar nuestras instituciones, podemos considerarnos como fracasados… Si lo que logran es simplemente convertirse en hombres y mujeres «para sí mismos y los suyos», y no «para los demás», especialmente para los pobres y excluidos, nuestra educación no habrá conseguido su objetivo, no habremos educado para la justicia”.
En aras de que reubiquemos una retórica que sea vivencial, con especial atención a los gritos silenciosos de quienes claman justicia y de quienes por derecho les corresponde un lugar digno en este mundo; seamos valientes cada vez que nos corresponda decidir en torno a los más vulnerables. Que sean nuestras determinaciones en pro de su crecimiento, de su madurez, de su inclusión. Seguro lograremos espacios más dignos, más humanos, incluso más evangélicos.
La hipocresía pone en riesgo la unidad de la Iglesia
Catequesis del Papa Francisco, 25 de agosto de 2020.
El miércoles 25 de agosto el Papa Francisco presidió en el Aula Pablo VI del Vaticano su Audiencia General dedicando la sexta catequesis sobre la carta del Apóstol San Pablo a los Gálatas en la que condena la hipocresía.
Pablo reconoce haber hecho una corrección a Cefas, es decir a Pedro, ante la comunidad de Antioquía, porque su comportamiento no era siempre coherente y de esta forma ponía en juego la relación entre la Ley y la libertad.
El comportamiento de Pedro dividía a la comunidad
«Sin quererlo, Pedro, con esa forma de actuar, creaba de hecho una división injusta en la comunidad», explica el Santo Padre, destacando algunos episodios que cita Pablo a propósito de lo que había sucedido en Antioquía años antes:
“Pedro comía sin problema con los no judíos que venían del paganismo, algo que estaba prohibido por la Ley, pero cuando llegaron a la ciudad algunos cristianos circuncisos de Jerusalén, es decir que respetaban la Ley mosaica, entonces Pedro ya no comía con los gentiles para no incurrir en sus críticas”.
En este sentido, el Papa subraya que este acto es considerado grave a los ojos de Pablo, «también porque Pedro era imitado por otros discípulos, el primero de todos Bernabé, que junto con Pablo había evangelizado precisamente a los Gálatas» y utiliza un término que permite entrar en el fondo de su reacción: hipocresía (cfr Gal 2,13) ya que la observancia de la Ley por parte de los cristianos llevaba a este comportamiento hipócrita que el apóstol pretende combatir con fuerza y convicción.
El virus de la hipocresía se difunde fácilmente
El Pontífice hace hincapié en que la hipocresía es miedo por decir la verdad.
“Se prefiere fingir en vez de ser uno mismo. Fingir impide la valentía de decir abiertamente la verdad y así se escapa fácilmente a la obligación de decirla siempre, sea donde sea y a pesar de todo. En un ambiente donde las relaciones interpersonales son vividas bajo la bandera del formalismo, se difunde fácilmente el virus de la hipocresía”.
Además, Francisco recuerda que en la Biblia se encuentran diferentes ejemplos en los que se combate la hipocresía, algo que también Jesús condonó porque nos aleja de la verdad, conduciéndonos por el camino de la falsedad e iniquidad.
El hipócrita vive con una máscara en el rostro
Asimismo, el Obispo de Roma destaca que el hipócrita es una persona que finge, adula y engaña porque vive con una máscara en el rostro y no tiene el valor de enfrentarse a la verdad:
“Por eso no es capaz de amar verdaderamente: se limita a vivir de egoísmo y no tiene la fuerza de demostrar con transparencia su corazón”.
Y al respecto, el Santo Padre puntualiza que hay muchas situaciones en las que se puede verificar la hipocresía ya que a menudo, esta se esconde en el lugar de trabajo, «donde se trata de aparentar amigos con los colegas mientras la competición lleva a golpearles a la espalda».
«También en la política donde no es inusual encontrar hipócritas que viven un desdoblamiento entre lo público y lo privado», afirma Francisco añadiendo que particularmente detestable es la hipocresía en la Iglesia.
“La hipocresía pone en peligro la unidad en la Iglesia por la cual el Señor mismo ha rezado. El miedo a la verdad es un comportamiento que no nos permite ser nosotros mismos. El hipócrita vive en el egoísmo y no tiene la fuerza de mostrar su corazón con transparencia”.
Y para no ser hipócritas, el Papa concluye invitando a todos a no olvidar nunca las palabras del Señor: “Sea vuestro lenguaje: ‘sí, sí’; ‘no, no’; ya que lo que pasa de aquí viene del Maligno” (Mt 5,37).
A continuación compartimos la síntesis de la Catequesis del Papa pronunciada en español:
Queridos hermanos y hermanas:
En la Carta a los gálatas, Pablo menciona una corrección que le había hecho a Cefas —es decir, a Pedro— ante la comunidad de Antioquía. Le había reprochado su comportamiento porque, para evitar que lo critiquen, hacía diferencias entre los cristianos que procedían del judaísmo y los que venían del paganismo, y esta actitud dividía injustamente a la comunidad. Con esta observación, san Pablo quiere advertir a los cristianos de Galacia que uno de los peligros en el cumplimiento de la Ley es la hipocresía.
La hipocresía es el miedo a decir abiertamente la verdad, es fingir o aparentar para quedar bien a los ojos de los demás. En la Biblia hay varios ejemplos en los que se combate esta actitud, como el testimonio del anciano Eleazar, que se mantuvo fiel aun sabiendo que corría peligro su propia vida. También Jesús condena la hipocresía y reprocha a quienes se muestran justos por fuera, pero por dentro están llenos de egoísmo y falsedad.
Saludo cordialmente a los fieles de lengua española. Pidamos al Señor que nos ayude a ser coherentes, a dejarnos confrontar y a combatir con valentía todo lo que nos aleja de la verdad y de la fe que profesamos. Sólo así podremos ser auténticos constructores de unidad y de fraternidad. Que Dios los bendiga. Muchas gracias.
10 ideas para mejorar tu relación con el Espíritu Santo
Permitámosle impregnarnos con Su Presencia y que tome total posesión de nuestras vidas
El Santificador, el Paráclito, el Dedo de Dios, el Maestro Interior, el Don de Dones, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, el lazo de Amor unificando el Padre y el Hijo, el Abogado, el Amigo Secreto, el Dulce Huésped del Alma – todos estos títulos se le dan a la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, el Espíritu Santo.
Cuando San Pablo llegó a Éfeso en un viaje misionario, él le preguntó a alguna de las personas allí si habían recibido el Espíritu Santo. Su respuesta pudo ser vista incluso a la luz de nuestra situación presente como una falta de conocimiento de la fe en general y una falta de conocimiento del Espíritu Santo en particular:
«Ni siquiera hemos oído decir que se reciba el Espíritu Santo». (Hechos 19,1-7)
Nunca hemos vivido en un mundo con tanta información. Sin embargo, al mismo tiempo, nunca hemos vivido en un mundo con una confusión tan esparcida – ¡los efectos del pecado y de la Torre de Babel!
Por lo tanto, queremos ofrecer un pequeño ensayo acerca de cómo podemos hacer que nuestro conocimiento, amor y amistad con el Espíritu Santo crezcan, tal a como dice el Catecismo de la Iglesia Católica acerca de Él – “¡El Don de Dones!”
Recibamos libremente este Don en lo profundo de nuestros corazones, mentes, almas y entendimientos y permitámosle impregnarnos con Su Presencia y que tome total posesión de nuestras vidas. Un don o un regalo pueden ser recibidos o rechazados libremente.
Abramos nuestros seres totalmente para recibir el más grande de los Regalos, ¡a Dios mismo!
Esperamos que estas pequeñas sugerencias sean de gran ayuda para unirnos más con el Espíritu Santo. Estemos preparados y dispuestos a compartir el conocimiento que recibamos libremente. Si hemos recibido libremente, ¡demos libremente!
A continuación encontrarán 10 puntos o ideas para mejorar su conocimiento, amor y docilidad al Espíritu Santo.
1.- Cada día una Oración al Espíritu Santo.
Aquí les dejo una que puede ser memorizada fácilmente: «Ven Espíritu Santo, ven a través del Corazón de María».
Digan esta oración a menudo con gran fe y amor. Consecuentemente, el Espíritu Santo se manifestará más activamente en sus vidas.
2.- Leer Hechos de los Apóstoles.
Lean el libro de la Biblia que le sigue al Evangelio de San Juan y que le es atribuido a San Lucas, los Hechos de los Apóstoles.
Este libro ha sido llamado “El Evangelio del Espíritu Santo”. Sean especialmente observadores de cuántas veces es mencionado el Espíritu Santo en esta obra maestra espiritual. Vean además las diferentes maneras en las que el Espíritu Santo trabaja en la Iglesia primitiva.
Pueden incluso subrayar con un lápiz cada vez que el Espíritu Santo sea mencionado en el libro de los Hechos de los Apóstoles.
Permítanle al Espíritu Santo entrar más de lleno en sus vidas al meditar la Palabra de Dios.
3.- Tener el hábito de rezar Novenas.
Una de las novenas más poderosas en la historia del mundo es precisamente la novena de la preparación para la venida del Espíritu Santo, el primer Pentecostés.
Los Apóstoles oraron y ayunaron durante 9 días y noches en unión con la Santísima Virgen María. Luego ocurrió un extraordinario fenómeno: viento y fuego descendieron sobre las cabezas de los Apóstoles, transformándolos en fervientes amantes de Jesús, ¡listos para derramar su sangre por el bien de Su nombre! (Lee el capítulo 2 del libro de los Hechos).
4.- Conocer los SÍMBOLOS del Espíritu Santo.
Hay que conocer todos los símbolos que nos ha dado la iglesia para conocer mejor al Espíritu Santo.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos da varios de ellos: Fuego, Viento, Paloma. Viento, Agua y Aceite.
También el Sello, un Dedo, una Lámpara.
Los símbolos son realidades físicas que apuntan a una realidad espiritual más profunda (CCC 694 – 701)
5.- Lean sobre el Espíritu Santo.
Uno de los libros que recomiendo es «En la Escuela del Espíritu Santo» escrito por Jacques Philippe.
Una obra de arte corta pero magnífica sobre el tema del Espíritu Santo, Philippe nos invita a buscar el camino de la santidad por medio del sencillo camino de la docilidad a las inspiraciones del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo, Santificador, nos quiere hacer santos, si le permitimos operar libremente en nuestras vidas.
6.- Los Dones del Espíritu Santo
Al momento del Bautismo recibimos los siete Dones del Espíritu Santo; luego el Sacramento de la Confirmación fortifica estos maravillosos dones.
Conózcanlos; oren para que se actúen más vigorosamente en sus vidas. Su santificación y salvación depende de esta profunda unión con el Espíritu Santo y Sus Dones.
7.- Los 7 Dones del Espíritu Santo
Si sienten que deambulan en “Tierra de Nadie” con respecto a lo que son los Dones del Espíritu Santo, entonces esto les será de mucha ayuda.
Traten de memorizarlos: Sabiduría, Conocimiento, Entendimiento, Consejo, Fortaleza, Piedad y Temor de Dios.
De acuerdo a Santo Tomás de Aquino, el Doctor Angelical, la Sabiduría es el más grande de los dones del Espíritu Santo, que puede ser definido como deleitarse en las cosas de Dios.
Si quieren, el Salmista resume el don de la Sabiduría con estas palabras concisas:
«Gusten y vean cuán bueno es el Señor» (Salmo 34,9)
8.- Los frutos del Espíritu Santo
Tradicionalmente los frutos del Espíritu Santo son doce, aunque Santo Tomás de Aquino dice que estos no incluyen todo.
Los siguientes son los doce frutos conocidos tradicionalmente: caridad (o amor), alegría, paz, paciencia, benignidad (o amabilidad), bondad, longanimidad (o gran coraje), fidelidad, mansedumbre, modestia, continencia (o auto-control), y castidad.
Santo Tomás dice que cuando correspondemos a los Dones del Espíritu Santo y llevamos a cabo la voluntad de Dios en nuestras vidas, entonces experimentamos esta dulzura interior en nuestra alma, éstos son los frutos del Espíritu Santo.
9.- Recuperar al Espíritu Santo.
Una tragedia moral podría ocurrir en nuestras vidas: ¡caer en pecado mortal! Si se cae en el lodo del pecado mortal en nuestras vidas, nunca caigan en desesperación sino que confíen en Dios completamente.
Al cometer pecado mortal, estamos expulsando conscientemente a la persona del Espíritu Santo de nuestras almas.
Sin embargo, la Buena Nueva es ésta: ¡CONFESIÓN! Al realizar una buena confesión con un sacerdote, entonces no sólo regresa la gracia de Dios a nuestra alma sino que ¡regresa el Espíritu Santo como Dulce Huésped de nuestra alma!
10.- La Virgen María y el Espíritu Santo
María tiene la relación más profunda y cercana con el Espíritu Santo después del mismo Jesús.
La Inmaculada Concepción, en la cual Nuestra Señora fue preservada libre de toda Culpa Original desde el momento de su concepción en el vientre de su madre, fue obra del Espíritu Santo.
La Concepción Virginal de Jesús en el vientre de María fue por obra y gracia del Espíritu Santo.
El nacimiento de la Iglesia en el primer Pentecostés cuando el Espíritu Santo descendió sobre los Apóstoles en lenguas de fuego, sucedió en presencia de Nuestra Señora.
Sus poderosas oraciones facilitaron la venida del Espíritu Santo y el advenimiento de la Iglesia Misionera.
Nuestra Señora tiene una relación íntima y profunda con la Santísima Trinidad. Ella es la Hija de Dios Padre, la Madre de Dios Hijo y la Esposa Mística del Espíritu Santo.
Por esta razón San Luis de Montfort expresó en estas palabras de gran entusiasmo:
«Aquellos que aman a María, el Espíritu Santo se lanza a Sí mismo en estas almas»,
Que Nuestra Señora nos obtenga un Pentecostés renovado y una poderosa infusión del Espíritu Santo.
«Ven Espíritu Santo, ven a través del Corazón de María».
¿Tienen alma los animales?
Las palabras animales y animación provienen del latín anima, que se traduce como alma.
¿Quién no ha disfrutado de la compañía y lealtad de un perro? En los momentos en que disfrutamos de la compañía un animal no se puede ocultar que hay cierta comunicación no verbal entre los dos, hombre y animal, más aún si son animales queridos. Esto nos puede impulsar a creer que, los animales tienen alma semejante a la nuestra. ¿Pero la tienen?
Sabemos que los animales tienen movimiento y facultades que no son sólo el cuerpo, sino del cuerpo como la nutrición, la sensación, imaginación, etc. Recordemos que los animales están animados. Ambas palabras, «animales» y «animación» provienen del latín: anima, que se traduce como alma. Así que, en cierto modo, animales como perros, gatos y hasta peces de colores tienen alma. Sin embargo, el alma de los animales no es como la de los seres humanos, porque no tiene una tendencia la vida espiritual, de reconocimiento personal de Dios.
En suma digamos que el alma humana es de naturaleza espiritual, mientras que el alma de los animales no lo es. Este reconocimiento no demerita a los animales como compañeros leales y creaturas útiles al hombre. Más bien nos mueve a reflexionar sobre las actitudes exageradas que se toman con los animales. Si bien muchos de ellos pueden ser nuestros compañeros leales, esto no significa que sean idénticos a nosotros y que deban recibir las mismas atenciones espirituales que un ser humano.
El católico actúa de forma respetuosa y considerada con los animales porque sabe que sienten y pueden sufrir, pues tienen alma y una dignidad como creaturas de Dios. Además de esto sabe que un animal no tiene la misma dignidad, en cuanto a facultades espirituales, que un ser humano. Esto es porque el hombre es espíritu y cuerpo animado, mientras que los animales son cuerpos animados que no han alcanzado un desarrollo espiritual.
A eso se refería Juan Pablo II cuando declaró en una audiencia semanal en 1990 que el reino animal participa del aliento de vida que procede de Dios, y que por tanto debemos amar y respetar a los animales como criaturas de Él que son.
Nunca debemos olvidar que sólo el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios y está destinado a la inmortalidad, que consistirá en participar de los deleites del Cielo o las penas del infierno.
¿Vamos a ver a nuestros perritos despúes de la muerte?
Hoy el Padre Seba nos da tres elementos para comprender lo que nos dice la Revelación sobre este tema
La felicidad en el cielo debería contemplar que allí también estén nuestras mascotas. Ésta es una cuestión que despierta alguna sensibilidad en muchos de nosotros, pues quién no se ha encariñado o con un perro, gato, pájaro, hamster, pecesito, etc,. Hoy el Padre Seba nos da tres elementos para comprender lo que nos dice la Revelación sobre este tema. En ningún lado del depósito de la fe se nos manifiesta si los perros van al cielo explícitamente, pero el Padre nos explica cómo es que debemos entender este tema para confiar en la bondad y la providencia de Dios que quiere nuestra felicidad. Nada nos garantiza que en sus designios no estén contempladas nuestras mascotas.
Recuerden que en estos videos responderé a todas las preguntas que me hagan. La idea es que me manden todas sus dudas. @Padre_Seba.
VER VIDEO https://www.youtube.com/watch?v=MgeTicnNbSY
Aitona: tras los pasos de Santa Teresa de Jesús Jornet
Una visita guiada ofrece la posibilidad de conocer la vida de la Patrona de la Ancianidad y fundadora de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados.
Aitona es una pequeña población cercana a Lleida (España), famosa hoy por los melocotoneros en flor que bañan de rosa los campos al comienzo de la primavera. El turismo hace que anualmente visiten el pueblo miles de personas.
Pero también es interesante saber que Aitona es tierra de santos y que allí nació y vivió Santa Teresa de Jesús Jornet, una mujer piadosa, emprendedora y valiente. Un espíritu libre que, a pesar de que pasó muchos años de su vida sin luces claras acerca de su vocación, se dejó guiar por la mano de Dios con fe.
La Aitona de Santa Teresa de Jesús Jornet era la del siglo XIX, con pocos medios de comunicación, una vida sencilla agrícola y ganadera, y varios sucesos políticos de los que la Iglesia salía mal parada, entre ellos la Desamortización de Mendizábal, por la que se expropiaron todas las propiedades eclesiásticas.
De todo aquello, hoy se puede ver el municipio con su iglesia barroca, el milenario barrio de la morería (el nombre de Aitona procede del árabe zaituna, aceituna, y viven allí árabes desde la época de la Conquista), las calles angostas, las ruinas del castillo, la ermita de Sant Joan de Carratalà (adonde iba la santa a rezar el rosario los domingos con sus amigas), la cueva del padre Palau, el paisaje de secano con la sierra de roca sedimentaria pegada al pueblo… Y la casa natal de Santa Teresa de Jesús Jornet, una más entre las del casco antiguo.
Galería fotográfica
Frente a la casa natal, se puede ver la antigua residencia de ancianos que Teresa Jornet fundó con su hermana María y una comunidad de 5 hermanitas de los Ancianos Desamparados. Durante la guerra civil fue destrozada (especialmente la capilla) y fue reconvertida en casa museo. Tenía una capacidad para 20 ancianos. De ahí, sin embargo, surgió un proyecto de mayor envergadura: una residencia nueva que hoy acoge a más de 100 ancianos.
Cuando Dios está de nuestra parte
Por todo el mundo, las Hermanitas de los Ancianos Desamparados tienen hoy más de 100 casas-asilo: México, Argentina, Chile, Brasil, Colombia, Ecuador, Venezuela, Perú, Bolivia, El Salvador Guatemala, República Dominicana, Paraguay, Filipinas, Alemania, Italia… «Nada tenemos que perder cuando Dios está de nuestra parte», había escrito la santa.
La vidas de algunos santos son lineales: descubren su vocación, responden que sí a Dios y trabajan en esa labor hasta sus últimos días. El caso de Santa Teresa de Jesús Jornet es muy diferente. Hubo de ir y venir para acertar en lo que debía fundar: eso sí, siempre quiso hacer la voluntad de Dios.
Nace en 1843. Acaba los estudios escolares a los 15 años y se traslada a Fraga para estudiar Magisterio. A los 18 ya ejerce como maestra en Argensola (Barcelona).
A los 19 colabora con las Carmelitas Terciarias, una orden fundada por su tío abuelo, el beato Padre Palau. Sin embargo, ve que aquello no es su vocación y abandona la colaboración. Regresa a Aitona y vive allí otros 4 años. Sigue preguntándose qué le pide Dios.
En 1868 ingresa en el monasterio de las Clarisas de Briviesca (Burgos). Aquello parecía el paso definitivo pero una pústula la obliga a regresar de nuevo a su casa en Aitona.
En 1870, el Padre Palau la nombra Visitadora de las escuelas de las Carmelitas Terciarias. Ve que es una mujer valiosa, llena de fe, rezadora y audaz. Pero en 1872 él muere y Teresa Jornet, que había accedido al encargo solo por ayudar a su tío, vuelve a su casa.
El camino definitivo, a los 29 años
En 1872 conoce al sacerdote Saturnino López Novoa en Estadilla (Huesca) y él le propone cofundar una orden dedicada a los ancianos sin recursos y sin ayuda familiar. Teresa Jornet siente que ese camino es el que ha ido buscando hasta entonces. Tiene 29 años y ve con claridad que esa es la misión para la que Dios la ha ido preparando con la falta de salud, las dificultades y la incertidumbre.
El 27 de enero de 1873 se funda la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en Barbastro (Huesca). Ese mismo año establece la Casa-Madre en Valencia. Comienza la expansión por España y por el mundo. Aumentan sin cesar las vocaciones.
En 1891 Teresa de Jesús Jornet regresa a Aitona, esta vez para fundar una residencia en un solar de sus abuelos maternos. Nada se le pone por delante: ni la poca fe del párroco ni los escasos medios. Su hermana María, también religiosa, pinta en una noche el esbozo de plano que ha de servir para la casa-asilo. Al día siguiente han de marcharse porque la expansión apremia.
Atención a miles de ancianos por todo el mundo.
A los 54 años fallece Teresa de Jesús Jornet en Liria (Valencia). Deja un legado de 104 casas-asilo y una labor de atención a miles de ancianos, a los que ayudan en lo material y lo espiritual.
La Madre Jornet fue beatificada en 1958 y canonizada en 1974. Al año siguiente, fue proclamada Patrona de la ancianidad. Su fiesta se celebra cada 26 de agosto.
La visita a Aitona es una toma de contacto muy viva con la experiencia de la santa: no solo porque pueden verse la casa natal, la primera residencia y la actual casa-asilo, sino porque se palpa el espíritu de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Además, se comprende muy bien la forja familiar y la piedad que recibió también al ir a la iglesia, la parroquia de San Antolín, que hoy cuenta con un altar dedicado a la santa; y a la cueva del Padre Palau, quien le ayudaba espiritualmente.
Aitona es tierra de santos que cuenta además con el beato Padre Camí, sacerdote mártir de la guerra civil española y descendiente de la familia de Santa Teresa Jornet.
También puede visitarse la sede de las Carmelitas Misioneras Teresianas, congregación fundada por el beato Padre Palau.
Visitas guiadas a la Casa Natal y Casa Museo de Santa Teresa de Jesús Jornet, los domingos mañana y tarde. Tel. +34 973 79 40 40.
Papa Francisco: ¿Cómo ser astuto sin caer en la corrupción?
Hacen falta 3 actitudes, las señala en una homilía en la Casa Santa Marta
Una historia de corrupción cotidiana. Lo cuenta el evangelio de Lucas, a través de la figura del administrador que desperdicia los bienes del amo y que, una vez descubierto, en vez de encontrar un trabajo honrado sigue robando con la complicidad de otros: ”una verdadera estructura de corrupción”, la define el Papa en la homilía de la Misa en Casa Santa Marta.
«Son poderosos estos, ¡eh! Cuando hacen las estructuras de corrupción son poderosos: por eso llegan incluso a actitudes mafiosas. Esta es la historia».
«Pero no es un cuento, no es una historia que haya que buscar en los libros de historia antigua: la encontramos todos los días en los diarios, todos los días».
«Sucede hoy también, sobre todo con quienes tienen la responsabilidad de administrar los bienes del pueblo, no sus propios bienes, porque este era administrador de los bienes de otros, no de los propios. Con los propios bienes, nadie es corrupto, los defiende».
La consecuencia que Jesús saca de este Evangelio, observa el Papa, es precisamente la mayor astucia de los «hijos de este mundo” respecto a los hijos de la luz: su mayor corrupción, su astucia llevada «incluso con cortesía”, con “guantes de seda”.
Pero ¿existe, se pregunta el Papa, una «astucia cristiana?”. «Estos son más astutos que los cristianos –pero no diré cristianos, porque muchos corruptos se llaman cristianos».
«Si estos son mucho más astutos que los fieles a Jesús, me pregunto: ¿existe una astucia cristiana? ¿Existe una actitud para los que quieren seguir a Jesús, para que no terminen mal, para que no se los coman vivos –como decía mi madre: ‘se los coman crudos’– los demás?».
«¿Cuál es la astucia cristiana, una astucia que no sea pecado, sino que sirva para llevar adelante el servicio del Señor y también ayudar a los demás? ¿Hay una astucia cristiana?».
Sí, hay una “astucia cristiana para seguir adelante sin caer en las estructuras de la corrupción”. Y en el Evangelio, explica el Papa, Jesús lo indica con algunas contraposiciones, cuando habla por ejemplo de los cristianos que son como “corderos en medio de lobos” o ”prudentes como serpientes y sencillos como palomas”.
«¿Entonces cómo hacer? Con tres actitudes», indica Francisco.
1.UNA SANA DESCONFIANZA
«La primera es una “sana desconfianza”, estar atentos a todo el que “promete demasiado” y “habla demasiado” como “los que te dicen ‘Haz la inversión en mi banco y te daré doble interés’”.
2.REFLEXIÓN
«La segunda actitud es la reflexión, ante las seducciones del diablo que conoce nuestras debilidades».
3.ORACIÓN
Y finalmente, la oración.
«Pidamos hoy al Señor que nos dé esta gracia de ser astutos, cristianos astutos, tener esta astucia cristiana. Si hay algo que el cristiano no puede permitirse es ser ingenuo».
«Como cristianos tenemos un tesoro dentro: el tesoro que es el Espíritu Santo. Debemos custodiarlo. Y un ingenuo allí, se deja robar el Espíritu. Un cristiano no puede permitirse ser ingenuo».
«Pidamos esta gracia de la astucia cristiana. Es también una buena ocasión para rezar por los corruptos. Se habla de smog que causa contaminación, pero hay también un smog de corrupción en la sociedad. Pidamos por los corruptos: pobres, que encuentren la salida de esa cárcel en la que quisieron entrar».