Chárbel Makhluf, Santo
Memoria Litúrgica, 24 de julio
Gran amante de la Eucaristía y de la Virgen Santísima
Martirologio Romano: San Sarbelio (José, Charbel) Makhluf, presbítero de la Orden de los Maronitas Libaneses, que, por amor a la soledad y para alcanzar la más alta perfección, dejó el cenobio de Annaya, en el Líbano, y se retiró al desierto, en el que sirvió a Dios día y noche, viviendo con gran austeridad, ayunando y orando (†1898).
Breve Biografía
Youssef (José) nació el 8 de mayo de 1828 en un pequeño poblado del Líbano llamado Biqa-Kafra. Era el quinto hijo de Antonio Makhlouf y Brígida Choudiac, sencillos campesinos llenos de fe. Dos de sus tíos maternos eran monjes en el monasterio de Quzhaya que distaba una hora de camino desde Biqa-Kafra. José los visitaba con frecuencia y se quedaba con ellos ayudando en los oficios divinos, participando en sus oraciones y cantos y escuchando sus sabios consejos.
Tenía veintitrés años cuando dejó casa y familia para entrar al monasterio de Nuestra Señora de Mayfouk de la orden maronita libanesa. Al recibir el hábito de novicio cambió su nombre por el de Chárbel, nombre de un mártir de la iglesia de Antioquía que murió en el año 107 bajo el imperio de Trajano. Cuando su madre y su tío se enteraron de su decisión, se dirigieron inmediatamente a buscarlo al monasterio tratando de convencerlo de que regresara. Finalmente, Brígida, también convencida de la vocación de su hijo, le dijo: Si no fueras a ser buen religioso te diría: ¡Regresa a casa! Pero ahora sé que el Señor te quiere a su servicio. Y en mi dolor al estar separada de tí, le digo resignada: ¡Que Dios te bendiga, hijo mío, y que haga de ti un santo…! Desde joven había desarrollado una intensa vida interior y de oración que durante sus años de monje había madurado.
Pronto se despertó en él la vocación por la vida eremítica que, de acuerdo con la tradición cristiana, se debe hacer viviendo en soledad. Se retiró a la ermita de San Pedro y San Pablo en Gebel an Nour (Montaña de la Luz) que tenía sólo dos habitaciones pequeñísimas y un oratorio también estrechísimo. Comenzó esta vida más austera en el año 1875 y la llevó durante veintitrés años. Se ejercitaba en diversas mortificaciones y en la oración continua; dormía sobre el suelo y comía una sola vez al día. Ordinariamente oficiaba la misa hacia el mediodía de tal forma que pasaba la mañana preparándose para el Santo Sacrificio y la tarde dando gracias a Dios.
Vivía en el más absoluto retiro, del que sólo salía para atender alguna necesidad pastoral. El 16 de diciembre de 1898 estaba celebrando la misa hacia las once de la mañana, cuando le sobrevino un ataque de parálisis en el momento de la consagración. Murió el 24 de diciembre y sus restos reposan en el monasterio de San Maron, actual meta de peregrinaciones y milagros incesantes. Fue canonizado el 9 de octubre de 1977 p el papa Pablo VI.
Que nunca dude, Señor, de tu misericordia
Santo Evangelio según san Mateo 13, 24-30. Sábado XVI del Tiempo Ordinario
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Dios mío, si alguna vez me llegase a cansar de venir a ti, quisiera pedirte la gracia de comprender que el amor, más que en sentimientos, tiene sobre todo fundamento en el querer ser fiel, en el estar, en la constancia, en la renovación continua, en el austero goce de la entrega por quien se ama. Con esta disposición, que me viene de tu gracia, hoy vengo nuevamente a conversar contigo.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 13, 24-30
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la muchedumbre: «El Reino de los cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras los trabajadores dormían, llegó un enemigo del dueño, sembró cizaña entre el trigo y se marchó. Cuando crecieron las plantas y se empezaba a formar la espiga, apareció también la cizaña.
Entonces los trabajadores fueron a decirle al amo: ‘Señor, ¿qué no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, salió esta cizaña?’ El amo les respondió: ‘De seguro lo hizo un enemigo mío’. Ellos le dijeron: ‘¿Quieres que vayamos a arrancarla?’ Pero él les contestó: ‘No. No sea que al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha y, cuando llegue la cosecha, diré a los segadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla; y luego almacenen el trigo en mi granero’ ”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Señor Jesús, gracias por lanzar la semilla de tu amor en mi corazón. En ocasiones quizá no he correspondido a tu generosidad. Tal vez no he agradecido el gesto de sembrar tu amor en mí. Te veo caminar junto a los campos de mi corazón, saliendo como el sembrador por la mañana joven, arrojando las semillas con la discreta ilusión de que un día habrá cosecha. Son campos buenos, bellos, fértiles, tienen buena tierra: el sembrador lo sabe, y por eso no desiste en su tarea decidida de alzarse cada día por cultivo cuidadoso.
Quisiera haberte correspondido siempre. Puedo imaginar un corazón herido de amor por mis pecados, por mis pequeñeces, mis imperfecciones, mis yerros incluso intencionales. Puedo ver un corazón herido por amor a mí, pero un amor que no disminuye por cuantas veces yo caiga, sino que se inflama más.
Te pido perdón por mis pecados y sobre todo te suplico me concedas una confianza siempre renovable en tu misericordia, para que nunca me canse de recibir tu perdón, para que nunca me canse de volver a tus brazos que siempre están abiertos.
Hazme comprender que Tú siempre esperarás con paciencia e ilusión mi regreso a ti. Esperarás que tu cultivo haga mostrar su primer brote, suplicarás paciencia para que no se detenga la labor, para que no se mire la cizaña, sino sólo el trigo que ya va tomando su color dorado, «No sea que al arrancar la cizaña, arranquen también el trigo.
«Dejen que crezcan juntos hasta el tiempo de la cosecha y, cuando llegue la cosecha, diré a los segadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en gavillas para quemarla; y luego almacenen el trigo en mi granero».
«El maligno es más astuto que nosotros y es capaz de tirar abajo en un momento lo que construimos con paciencia durante largo tiempo. Aquí necesitamos pedir la gracia de aprender a neutralizar —es un hábito importante: aprender a neutralizar—: neutralizar el mal, no arrancar la cizaña, no pretender defender como superhombres lo que sólo el Señor tiene que defender. Todo esto ayuda a no bajar los brazos ante la espesura de la iniquidad, ante la burla de los malvados. La palabra del Señor para estas situaciones de cansancio es: “No temáis, yo he vencido al mundo”. Y esta palabra nos dará fuerza». (Homilía de S.S. Francisco, 2 de abril de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy buscaré una iglesia y te visitaré unos minutos y especialmente te pediré la gracia de nunca cansarme de volver a ti, de recibir tu perdón.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Multiplicación de los panes
¿Creemos que Cristo es capaz de saciar nuestra hambre? ¿Creemos que Él puede cambiar nuestra vida, llenarla, renovarla?
Como ya en el tiempo de Jesús, así también hoy el pan de cada día sigue siendo el problema principal para la mayor parte de la humanidad. Y los hombres de hoy no sufren sólo hambre del cuerpo, sino también hambre del espíritu, hambre del corazón, hambre de fraternidad y de amor.
Y nos damos cuenta que esto pasa porque los cristianos no hemos tomado muy en serio el mensaje del Evangelio, porque después de más de 2000 años de cristianismo no hemos logrado construir todavía un mundo de fraternidad.
Es Jesucristo quien alimenta a los hombres con su palabra de vida y, como en el Evangelio de hoy, les da de comer pan. Pero no sé si Uds. han notado la disposición que Jesús exige, antes de realizar este milagro, la orden que da, la condición que impone.
Un acto de confianza.
Ante todo, les pide un acto de confianza, un gesto de entrega en sus manos: les manda sentarse en el suelo. Mientras están de pie, no dependen más que de ellos mismos: conservan al menos la posibilidad de buscar comida ellos mismos. Pueden encontrarse con un amigo, con un vendedor ambulante, pueden ir a buscar algo a otro sitio, pueden marcharse.
Pero al tomar asiento están renunciando a toda posibilidad de bastarse a sí mismos. No tendrán más remedio que entregarse a Él, confiarse a Él.
Cuando oyen esta invitación a sentarse, yo creo que no pocos dudan. Su exigencia les muerde el corazón, luchan en su interior con la inquietud, con el miedo, con el orgullo. Les pide precisamente lo que menos ganas tienen de darle. Porque se sienten intranquilos, agitados por el hambre. Y Él les pide que se tranquilicen, que se entreguen a Él, que tengan confianza en Él. ¿Van a fiarse de Él? ¿Van a creer que es capaz de alimentarlos? ¿Van a darle, por lo menos, la oportunidad para mostrarlo?
¿Qué hubiéramos hecho nosotros en su lugar?
¿Qué sentiríamos nosotros el día en que por primera vez nos encontráramos en la necesidad de decirle sinceramente: danos hoy nuestro pan de cada día? ¿No nos veríamos tentados de intentar cualquier otra cosa, en vez de recurrir a Dios? ¿No sería terrible tener que admitir que no tenemos ningún otro recurso más que Él?
En fin, algunos, en un verdadero acto de fe, se sientan – quizá con los ojos cerrados. Luego, les van siguiendo los demás. Muchos vacilan todavía hasta decidirse, abandonarse. Y entonces hay un momento extraordinario, en el que los 5000 se sientan, en el que todos juntos hacen un acto de fe.
Y cuando el pan empieza a circular entre sus manos, cuando cada uno se queda con todo lo que quiere, y cuando ven que todavía sobra – pienso que entonces ya nadie se extraña demasiado. El verdadero milagro se ha realizado antes. El verdadero milagro lo ha hecho Jesús con ellos mismos: era el milagro de su fe y de su amor.
También a nosotros se nos pone la misma condición, la misma exigencia: ¿Creemos nosotros en Él? ¿Creemos que Cristo es capaz de saciar nuestra hambre? ¿Creemos que Él puede cambiar nuestra vida, llenarla, renovarla?
Tenemos fe en todo el mundo, excepto en Dios.
Y si somos sinceros, me parece que estas cuestiones nos dejarán muy inseguros e inquietos. Queremos creer, deseamos creer, pero nos cuesta vivir de la fe. Tenemos fe en todo el mundo, excepto en Dios.
Ponemos nuestra salud en manos de un médico, de un cirujano. Entregamos nuestro dinero a un banquero. Y nuestra vida la ponemos en manos de cualquier chofer, a pesar de todos los accidentes que ocurren. La vida no sería posible sin confiar en los demás.
Sólo en Dios no confiamos, o confiamos poco. Estamos convencidos de que sabemos conducir mucho mejor que Él. Apenas nuestra vida da un viraje un poco brusco, se detiene o acelera más de le normal – y ya nos ponemos a dar gritos de angustia.
Imaginémonos un viaje familiar en el que todos los hijos desconfían de su padre que está manejando el coche: le critican por todo el camino; le gritan ante cualquier obstáculo… sería un viaje horroroso.
Pero eso es lo que hacemos muchas veces con Dios.
Siempre encontramos motivos muy razonables para no creer.
La fe sigue siendo siempre un acto por encima de nuestras fuerzas naturales, una gracia a la que tenemos que abrirnos, una oscuridad que tenemos que soportar. La fe es tener la luz suficiente para poder movernos con confianza en un margen de oscuridad.
Queridos hermanos, que Cristo nos dé la gracia de una fe profunda, una entrega sin reservas, una confianza total en Él y en su amor.
¡Qué así sea!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
El Papa reza con los abuelos y los ancianos del mundo
Con motivo de la primera Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores.
Una voz, muchos rostros, para una oración que tiene como protagonistas al Papa y a los ancianos del mundo. Abuelos: hombres, mujeres, matrimonios, de diferentes orígenes y colores, físicamente distantes pero cercanos en la fe y en la fuerza de la oración que los hace uno con Francisco y la humanidad. De ellos surge, en un vídeo, la invocación al Señor para que calme la pandemia y acabe con todas las guerras, pero también la acción de gracias por los momentos de alegría y dificultad, por la bendición de una larga vida en la que nunca ha faltado el consuelo y la presencia viva del Señor. Así, las voces se alternan y entre ellas está también la de monseñor Laurent Noël que, a sus 101 años, es el obispo más anciano del mundo.
Misa en San Pedro y en las distintas diócesis
La oración es la oficial para la primera Jornada Mundial de los Abuelos y los Ancianos, que se celebra, por iniciativa del Papa, el próximo domingo 25 de julio con una misa en la Basílica de San Pedro a las 10.00 horas (CET) presidida por el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización. El evento contará con la participación de 2.000 personas de la diócesis y de las asociaciones implicadas.
El Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida informa en una nota que serán en su mayoría abuelos acompañados por sus nietos, pero significativamente, habrá varios cientos de personas que saldrán, por primera vez, de las estructuras residenciales en las que viven después de más de un año de aislamiento. Al final de la celebración, los jóvenes presentes en San Pedro ofrecerán a los abuelos y ancianos presentes una flor con el mensaje del Santo Padre: «Yo estoy con vosotros todos los días», que es también el tema de la Jornada. En las diócesis y parroquias de todo el mundo se han previsto celebraciones similares en diferentes formas.
El Dicasterio Laicos Familia y Vida anima a visitar a nuestros abuelos en estos días
El Dicasterio invita a todos, especialmente a los más jóvenes, a celebrar el Día Mundial de los Abuelos y los Ancianos visitando a sus abuelos o a los ancianos solos en su comunidad en los días siguientes. La visita -que está asociada a la concesión de la indulgencia plenaria establecida por el decreto de la Penitenciaría Apostólica- puede ser una oportunidad para transmitir el mensaje del Santo Padre y recitar juntos la oración que se presenta hoy en vídeo y que se puede descargar en https://bit.ly/elderly2021
La oración oficial
Te doy las gracias, Señor,
por el consuelo de tu presencia:
También en la soledad,
eres mi esperanza, mi confianza;
¡Desde mi juventud, eres mi roca y mi fortaleza!
Gracias por haberme dado una familia
y por la bendición de una larga vida.
Te agradezco los momentos de alegría y de dificultad,
por los sueños cumplidos y por los que aún tengo por delante.
Te agradezco este tiempo de renovada fecundidad
al que me llamas.
Aumenta, Señor, mi fe,
hazme un instrumento de tu paz;
enséñame a acoger a quien sufre más que yo,
a no dejar de soñar
y a narrar tus maravillas a las nuevas generaciones.
Protege y guía al papa Francisco y a la Iglesia,
para que la luz del Evangelio llegue hasta los confines de la tierra.
Envía tu Espíritu, Señor, a renovar el mundo,
para que la tormenta de la pandemia se apacigüe,
los pobres sean consolados y toda guerra termine.
Sostenme en la debilidad,
y concédeme vivir plenamente
cada momento que me das,
con la certeza de que estás conmigo
cada día hasta el fin del mundo.
Amén.
Un día deseado por el Papa
El vídeo difundido hoy prepara y relanza, por tanto, la Jornada fuertemente deseada por el Papa, como se anunció al final del Ángelus del pasado 31 de enero, indicando la fecha como el cuarto domingo de julio, cercana a la fiesta de los santos Joaquín y Ana, abuelos de Jesús, y explicando la intención, es decir, celebrar el don de la vejez y recordar a quienes, antes que nosotros y por nosotros, custodian y transmiten la vida y la fe. Posteriormente, en el Mensaje dedicado a esta nueva Jornada, hecho público el pasado 22 de junio, el Papa destacó la vocación de la Tercera Edad, definiéndola en tres ámbitos: «conservar las raíces, transmitir la fe a los jóvenes y cuidar a los jóvenes». También en el texto guía de esta jornada, el Papa elevó su oración especial para que «cada abuelo, cada anciano, cada abuela, cada anciana -sobre todo los que están más solos entre nosotros- reciban la visita de un ángel», como San Joaquín, el abuelo de Jesús, apartado de la comunidad por no tener hijos. El gran tema, por tanto, de la soledad y el sufrimiento que la pandemia ha acentuado, y por el que el Papa reiteró su certeza: «Incluso cuando todo parece oscuro, como en estos meses de pandemia, el Señor sigue enviando ángeles, para consolar nuestra soledad y repetirnos: ‘Yo estoy contigo cada día'». Este es precisamente el tema de la Jornada y este es el concepto subyacente de la oración que también figura en el vídeo publicado hoy.
Por el bien de todos, nos quedamos en casa. ¿Qué puedo hacer?
Y tú ¿estás dispuesto a quedarte en casa?
Ante la situación de contingencia por la pandemia del COVID-19 nos han recomendado que nos quedemos en casa.
Tengo un amigo en España que me acaba de escribir para decirme que nosotros, en México, estamos como estaban ellos hace un mes; que debíamos aprender de ellos y adoptar las medidas que ellos han tomado antes de que las cosas se pongan más difíciles. Es por esto que he tomado la determinación de quedarnos en casa, a menos de que sea indispenssable.
Y vienen aquí una situación que para muchos tiene cara de problema ¿Qué hago con mis hijos tanto tiempo en casa?
Aquí te dejo mis 5Tips para pasar en familia estos días en casa.
PRIMERO. Explícales a tus hijos lo que está pasando. Es tiempo de guardar no de vacaciones.
Es por esto que no es bueno salir a lugares públicos para diversión, tampoco debemos asistir a lugares con muchas personas y mejor quedarnos en casa.
Es importante explicarles que la obediencia es vital para evitar contagiarnos y pasar momentos difíciles. No siempre es fácil obedecer, pero en este caso es de vital importancia hacerlo.
SEGUNDO. Estén atentos de las indicaciones que se vayan dando.
Conforme vaya avanzando el tiempo, las condiciones van a ir cambiando pues habrá mas casos y se volverá más estricto el control. Así que debemos estar atentos y dispuestos a acatar las indicaciones por el bien de todos.
Esto nos lleva a hablar con nuestros hijos para formarlos en la generosidad, esa capacidad de trabajar por el bien de los otros, aunque debamos sacrificar un poco nuestra comodidad o bienestar.
TERCERO. Hagan un plan de actividades para este tiempo.
Los primeros días puede ser muy sencillo todo porque nuestros hijos sentirán que están de vacaciones, pero en realidad no es así.
Es necesario adecuar nuestro tiempos para tener actividades variadas dentro de casa. Podemos hacer un horario del día para coordinar los trabajos o también podemos programar varias actividades al día y dejar un poco flexibles los tiempos para cada actividad según la disposición de nuestros hijos.
¿Qué actividades podemos realizar?
Podemos organizar un cine club y ver películas que tengan algún mensaje positivo, que fomenten valores o que nos ayuden a acrecentar nuestra fe.
También podemos tener momentos de lectura, tanto familiar como personal, quizá podamos incluir momentos para realizar manualidades y por supuesto, momentos para estudiar o por lo menos repasar lo que se ha visto en la escuela.
Los tiempos de juego en los dispositivos electrónicos o consolas deben estar muy bien regulados para evitar que nuestros hijos caigan en excesos. También podemos propiciar los juegos de mesa que ayudan a la convivencia familiar y un sano esparcimiento.
CUARTO. Es necesario adecuar los espacios en casa y los roles.
Como estaremos más tiempo dentro de casa, es necesario adecuar los espacios para que nuestros hijos tengan más comodidades y no se sientan asfixiados en casa.
Si tenemos hijos pequeños, quizá sea bueno guardar los objetos que se pueden romper y para evitar accidentes.
Por otro lado, con nuestros hijos en casa se nos reduce el tiempo para realizar las labores propias de las mamás, por lo que debemos hacer roles para que todos cooperemos en tener la casa en orden, por eso podemos hacer una lista de las tareas que debemos realizar para asignarles responsables de acuerdo a la edad de nuestros hijos y a sus capacidades y gustos.
También esta puede ser una actividad para convivir y servir en familia, solo es cuestión de darle el sentido adecuado a todo esto.
Y QUINTO. Hagan oración en familia.
Cuando las cosas están mal, como ahora, debemos voltear los ojos a Dios y pedirle que nos ayude a superar nuestros problemas.
Una oración nos puede ayudar mucho, pero la oración en familia es mucho mejor.
Primero tenemos el DETENTE, que es una imagen del Sagrado Corazón de Jesús que al rededor tiene la frase “Detente, el Corazón de Jesús esta conmigo” podemos imprimirla y ponerla en un lugar visible para todos los miembros de nuestra familia. Además está la jaculatoria, “Jesús, en tí confío” estas dos pequeñas oraciones nos pueden ayudar si las decimos muchas veces al día, cada vez que nos sentimos angustiados o con poca fe.
Hace tiempo, cuando hubo una epidemia de peste en Marsella, se repartieron miles de estas imágenes por toda la ciudad y la peste cesó, por la fe de las personas y la intercesión del Corazón de Jesús.
Otra oración eficaz es el Santo Rosario, que si lo rezamos en familia puede ser hasta divertido. Para los pequeños podemos preparar algunas hojas para que iluminen mientras rezamos. Si son mas grandes nuestros hijos, podemos ponerles canciones entre cada misterio para que no sea tan cansado para ellos. Si ya son jóvenes nuestros hijos, podemos hacer una pequeña meditación de cada misterio que nos ayude a profundizar en lo que estamos rezando.
Pero lo que no puede faltar es hacer un ofrecimiento, desde el corazón, de nuestra oración para que Dios nos ayude a superar esta prueba que nos ha tocado vivir y que además, nos proteja de la enfermedad y nos ayude a no perder la fe en estos tiempos de crisis. Otra forma de hacer oración es leer la Biblia y meditar juntos lo que Dios nos va diciendo en cada capítulo. Los más grandes pueden ayudar a leer, los más pequeños pueden hacer algún dibujo de lo que van comprendiendo y todos podemos hacer Lectio Divina y hacer un propósito de acción para llevar a la vida lo que hemos leído y orado.
Por último, te comparto que yo me quedo en casa para poner un granito de arena en la solución de esta enfermedad que estará afectando a tantas personas. Y además, obedeceré lo que mi obispo indique que será lo mejor para estos tiempos, ya que, aunque no me guste mucho lo que nos pida, la obediencia es la virtud de los santos y el que obedece no se equivoca. Estoy segura que si por algo, las indicaciones no son las mejores, con nuestra obediencia y ofreciendo nuestros actos a Dios, Él nos ayudará y nos dará la gracia para salir sanos y salvos de esta situación.
Y tú ¿estás dispuesto a quedarte en casa?
Emborracharse no es tan divertido…y cuesta demasiado caro…
La borrachera se ha puesto de moda entre los adolescentes,se ha convertido en un componente esencial de su diversión
La borrachera no es algo muy moderno… Desde muy antiguo los hombres recurrieron al alcohol para “alegrarse”, salir de la realidad, olvidar las penas, etc. Sin embargo ahora se ha puesto terriblemente de moda entre los adolescentes, pues la han convertido en un componente esencial de su diversión. Es más, en una necesidad y casi condición de diversión.
El problema no es el alcohol en sí mismo. Un cristiano sabe que Cristo convirtió el agua en vino en Caná y que consagró vino en la Ultima Cena, convirtiéndolo nada menos que en su sangre. De manera que no puede ser algo malo y condenar sin más el alcohol, no tendría sentido.
El problema aparece cuando se toma “de más”. Algo difícil de definir en general… pero fácil de experimentar: cuando se altera el normal funcionamiento de la inteligencia y el control que la voluntad ejerce en la persona. Este “de más” tiene básicamente dos etapas o grados: “alegrarse” (vaga sensación de soltura, que altera superficialmente la personalidad) y “emborracharse” (pérdida del control de uno mismo, sucesiva pérdida de equilibrio, etc., según cuánto de borracho se esté). La moral cristiana calificará estas faltas contra la virtud de la templanza como pecado venial o mortal según se trate del primer caso o del segundo.
Emborracharse no es un juego, tiene su precio… y el precio es mucho más alto que el valor del alcohol que se toma… Este precio se debe a sus consecuencias físicas, psicológicas y morales.
Cuando se toma en exceso, lo primero que se pierde es el control de lo que se toma. Se pierde la noción de límite y, con ella, el control de sí mismo.
Es un problema muy serio… Tan serio que miles de personas trabajan en el mundo contra el flagelo del alcohol. No son maniáticos abstemios. No son exagerados. Son médicos, psicólogos, asistentes sociales, voluntarios, etc. que atienden a víctimas del alcohol y por eso conocen el daño que produce. Para comprobarlo baste que busques en Internet. El buscador de Google a la voz alcoholismo, responde con 299.000 sitios; alcoholism (en inglés) con 3.830.000 sitios; alcohólicos anónimos 30.800 sitos; alcoholics anonymous 553.000 sitios. Para pensarlo ¿no?
¿Por qué es moralmente malo emborracharse?
¿Cuál es el problema del exceso de alcohol?
1. Porque degrada la propia dignidad humana. Por esto el espectáculo de un borracho produce un rechazo casi instintivo, aunque los adolescentes al principio se lo tomen en broma… hasta que se hartan de tener que estar arrastrando a un amigo, llevándolo, cuidándolo, como si fuera una cosa –que a eso se ha rebajado–. ¿Has visto a una persona borracha? Tirado, sin poder hablar coherentemente, sin poder dirigir un sólo movimiento de su cuerpo, sin darse cuenta de lo que pasa, incluso vomitando… ¿Existe alguna situación más degradante para el ser humano? La verdad es que no se me ocurren demasiadas. ¿Alguien puede decir que resulta divertido estar tirado, sin poder ni hablar, vomitando…? Y ¿qué pasa con los síntomas post borrachera –la resaca (vómitos, mareos, dolores de cabeza…)? No va por la línea del gusto, placer, etc. sino por la de lo desagradable y horrible.
Las capacidades superiores del ser humano son la inteligencia y la voluntad, la capacidad de amar. Privarse voluntariamente de ellas innecesariamente es rebajarse a nivel animal. Se puede anestesiar a una persona para operarla, pero sin una necesidad verdadera no tiene sentido ni vale la pena correr el riesgo de la anestesia.
Rebajarse al nivel animal, voluntariamente y sin necesidad, es un acto intrínsecamente malo: me deshumaniza, me rebaja en dignidad, me animaliza.
2. Es progresivo. Cuando se pierde la medida… es muy difícil volver a encontrarla. Es un hecho que el exceso de alcohol hace entrar en una espiral de consumo. A medida que se toma uno se va acostumbrando y necesita más cantidad para conseguir el mismo resultado de excitación.
3. Porque puede ser adictivo. Rápidamente se convierte en una necesidad. Se comienza tomando porque se quiere y, al tiempo, se sigue tomando porque la dependencia lo exige. No se puede dejar de tomar, cuesta mucho esfuerzo hacerlo alguna vez. Uno se convierte en un tomador compulsivo, al menos en determinadas condiciones (en fiestas, asados, reuniones, etc.). Muchas veces es el primer paso.
Todos los alcohólicos (normalmente llamados borrachos) recorrieron el camino de emborracharse esporádicamente. Si te interesa saber cómo es ser alcohólico acude a algún grupo de Alcohólicos anónimos a averiguar (allí te darán todo tipo de detalles) o pregúntale a algún conocido que tenga su padre o madre alcohólico y te contará lo “emocionante” que resulta vivir con una víctima del alcohol.
Obviamente no todos los que se emborrachan alguna vez acaban siendo alcohólicos; pero todos los alcohólicos comenzaron así. Hay un hecho claro: si no quieres llegar a ser alcohólico no recorras el camino que los alcohólicos recorrieron. Es muy conveniente tener un sano miedo a las adicciones. El precio es demasiado caro… no compensa pagarlo.
No pienses que exagero. El riesgo es muy real: los alcohólicos no son personas sin sentido; no buscaron serlo… y sin embargo lo son, aunque mucho les cueste reconocerlo (lo peor del caso es que muchos ni son conscientes de su dependencia). Y llegaron a serlo sin proponérselo, me atrevería a decir, que sin darse cuenta. Obviamente nadie decidió ser alcohólico.
Con el emborracharse y el alcoholismo sucede algo parecido que con las rifas. Si no tengo ningún número no puedo ganarla. Cada número que compro tengo mayores probabilidades de ganarla… Cada vez que una persona se emborracha obviamente sus posibilidades de llegar al alcoholismo son mayores.
Y el drama del alcoholismo es terrible… Quien tiene en su familia un alcohólico… sabe de qué se trata. Lo ha sufrido en carne propia… No hace falta explicarle las “bondades” del alcoholismo: gritos, malos tratos, insultos, faltas de delicadeza, papelones, vergüenzas, agresiones, etc.
Hay cosas con las que no se juega: no se debería arriesgar tanto por nada.
4. Perjuicios en la salud física
El abuso de alcohol está conectado con muchas enfermedades: en los países desarrollados el alcohol es la principal causa de discapacidad entre los hombres, y, en los en vías de desarrollo, la cuarta. Es causante de más de sesenta enfermedades; entre ellas, el cáncer de mama y los problemas cardíacos.
Es curiosa la relación del alcohol con las enfermedades del corazón. El beber poco, regularmente y sin excesos ocasionales, disminuye el riesgo de las mismas; mientras que el exceso de alcohol lo aumenta.
Conclusión: emborracharse hace daño a la salud. ¿Has oído hablar de la cirrosis o cáncer de hígado…? Y las neuronas que mueren…
Y cuanto más joven se comienza a tomar, más graves son los daños que produce.
Los artículos sobre el tema impresionan bastante. Te recomiendo leer alguno. Basta que pongas las palabras “alcohol daño salud” en el buscador de Google y te remitirá a 85.500 páginas; o “alcohol neuronas” y tendrás toda la información que quieras.
5. Además, por las consecuencias que tiene en la conducta
Se pierde el control de sí mismo. Cuanto con más frecuencia una persona se emborracha, menos dueña es de sí misma. No puede evitar tomar, en cuanto empieza… no sabe cuando para… porque no está en sus manos.
Como es lógico privarse voluntariamente del uso de la inteligencia y del control de la voluntad… no puede conducir a nada bueno.
Reduce los reflejos. Por esto no se debe conducir un auto si se ha bebido. No es que no puedas hacerlo, sí que se puede… el problema es que a la menor necesidad de reacción (un perro, otro auto, un peatón que cruza donde no debe…) tu capacidad de hacerlo estará reducida, te podrás quedar dormido con facilidad, etc.
Quita inhibiciones. Estoy más propenso a decir, hacer… cosas que sin alcohol no haría, diría… Y no hace falta estar totalmente “perdido”…
Dificulta la capacidad de defensa y respuesta, por lo que una persona borracha está indefensa y expuesta a ser víctima de quien se quiera aprovechar de su estado para abusar de ella, robarla, etc.. Ante cosas que te dicen, te hacen… Fácilmente encontrarás chicas que no saben bien qué les han hecho sus amigos…, cosas que ellas no querían pero las manos no les respondían… las piernas tampoco… y después ni siquiera saben exactamente qué pasó o no pasó.
Una persona alcoholizada se arriesga a hacer cosas graves que no haría si tuviera control de sí misma: sexo, droga, accidentes de tránsito, violencia… las cuales al día siguiente difícilmente se pueden arreglar.
El exceso de alcohol causa innumerables accidentes: de tránsito (con sus lesiones, muertes y pérdidas materiales), agresiones y violencia, violaciones, homicidios y suicidios.
6. Consecuencias en la personalidad
Afecta psicológicamente. Obviamente no es lo más recomendable para la salud psíquica…
El exceso de alcohol es una gran estafa. En un primer momento produce una sensación de bienestar que no es real, sino artificial, y por lo mismo falsa. Una vez pasado el efecto deja a la persona peor de como estaba antes de tomar.
Denota falta de personalidad: los chicos que necesitan un par de copas para sacar a bailar a una chica… ya que en “seco” no se animan… tienen un problema de pobreza de personalidad notable… El problema no es sólo de alcoholismo… es de coraje, de cobardía, de falta de personalidad.
Algunos se emborrachan “para divertirse”… Pero ¿es divertido dejar de ser uno mismo?
Los problemas de personalidad no se resuelven con alcohol: timideces, vergüenzas, introversiones…
¿Qué se gana dejando de ser uno mismo por un rato? ¿No será mejor tratar de resolver los problemas de fondo?
Las carencias afectivas no se rellenan con alcohol, se profundizan.
La baja autoestima no se levanta con alcohol, se aumenta.
Las faltas de alegría no se solucionan con alcohol.
Los aburrimientos no se resuelven con alcohol: gente que es aburrida… necesita tomar para tener chispa, decir cosas atrevidas, ser lanzada, decir tonterías…
Los límites personales no se resuelven: crea “ataduras”.
Por todo esto el exceso de alcohol mismo es una enfermedad.
No creas que el alcohol provea la fortaleza, la audacia, simpatía que falta. Solo quita inhibiciones haciendo a la persona más bruta. No desarrolla virtudes, sólo embrutece. Y por lo mismo, hace más difícil la virtud cuando estás sobrio.
Desmejora la personalidad. El exceso de alcohol no es el mejor método para mejorar la propia personalidad… sino que la empeora progresivamente: incrementa la tendencias depresivas, la agresividad, etc. Es decir que agudiza los defectos del carácter… hasta volverlos enfermizos.
Introduce en el mundo de la mentira. Supone un deseo al menos implícito de huir de la realidad de uno mismo (hacerse artificialmente más lanzado, caradura, divertido, zafado, etc.), de la realidad que uno vive (el famoso beber para olvidar… olvidarme de que existo y lo que me pasa…), mentir a la familia (la borrachera se esconde a los padres). Introduce en un mundo de paraísos artificiales tan lejanos a la realidad que “a la vuelta” el choque con la misma es más duro que antes.
Impide la búsqueda de soluciones a los problemas. La búsqueda de refugio fuera de la realidad hace que no se la enfrente y, por tanto, nada se hace para cambiarla.
Se acaba temiéndole a la verdad… Se busca no mirarla: para que no amargue se quiere no pensar. Molesta que a uno le recuerden la realidad.
Y el primer engaño, es el autoengaño… Es muy difícil que un alcohólico reconozca que tiene un problema… Por tanto, si estás convencido que no tienes un problema, que te emborrachas a veces pero tienes todo bajo control… ya tienes el primer síntoma del alcohólico –no digo que lo seas…– que es no reconocer la existencia de un problema con la bebida…
7. Otros “beneficios” del exceso de alcohol
Afecta el rendimiento académico. Normalmente quien se excede en la bebida… no se excede en las notas… con las que se juega su futuro profesional.
Insensibiliza para lo espiritual. Al embrutecer, el exceso de alcohol, reduce la sensibilidad para las cosas espirituales, haciendo que a uno le resulten aburridas, lejanas y sin sentido.
Cara al futuro, hace muy difícil formar una buena familia: emborracharse no es la mejor manera de cimentar una familia. De entrada, descalifica como candidato/a razonable para el noviazgo y futuro matrimonio.
Además, las adicciones juegan en equipo…, de manera que frecuentemente se van juntando… alcoholismo, drogadicción, ludomanía, pornodependencia, tabaquismo… Ya que el abuso de una cosa adictiva… al crear dependencia… va quitando libertad…
Sí, ya sé. Me dirás “a mí no me va a pasar nada” (referido a todo lo anterior). Es lo mismo que dicen todos, también a aquellos a los que les pasa. La razón es que antes de que les pasara, no les había pasado nada… y pensaban que nunca les pasaría.
Y no me digas que te divierte. El sufrimiento posterior (vómitos, dolor de cabeza…) es peor que el gusto que te puede haber brindado la borrachera. Y el riesgo a que te expones es muy grande y muchas veces definitivo.
Un día, después de una larga charla con un universitario sobre por qué estaba mal emborracharse… desconsolado me dijo “pero si no puedo emborracharme, ¿cómo voy a divertirme?” Se me fue el alma a los pies.
Pensé “si este chico tiene que salir de la realidad para divertirse… es un infeliz en sentido propio, la realidad le resulta imposible de gozar… tiene que huir… Tener que salir de la realidad para divertirse, es algo muy triste…
Si la realidad de tu vida te espanta de tal manera que sólo huyendo de ella a un mundo artificial te consuela… muy pobre es tu situación… y habrá que hacer algo para resolverla: las soluciones están en la realidad, no fuera de ella”.
Desafío
¿Qué beneficios brinda la borrachera? Pónlos en comparación con los problemas que provoca.
Y verás que todas las consecuencias son negativas.
Emborracharse sólo por seguir una moda como un corderito, por hacer lo que los demás hacen, por dar el gusto a quien se divierte haciendo emborrachar de más a los demás, por miedo a quedar como ingenuo, por vergüenza a ser distinto a los demás, para sacudirse el aburrimiento de no saber qué hacer, para adquirir por un rato la caradurez que te falta… Es muy tonto… La moda, los demás, tus complejos sólo te pueden meter en semejante lío si tú quieres: no arruines tu vida, no vale la pena.
¿Cómo evangelizar en casa cuando mi familia no practica la fe?
5 consejos que pueden ayudarnos a ser portadores de la luz de Cristo en nuestro hogar
Una experiencia muy común entre quienes nos hemos encontrado con el Señor Jesús y tenemos una vida de fe es la inquietud de cómo compartir lo que vivimos con nuestra familia. Cuando ellos (aunque creyentes) están un poco alejados de la práctica de la fe, cuando sus creencias son débiles, cuando tienen rechazo a las cuestiones de Dios y prejuicios con la Iglesia y su doctrina. En definitiva, se trata de responder a la pregunta de ¿cómo tener mayor influencia en la vida de fe de mi familia que no es practicante? ¿Cómo evangelizar en mi propio hogar?
Aquí les comparto algunos consejos que pueden llevarse a la vida cotidiana y ayudarnos a ser portadores de la luz de Cristo en nuestros hogares.
1. No críticas ni sermones
Puede sucederle a aquel que va avanzando en la vida cristiana y que va teniendo mayores conocimientos doctrinales que quiera (aunque con buenas intenciones) que los que no han encontrado este camino sean como él piensa, o actúen como él actúa. Y estas expectativas podrían llevar a que se juzgue el actuar de otros con mucha rigidez. Aparecen entonces las “sermonerías”, los famosos “deberías hacer así o no hacer esto”, con lo cual se termina generando más rechazo. Es importante recordar que la fe que Dios nos regala y el camino que Él nos propone está fundada en el amor y no en el deber y el temor. Dios nos invita a vivir una vida feliz y plenamente libre.
2. Predicar con el ejemplo
Ya lo diría san Juan Bosco «la prédica más eficaz es el buen ejemplo». Y es que no pocas veces nos sucede que pensamos que se trata de convencer a los otros con nuestros argumentos y nuestros discursos. La conversión de los otros no depende de lo qué digamos, de cómo lo digamos. Nosotros no somos el centro de atención. Es como si dijéramos “véanme a mí, vean que yo si sé lo que sigo y tengo razón”. Recordemos que una virtud muy importante es la humildad: reconocer que, si bien podemos saber mucho, no somos todopoderosos. Nuestra labor es la de ser servidores e instrumentos de Dios. Él se vale de cada uno de nosotros, de nuestro humilde y pequeño servicio para llevar su Buena Nueva. Y, por otro lado, más que unas palabras bonitas, lo que más convence y arrastra es el testimonio de nuestro obrar, de una vida coherente, recta, justa y alegre.
3. La alegría de vivir tu fe es apelante
Muchos santos, a pesar de sus dificultades, de sus vidas marcadas por el dolor y el sufrimiento, han podido experimentar la alegría auténtica y la esperanza que viene de Dios. Como dice el Papa Francisco: «la alegría que se vive en medio de las pequeñas cosas de la vida cotidiana». Una sonrisa sin fingimientos es contagiosa y llena el corazón del deseo de poder vivir así. Aquel que pueda experimentar, incluso en medio de los momentos difíciles, una serena alegría, es porque ha recibido la bendición de Dios, es la manifestación más concreta que esa persona tiene a Dios en su vida. Quien quiera ser testigo del Señor y lo quiera comunicar ha de trasmitir alegría y esperanza, como también el Papa, dejar las caras avinagradas y llenas de amarguras y contagiar a otros de la alegría del Evangelio.
4. Empezar por lo sencillo y cotidiano
No pensemos que cuando hablamos de dar ejemplo con nuestro obrar, en que tenemos que hacer cosas grandiosas y extraordinarias necesariamente. Pensemos en lo que vivimos cada día en nuestro hogar, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. ¿Saludo y agradezco con amor y respeto? ¿Estoy dispuesto a servir y a ayudar en las labores de la casa? ¿Estoy atento a las necesidades que tienen los otros? Si de pronto me peleo o discuto, ¿perdono o pido perdón? Son pequeños gestos, que si se hacen todos los días, tendrán una fuerza extraordinaria para iluminar a nuestra familia con la luz de Cristo y de su Evangelio. Pensemos en esta frase de san Francisco de Asís: «Empieza haciendo lo necesario, continúa haciendo lo posible; y de repente estarás haciendo lo imposible».
5. Compartir las experiencias espirituales
No hay experiencia más hermosa para el cristiano que nutrirse del amor de Dios a través de la oración y de la Eucaristía. ¡Cómo no compartir esta dicha con los que más queremos! Me viene la imagen de la Virgen visitando a su prima Isabel. Cuando uno encuentra un tesoro quisiera compartirlo inmediatamente con las personas más significativas. Podemos, de manera creativa y poco a poco, invitar a que nuestros familiares vayan experimentando estos preciosos momentos de oración y de encuentro con Dios: por ejemplo proponer bendecir los alimentos, o rezar en algún momento en que estemos reunidos. También podemos compartirles alguna cita de la Palabra que escuchamos en la Misa o compartirles algún texto espiritual, alguna frase de un santo, entre otras.
Espero que estas ideas puedan ayudarte a ser testimonio en tu hogar del amor de Dios. Ten paciencia, no te desanimes. Recuerda que el que obra la conversión es Dios, que siempre toca la puerta de los corazones y no desampara a nadie.
San Chárbel, primer santo del Líbano y popular por su bálsamo milagroso
Chárbel Makhlouf fue un monje y sacerdote católico de rito maronita, al que Dios dio el don de sanar enfermos
Chárbel (Sarbelio) Makhlouf nació en Begakafra (Líbano) el 8 de mayo de 1828. Su nombre oficial era Youssef Antoun (José Antonio).
Su padre murió cuando él tenía 3 años y su madre se casó de nuevo con un hombre que después sería monje maronita (en el rito maronita los varones pueden ser sacerdotes estando casados).
En 1851 ingresó como novicio en el monasterio maronita de Mayfouq y se impuso el nombre de Chárbel. Pasó al monasterio de Kfifane y tuvo como confesor a san Nimatullah Al-Hardini.
Posteriormente fue al monasterio de Annaya, donde hizo los votos solemnes y luego fue ordenado sacerdote en 1859. Allí vivió hasta su muerte, como ermitaño, el 24 de diciembre (Nochebuena) de 1898.
San Chárbel destacó por su intensa vida de oración y sacrificio, por su amor a Cristo, por su predicación y por su don de sanar enfermos. Una vez fallecido, son miles las personas en todo el mundo que atribuyen una curación a este santo taumaturgo.
Sus restos yacen incorruptos, con la particularidad de que de la tumba sale un líquido. Se trata de una licuefacción de sangre, como ocurre con san Jenaro en Nápoles, san Nicolás en Tolentino y san Pantaleón en el Monasterio de la Encarnación de Madrid. En su caso, el bálsamo está perfumado.
Te puede interesar:El monasterio de san Marón y el sepulcro de san CharbelFue canonizado en 1977, por lo que es el primer santo católico del Líbano.
Oración
Santo venerado,
Tú, que pasaste tu vida en la soledad, en una ermita humilde y retirada,
que no pensaste en el mundo ni en sus goces,
que ahora estás sentado a la derecha de Dios Padre:
Te pedimos que intercedas por nosotros,
para que Él nos extienda su bendita mano y nos socorra,
que ilumine nuestra mente, aumente nuestra fe,
fortifique nuestra voluntad para proseguir nuestras oraciones y súplicas
ante ti y todos los santos.
¡Oh, santo Chárbel! que por tu poderosa intercesión,
Dios Padre hace milagros y realiza prodigios sobrenaturales.
Que cura a los enfermos y devuelve la razón a los perturbados.
Que devuelve la vista a los ciegos y el movimiento a los paralíticos.
Dios Padre Todopoderoso, míranos con piedad,
danos las gracias que te imploramos,
por la poderosa intercesión de san Chárbel, (hacer la petición)
y ayúdanos para hacer el bien y evitar el mal.
Pedimos tu intercesión en todo momento, sobre todo en la hora de nuestra muerte. Amén.
Padre Nuestro, Ave María y Gloria.
San Charbel, ruega por nosotros.
Amén.