Alejo, Santo

Laico, 17 de julio
Mendigo

Martirologio Romano: En Roma, en la basílica situada en el monte Aventino, se celebra con el nombre de Alejo a un hombre de Dios que, como cuenta la tradición, dejó su opulenta casa para vivir como un pobre mendigo pidiendo limosna (s. IV).

Etimologicamente: Alejo = Aquel que es el defensor, es de origen griego.

Breve Semblanza

«El hombre de Dios» de Edesa, Siria.

A finales del siglo IV, vivía en Edesa, Siria, un mendigo a quien el pueblo veneraba como un santo. Después de su muerte, un anónimo escribió su biografía. Como ignoraba el nombre del mendigo, le llamó simplemente «el hombre de Dios». Según ese documento, el hombre de Dios vivió en la época del obispo Rábula, quien murió el año 436. El mendigo compartía con otros pobres la limosna que recogía a las puertas de las iglesias.

La leyenda

San Alejo es hijo de un senador romano. A la edad de veinte años comprendió que su vida rodeada de riquezas era un peligro para su alma. Para servir a Dios en la mayor humildad, se fue de Roma a Edesa disfrazado de mendigo. En Siria vivió por 17 años dedicado a la oración y a la penitencia. Mendigaba para vivir y para ayudar a otros. Cuando se descubrió que era hijo de una familia rica de Roma, Alejo temió que le rindieran honores y regresó a Roma, a casa de su padre donde vivió por años de incógnito, como un criado, durmiendo debajo de una escalera. Todo lo aceptaba con humildad y lo ofrecía por los pecadores. Ya moribundo, reveló a sus padres que era su hijo y que había escogido vivir aquella vida por penitencia. Los dos ancianos lo abrazaron llorando y lo ayudaron a bien morir. Cuando el obispo se enteró del caso, mandó exhumar el cadáver, pero no se encontraron más que los andrajos del hombre de Dios y ningún cadáver. La fama del suceso se extendió rápidamente.

Antes del siglo IX, se había dado en Grecia al hombre de Dios, el nombre de Alejo y San José el Hinmógrafo (833) dejó escrita en un «kanon» la leyenda, adornada naturalmente con numerosos detalles. Aunque se tributaba ya cierto culto al santo en España, la devoción a San Alejo se popularizó en occidente gracias a la actividad de un obispo de Damasco, Sergio, desterrado a Roma a fines del siglo X. Dicho obispo estableció en la iglesia de San Bonifacio del Aventino un monasterio de monjes griegos, y nombró a San Alejo co-patrono de la iglesia.

Se cuenta que en el siglo XII la leyenda de San Alejo ejerció profunda influencia sobre el hereje Pedro Waldo.

En el siglo XV, los Hermanos de San Alejo le eligieron por patrono y, en 1817, la congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y de María le nombró patrono secundario. También en el oriente le profesa el pueblo gran devoción y aun le llama «el hombre de Dios.»

En 1217 se encontraron unas reliquias en la iglesia de San Bonifacio, Roma, pero ningún martirologio antiguo y ningún libro litúrgico romano menciona el nombre de San Alejo, el cual, según parece, era desconocido en la Ciudad Eterna hasta el año 972.

ORACIÓN

¡Oh gloria de la nobleza romana
y verdadero amador de la pobreza
e ignominia de Cristo!
¡Oh Alejo bendito!
que en la flor de tu juventud,
por obedecer a la inspiración del Señor,
dejaste a tu esposa y saliste como otro
Abraham de la casa de tus padres,
y habiendo repartido lo que llevabas
con los pobres,
viviste como pobre y mendigo tantos años
desconocido y menospreciado entre los hombres.
Tú fuiste muy regalado y favorecido de la Virgen María
nuestra Reina y señora,
y huyendo de las alabanzas de los hombres,
volviste por instinto de Dios
a la casa de tus padres
que por su voluntad habías dejado,
para darnos ejemplo de humildad,
de paciencia, de sufrimiento y constancia,
y para triunfar de tí
y del mundo con un género de victoria tan nuevo y tan glorioso.

Pues, ¡oh santo bienaventurado!
rico y pobre, noble y humilde,
casado y puro, llorado de tus padres,
denostado de tus criados,
desestimado de los hombres
y honrado de los ángeles,
abatido en el suelo
y sublimado en el cielo,
yo te suplico,
Alejo dulcísimo,
que por tus merecimientos y oraciones
yo alcance del Señor
la virtud de la perfecta castidad,
de obediencia, de menosprecio de todas las cosas transitorias,
y gracia para vivir como hombre peregrino de su patria,
y desconocido y muerto al mundo. Amén.

Aquí están mis manos, Señor

Santo Evangelio según san Mateo 12, 14-21. Sábado XV del Tiempo Ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.

¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, Tú eres mi fortaleza y mi refugio. En medio de la oscuridad de la noche elevo mi oración a ti. Tú me escuchas. Me miras. Me cuidas. Me siento seguro porque tú estás a mi lado. No tengo miedo a nada ni a nadie. Me siento como esa oveja a la que Tú llevas en hombros. Hoy, Jesús, quiero alzar mi oración a ti. Quiero ofrecer unas simples gracias. Tal vez, Jesús mío, es la palabra más común de todas, la más repetida, pero la más cargada de sentido. Vengo a decirte gracias.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 12, 14-21

En aquel tiempo, los fariseos se confabularon contra Jesús para acabar con él. Al saberlo, Jesús se retiró de ahí. Muchos lo siguieron y él curó a todos los enfermos y les mandó enérgicamente que no lo publicaran, para que se cumplieran las palabras del profeta Isaías:

Miren a mi siervo, a quien sostengo; a mi elegido, en quien tengo mis complacencias. En él he puesto mi Espíritu, para que haga brillar la justicia sobre las naciones. No gritará ni clamará, no hará oír su voz en las plazas, no romperá la caña resquebrajada, ni apagará la mecha que aún humea, hasta que haga triunfar la justicia sobre la tierra; y en él pondrán todas las naciones su esperanza.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

En estas breves líneas veo tu vida y veo mi vocación. Tú me llamas a vivir como Tú viviste. Quiero seguirte; quiero ofrecerte mi vida como ofrenda; quiero cumplir tu voluntad. Me reconozco tu siervo. Aquí están mis manos, para que por medio de ellas puedas realizar muchas obras de misericordia. Como la Virgen María repito «he aquí tu esclavo para hacer tu voluntad».

Me sé débil, Jesús. Me parece muy fácil hacer buenos propósitos, pero soy rápido en olvidarlos. Así que te pido tu fuerza. Sostenme con tu brazo. Que tu bendición esté conmigo. Mándame tu Espíritu que me indique lo que tengo que hacer en cada momento. Dame palabras para llevarte a todos. A veces, no sé qué decir. Me da miedo decir abiertamente mis principios. No siempre vivo como un miembro de la Iglesia comprometido.

Jesús, quiero llevar tu mensaje, tu amor, tu misericordia. Quiero llevar tu esperanza a muchas almas. Por eso te pido que me conquistes. Enciende mi corazón. Dame una fe fuerte y perseverante que no tema ante las contrariedades. Dame un corazón grande para que no me canse de dar. Dame unas manos fuertes que no se cansen de consolar. Dame, en fin, un espíritu grande que sepa ver más allá de las apariencias; que descubra el valor de cada persona con la que me encuentro; que vea la providencia de todo acontecimiento.

Quiero ser digno de ser tu discípulo, no quiero mirar atrás. Me abandono totalmente en tus manos. Estoy dispuesto a sufrir lo que sea por ti. Tú no tenías donde reposar la cabeza, yo tampoco quiero tenerlo. Tú fuiste olvidado por tus amigos, yo no tengo miedo de perderlos. Tú fuiste crucificado, quiero subir contigo al calvario como Simón de Cirene. Para mí la vida sólo tiene sentido en ti y para ti.

«El Señor está vivo y quiere que lo busquemos entre los vivos. Después de haberlo encontrado, invita a cada uno a llevar el anuncio de Pascua, a suscitar y resucitar la esperanza en los corazones abrumados por la tristeza, en quienes no consiguen encontrar la luz de la vida. Hay tanta necesidad de ella hoy. Olvidándonos de nosotros mismos, como siervos alegres de la esperanza, estamos llamados a anunciar al Resucitado con la vida y mediante el amor; si no es así seremos un organismo internacional con un gran número de seguidores y buenas normas, pero incapaz de apagar la sed de esperanza que tiene el mundo». (Homilía de S.S. Francisco, 26 de marzo de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Te ofrezco, Señor, ser muy delicado en el trato a los demás. No voy a hablar mal de nadie. Veré siempre lo positivo. Si estoy enfadado y veo que con mi palabra puedo herir a alguien callaré. Me esforzaré porque los demás se sientan a gusto a mi lado.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

¿Quién es el Fariseo?

Guía para percibir si estamos ante un fariseo (o si somos fariseos…)

«Ese es un fariseo» o «no sea fariseo»: son expresiones que todos hemos escuchado, y que tienen ‘sabor’, que muerden, mucho más si se ajustan a la realidad de quien así es invectivado.

¿Pero qué en resumen es ser fariseo?

Intentemos dilucidar la cuestión de la mano de Mons. Juan Clá, EP, quien en su espléndida obra Lo inédito sobre los Evangelios profundiza en ella

Primero recordemos que Jesús los llega a calificar como hijos del diablo. ¿Y quién era el diablo? «Era homicida», «no hay verdad en él», «dice la mentira» y es «padre de la mentira» (Cfr. Jn 8, 43-47).

Los fariseos crearon una religión especial para sí, rechazando la que le había sido revelada al pueblo judío: «Los fariseos habían reducido la religión a una escrupulosa observancia de micro preceptos, en detrimento de la práctica de la verdadera ley: ‘Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del anís y del comino, y descuidáis lo más grave de la Ley: la justicia, la misericordia y la fidelidad’ » (1).

Les gusta la publicidad a los fariseos, les gustan los lugares bien visibles: «Todo lo que hacen es para que los vea la gente; alargan las filacterias y agrandan las orlas del manto» (Mt 23, 5). Les gusta que les echen incienso, que les tributen honras: «Les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias en las plazas y que la gente los llame rabbí» (Mt 23, 6-7). Pero estas honras no corresponden a su verdadera virtud, pues son sepulcros blanqueados, son vasos que parecen limpios por fuera y son sucios por dentro.

Los fariseos no viven verdaderamente para el Señor, «pues por ser ególatras y, por tanto, por haber dado la espalda a Dios, abusaban de los poderes espirituales» (2) «Sé que el amor de Dios no está en vosotros», les dice Jesús. (Jn 5, 42). «Solo se interesaban por su propia gloria terrena», recalca Mons. Juan. (3)

Son mundanos, en el sentido de que «desean captar la simpatía popular» 4, y «tienen un gusto vanidoso y sin amor a Dios de ir atrás de las buenas posiciones. En el fondo, está [Jesús] condenando [en ellos] el mundanismo, defecto característico de aquellos que hacen de los bienes de esta tierra el fin último de sus acciones». 5

Jesús no condena en los fariseos «los saludos en público, ni siquiera el título de ‘rabbí’ – maestro», sino «únicamente el vicio de querer colocarse en el centro de las atenciones de todos». 6 Ellos se consideran «la fuente de la verdad», no Dios. «Además, se adoraban a sí mismos y se consideraban los que gestaban a los otros en las vías de la perfección, debido al concepto equivocado de autoestima del que estaban embebidos». 6 Eran ellos y no Dios el que creaba la virtud en los otros.

«¿Habrá católicos que demuestren una esmerada y escrupulosa conciencia a propósito de un determinado mandamiento y, por otro lado, un gran relativismo en materias más graves (cf. Mt 23, 24)? O incluso, ¿losque fácilmente se escandalizan con banalidades y a continuación emiten un juicio temerario y malicioso, descuidando la justicia, la misericordia y la lealtad (cf. Mt 23, 23)? O bien, ¿los que manifiestan desprecio por los otros, como si fuesen peores que ellos mismos (cf. Lc 7, 36-50; 18, 9-14)?». 7 Preguntas relevantes.

Es el fariseísmo «la suma de todos los pecados», 8 por tanto, algo muy grave a evitar. Examinemos primero nuestra propia conciencia al respecto.

Nuevas normas sobre la misa antigua, mayor responsabilidad para el obispo

Motu proprio para redefinir las modalidades de uso del misal preconciliar.

El Papa Francisco, tras consultar a los obispos del mundo, ha decidido cambiar las normas que rigen el uso del misal de 1962, que fue liberalizado como «Rito Romano Extra-Ordinario» hace catorce años por su predecesor Benedicto XVI. El Pontífice ha publicado hoy el motu proprio «Traditionis custodes», sobre el uso de la liturgia romana anterior a 1970, acompañándolo de una carta en la que explica los motivos de su decisión. Estas son las principales novedades. La responsabilidad de regular la celebración según el rito preconciliar vuelve al obispo, moderador de la vida litúrgica diocesana: «es de su exclusiva competencia autorizar el uso del Missale Romanum de 1962 en la diócesis, siguiendo las orientaciones de la Sede Apostólica». El obispo debe asegurarse de que los grupos que ya celebran con el misal antiguo «no excluyan la validez y legitimidad de la reforma litúrgica, los dictados del Concilio Vaticano II y el Magisterio de los Sumos Pontífices».

Las misas con el rito antiguo ya no se celebrarán en las iglesias parroquiales; el obispo determinará la iglesia y los días de celebración. Las lecturas serán «en lengua vernácula» utilizando las traducciones aprobadas por las Conferencias Episcopales. El celebrante será un sacerdote delegado por el obispo. El obispo también es responsable de verificar si es oportuno o no mantener las celebraciones según el antiguo misal, comprobando su «utilidad efectiva para el crecimiento espiritual». De hecho, es necesario que el sacerdote encargado tenga en mente no sólo la celebración digna de la liturgia, sino también la atención pastoral y espiritual de los fieles. El obispo «se preocupará de no autorizar la creación de nuevos grupos.

Los sacerdotes ordenados después de la publicación del Motu proprio de hoy que pretendan utilizar el misal preconciliar «deberán presentar una solicitud formal al obispo diocesano, que consultará a la Sede Apostólica antes de conceder la autorización». Mientras que, los que ya lo hacen, deben pedir permiso al obispo diocesano para seguir utilizándolo. Los institutos de vida consagrada y las sociedades de vida apostólica, «en su momento erigidos por la Comisión Pontificia Ecclesia Dei», pasarán a depender de la Congregación para los Religiosos. Los Dicasterios de Culto y de la Vida Religiosa velarán por el cumplimiento de estas nuevas disposiciones.

En la carta que acompaña al documento, el Papa Francisco explica que las concesiones establecidas por sus predecesores para el uso del misal antiguo fueron motivadas sobre todo «por el deseo de favorecer la recomposición del cisma con el movimiento liderado por el arzobispo Lefebvre». La petición, dirigida a los obispos, de acoger generosamente las «justas aspiraciones» de los fieles que pedían el uso de ese misal, «tenía, por tanto, una razón eclesial para recomponer la unidad de la Iglesia». Esa facultad, observó Francisco, «fue interpretada por muchos dentro de la Iglesia como la posibilidad de utilizar libremente el Misal Romano promulgado por San Pío V, determinando un uso paralelo al Misal Romano promulgado por San Pablo VI».

El Papa recuerda que la decisión de Benedicto XVI con el motu proprio «Summorum Pontificum» (2007) se apoyó en «la convicción de que tal medida no pondría en duda una de las decisiones esenciales del Concilio Vaticano II, socavando así su autoridad». Hace catorce años, el Papa Ratzinger declaró infundados los temores de escisión en las comunidades parroquiales, porque, escribió, «las dos formas de uso del Rito Romano pueden enriquecerse mutuamente». Pero la encuesta promovida recientemente por la Congregación para la Doctrina de la Fe entre los obispos aportó respuestas que revelan, escribe Francisco, «una situación que me apena y me preocupa, confirmándome en la necesidad de intervenir», cuando el deseo de unidad ha sido «gravemente despreciado», y las concesiones ofrecidas con magnanimidad han sido utilizadas «para aumentar las distancias, endurecer las diferencias, construir oposiciones que hieren a la Iglesia y obstaculizan su camino, exponiéndola al riesgo de la división».

El Papa se mostró apenado por los abusos en las celebraciones litúrgicas «de un lado y de otro», pero también por «un uso instrumental del Missale Romanum de 1962, cada vez más caracterizado por un creciente rechazo no sólo de la reforma litúrgica, sino del Concilio Vaticano II, con la afirmación infundada e insostenible de que traicionaba la Tradición y la ‘verdadera Iglesia'». Dudar del Concilio, explica Francisco, «significa dudar de las intenciones mismas de los Padres, que ejercieron solemnemente su potestad colegial cum Petro et sub Petro en el concilio ecuménico, y, en definitiva, dudar del mismo Espíritu Santo que guía a la Iglesia».

Finalmente, Francisco añade una última razón para su decisión de cambiar las concesiones del pasado: «es cada vez más evidente en las palabras y actitudes de muchas personas que existe una estrecha relación entre la elección de las celebraciones según los libros litúrgicos anteriores al Concilio Vaticano II y el rechazo de la Iglesia y sus instituciones en nombre de lo que juzgan como la ‘verdadera Iglesia’. Es un comportamiento que contradice la comunión, alimentando ese impulso hacia la división… contra el que el apóstol Pablo reaccionó con firmeza. Es con el fin de defender la unidad del Cuerpo de Cristo que me veo obligado a revocar la facultad concedida por mis predecesores».

Los Mandamientos, el camino que Dios nos muestra

Pequeño resumen que ayuda a saber si vamos por el camino correcto

Hoy en día, muchas personas han eliminado a Dios de su vida. Como que en ocasiones nos estorba y preferimos borrarlo, en vez de sentarnos a reflexionar por qué nos pide ciertas cosas. Unas de las cosas que Dios nos pide es cumplir con los mandamientos que Él nos entregó. Los Mandamientos son un camino para llegar al Cielo y ser felices. Cuando los cumplimos, vivimos en paz.

Los tres primeros mandamientos de la ley de Dios nos enseñan cómo debe de ser nuestra actitud para con Dios y los siete siguientes nos enseñan nuestra actitud hacia el prójimo, con los que nos rodean.

Los mandamientos de la ley de Dios son los siguientes:

1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.

Este mandamiento nos dice que Dios debe ser lo más importante en nuestras vidas, debemos amarlo, respetarlo y vivir cerca de Él. Esto lo podemos hacer a través de la oración y los sacramentos.

Debemos creer, confiar y amar a Dios sobre todas las cosas:

1. Creer en Dios que es mi Padre, me ha dado la vida y me ama.
2. Confiar en Dios porque es mi Padre y me ama infinitamente
3. Amar a Dios más que a nada y a nadie en el mundo.

Para saber si cumplimos con este mandamiento, nos podemos preguntar:
• ¿Estoy amando a Dios como un hijo ama a un padre?
• ¿Vivo sólo para las cosas temporales, de la tierra?

2. No tomarás el nombre de Dios en vano.

Este mandamiento nos manda respetar el nombre de Dios y todas las cosas sagradas.
Para cumplir este mandamiento, debemos usar el nombre de Dios con mucho amor y respeto. Debemos de cuidar y respetar todas las cosas que tienen que ver con Dios, así como respetar al sacerdote y a las personas consagradas a su servicio.

Para saber si cumplimos con este mandamiento nos podemos preguntar:

• ¿Uso el nombre de Dios de una manera cariñosa y con respeto, sin jurar en vano el nombre de Dios?
• ¿Respeto las cosas de Dios (capilla, Biblia, rosario, etc.)?
• ¿Trato de manera respetuosa a los sacerdotes y personas consagradas al servicio de Dios?
• ¿He cumplido con las promesas que he hecho?
• ¿He jurado en falso?
• ¿He cumplido las promesas que he hecho a Dios?

3. Santificarás las fiestas.

Este mandamiento nos manda dedicar los domingos y los días de fiesta a alabar a Dios y a descansar sanamente.

Para cumplir con este mandamiento, debemos ir a Misa todos los domingos y fiestas que la Iglesia e indique y celebrar el amor de Dios y todo lo que ha hecho por nosotros. Debemos aprovechar los domingos para rezar más y estar cerca de Dios, así como para descansar sanamente y ayudar a que otros descansen. También, debemos dedicar este día a las cosas de Dios y a la familia.

Para saber si cumplimos bien con este mandamiento, podemos preguntarnos:
• ¿Voy a Misa los domingos y fiestas que manda la Iglesia?
• ¿Hago un esfuerzo por estar muy cerca de Dios durante la Misa y escuchar lo que me quiere decir?
• ¿Pienso en Dios los domingos?
• ¿Ayudo a los demás para que puedan descansar?

Los días en que se debe de asisitr a Misa, además de los domingos, son marcados por la Conferencia Episcopal de cada país.

4. Honrarás a tu padre y a tu madre

Este mandamiento nos manda honrar y respetar a nuestros padres y a quienes Dios le da autoridad para guiarnos y ciudarnos en nuestras vidas.

Para cumplir este mandamiento, debemos escuchar, respetar y amar a los padres y a aquellas personas que tengan autoridad sobre nosotros (abuelos, tíos, sacerdotes, maestros, autoridad civil).

Esto no quiere decir que los padres deben de olvidarse de sus deberes y obligaciones para con los hijos.

Para saber si cumplimos con este mandamiento podemos preguntarnos:
• ¿Ayudo material o espiritualmente a mis padres?
• ¿Soy agradecido con mis padres?
• ¿Los acompaño en su vejez?
• ¿Les demuestro amor?
• ¿Soy agradecido con ellos?
• ¿Los acompaño en sus enfermedades?

5. No matarás

Este mandamiento nos manda respetar nuestra propia vida y la del prójimo, cuidando de la propia salud, porque la vida humana es sagrada. Se trata de no lastimar ni atentar contra la vida propia o ajena, física o moral.

Para cumplir este mandamiento, debemos servir a la vida cuidando nuestra salud, para no caer en vicios como el alcoholismo o la drogadicción. El suicidio es un atentado contra la propia vida.

Con respecto a la vida de otros, debo evitar las críticas y el dar a conocer a todos los defectos ajenos, es decir, las calumnias. El maltratar físicamente a las personas, atenta contra la vida ajena. El aborto es dar muerte a una vida en el vientre de la madre.

Para saber si estoy cumpliendo con este mandamiento me puedo preguntar:
• ¿He hablado mal de los demás?
• ¿He maltratado a alguien físicamente?
• ¿He caído en algún vicio?
• ¿He atentado contra mi salud?

6. No cometerás actos impuros

Este mandamiento nos manda conservar la pureza del cuerpo y del alma.

Para cumplir con este mandamiento, debemos procurar la limpieza interior de nuestro cuerpo y de nuestra alma ya que es un tesoro muy grande que debemos conservar. Nuestro cuerpo es un templo del Espíritu Santo.

Para saber si cumplimos con este mandamiento, nos podemos preguntar:
• ¿He cometido adulterio o fornicado?
• ¿He visto algún tipo de pornografía?
• ¿Me he permitido tener pensamientos y deseos morbosos? ¿He dominado mis pasiones?
• ¿He practicado la homosexualidad?
• ¿He practicado la masturbación?

7. No robarás

Este mandamiento nos manda respetar las cosas de los demás y utilizar las nuestras para hacer el bien. También, nos manda respetar y cuidar la Creación.

Para cumplir este mandamiento, no debemos apropiarnos de lo que no sea nuestro y debemos evitar causar daño a lo que tienen los demás. Respetar la Creación y usar las cosas para hacer el bien. Pagar lo justo a las personas que empleo y cuando soy empleado cumplir con el trabajo para el que fui contratado.

Para saber si cumplimos con este mandamiento, nos preguntamos:
• ¿Devuelvo las cosas que encuentro y no son mías?
• ¿Cuido las cosas que me prestan?
• ¿Cuido las cosas que tengo?
• ¿Cuido y respeto la creación?
• ¿Comparto mis cosas con la gente necesitada?

8. No mentirás

Este mandamiento nos manda ser sinceros y no mentir. Nos pide decir siempre la verdad. Mentir es decir algo falso, es engañar.

Para cumplir este mandamiento, debemos decir la verdad y no engañar a los demás ni hablar mal de ellos.

Para saber si cumplimos con este mandamiento, me puedo preguntar:

• ¿Estoy acostumbrado a ser sincero?
• ¿Acostumbro resolver mis problemas sin mentir?
• ¿Hablo bien de las demás personas?

9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.

Este mandamiento nos dice que no debemos pensar ni desear cosas inmorales. Nos pide pureza de corazón para ver todas las cosas con los ojos de Dios. Pureza de corazón, sea yo soltero(a) o casado(a).

Para poder vivir este mandamiento, necesitamos vivir la virtud de la pureza. Esta virtud nos lleva a respetar el orden establecido por Dios en el uso de la capacidad sexual a fin de vivir un amor humano más perfecto. Practicar la castidad, cuidando lo que vemos, lo que oímos, lo que decimos, etc. Cuidar el corazón de todo aquello que lo pueda manchar.

Para saber si cumplimos con este mandamiento, nos podemos preguntar:
• ¿He tenido pensamientos inmorales?
• ¿He vivido la virtud de la castidad en mi vida?
• ¿He cuidado la pureza de mi corazón?
• ¿He propiciado situaciones que me pongan en peligro para tener pensamientos y deseos impuros?

10. No desearás los bienes ajenos

Este mandamiento nos manda ser generosos y no dejar lugar a la envidia en nuestros corazones.
Para poder cumplir este mandamiento debemos ser felices con las cosas que tenemos y no tener envidia si alguien tiene más que nosotros. Disfrutar y agradecer lo que tenemos.

Para saber si estamos cumpliendo con este mandamiento, nos podemos preguntar:
• ¿Soy feliz con las cosas que tengo?
• ¿Agradezco y cuido las cosas que tengo como un regalo de Dios?
• ¿Me pongo feliz por mis amigos cuando consiguen algo que yo no tengo?
• ¿Me pongo feliz cuando a los demás les pasan cosas buenas?

¡Al cumplir los mandamientos vamos a estar cerca de Dios y vamos a vivir más felices! Los Diez mandamientos son el mejor camino para llegar al Cielo.

Recuerda que para ser feliz nos conviene cumplir con los Diez Mandamientos que Dios le entregó a Moisés. No olvides que seguir las huellas de Cristo es imitarlo en su perfecto cumplimiento de las leyes de su Padre. Los católicos, además, seguimos el mandato de Cristo: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo y, predicar el Evangelio a todas las personas.

Las versiones más importantes de la Biblia en español

Traducciones más conocidas con una breve anotación respecto a sus características más importantes

Al hablar de las versiones en español de las Sagradas Escrituras es imposible mencionar todas las Biblias traducidas a nuestra lengua. Por lo tanto indicamos algunas que por su importancia o su difusión valen la pena de ser comentadas.

Todas, si no se señala lo contrario, son traducidas directamente de las lenguas originales e incluyen introducciones y notas.

Versiones de 1944 a 1960

Nácar-Colunga (1944). Primera traducción católica de la Biblia completa hecha de las lenguas originales, marcando así una nueva etapa. Se le considera de gran limpieza, claridad y pureza de estilo. Editada en la Biblioteca de Autores Cristianos en 1944 continúa disponible hoy en día en prácticamente todas las librerías católicas. Las notas se han ido reduciendo y no son particularmente fáciles de manejar en las últimas ediciones debido a que se han colocado hasta el final del libro. Ha tenido una gran difusión esta versión.

Bover-Cantera (1947). Conjunto más elaborado. Tiene de fondo un criterio doctrinal: hermanar la más estricta ortodoxia con la sana modernidad. Expone sus principales criterios literarios de traducción que se sintetizan en buscar lo máximo en fidelidad, literalidad, diafanidad e hispanidad. Todo es por respeto al autor, a la lengua original, al lector y al idioma castellano. Es una Biblia de estudio. Editada en la BAC en 1947. Ha sido revisada.

Straubinger (1944-51). La “primera versión católica americana hecha sobre los textos primitivos”, así la titula el mismo traductor, de nacionalidad alemana pero radicado en Argentina. Traducción y comentarios de un solo autor. Sin excluir las notas científicas y técnica, se interesa en comentarios de tipo práctico que hagan descubrir la unidad de toda la Escritura. Esta Biblia comentada es de un gran valor, especialmente en lo que a notas sobre doctrina católica se refiere. Actualmente la ha reeditado Librería Beityala (www.beityala.com) en México.

Versiones de 1960 hasta hoy

Biblia de Jerusalén (1ª edición española de 1967). La traducción original francesa fue realizada bajo la dirección de L’École Biblique de Jerusalén, primero se editó en fascículos y después ya en conjunto. Es una Biblia que en francés y en distintos idiomas ha tenido una profunda aceptación por sus introducciones, paralelos que ofrece, etc. Y se convierte en un instrumento indispensable para el estudio científico de las Escrituras. Fue revisada en 1973. La edición española ha traducido los textos de las lenguas originales según ala crítica textual y la interpretación del original francés. Los títulos, subtítutos, apéndices y notas han sido traducidos del francés. Una Biblia con profundas notas sobre la traducción, aunque en lo referente al antiguo testamento la mayoría se refieren a temas de gramática, lingüística y traducción. Se le considera una “Biblia para Especialistas”, pero la fidelidad del texto la hace muy práctica y útil para cualquiera.

Biblia Latinoamericana (1972). Es una Biblia de tipo popular, con vocabulario al alcance de todos. Los autores han pretendido relacionar la Palabra con la realidad social que vive Latinoamérica. Los comentarios, traducción y notas van en esta línea. Utiliza distintos tipos de letras (aún en el texto bíblico) para presentar, por ejemplo, las diversas tradiciones del Pentateuco. Ha tenido gran difusión y con el tiempo se ha ido revisando.

Dios habla hoy. Traducción de las Sociedades Bíblicas Unidas, con aprobación del CELAM para uso por los católicos. Doble tipo de edición, con o sin deuterocanónicos, para uso de los católicos y protestantes respectivamente. La traducción es una “versión popular” con lenguaje sencillo. Presenta breves introducciones los distintos libros. Divide el texto en sección y subtítulos, muestra paralelos, semejantes y citas, y también notas al calce.

Nueva Biblia Española (1975). Esta traducción aplica de modo sistemático los principios de la moderna lingüística y la nueva estilística, marcando así una revolución en la línea de las traducciones. Es de una expresión moderna literaria, bella poéticamente y conserva la fidelidad al texto sin perder la actualidad que requiere toda versión.

Cantera-Iglesia (1975) Revisión de la Bover-Cantera después de su 6ª edición, con el mismo tipo de criterios fundamentales. Se rehizo, sobre todo, la traducción del NT. Buena para cotejar, especialmente en el AT, el texto en su lengua original. Contiene aparato de crítica textual.

Sagrada Biblia (Ed. Paulinas, México 1978) del P. Agustín Magaña, mexicano de la diócesis de Zamora. Gran conocedor de la lengua castellana y de la griega. La intención del traductor fue presentar al pueblo “un texto de lectura fácil, claro y preciso y digno de la Palabra salvadora”. Tradujo todo del griego, cotejando con otras traducciones. Le faltó un criterio más riguroso para la selección del texto. Su lenguaje es popular y bello; mejor el del NT. Casi no tiene notas. Las introducciones están tomadas de una edición española de la Santa Biblia, del Centro de ED. Paulinas. Se encuentra en prensa una nueva edición con introducciones y notas preparadas por el equipo de biblistas de la Universidad Pontifica de México. Ya apreció el NT de esta edición.

La Biblia (1992) de la Casa de la Biblia (España). Bajo la dirección de Santiago Guijarro y Miguel Salvador, un equipo presenta una traducción totalmente revisada con amplias introducciones y notas. La Biblia tiene un conjunto unitario de introducciones generales, a bloques de libros, y a cada uno de ellos. Además a pie de página del texto bíblica hay oportunas notas explicativas. Hay también una selección de pasajes paralelos, lo mismo que una amplia cronología bíblica y numerosos mapas.

Biblia del Peregrino (1993). Dirigida por Luis Alonso Schöekel, presenta la revisión de la traducción de la Nueva Biblia Española. Aunque reconoce la primacía de importancia a la traducción, contiene comentarios y paralelos. En un fascículo aparte se ofrecen notas exegéticas.

Biblia de América (1994). Se trata de la edición para nuestro continente de La Biblia (1992).

Sagrada Biblia o Biblia de Navarra (Universidad de Navarra). Esta cuidada traducción lleva más de 25 años de trabajo que aún no concluyen. Se han presentado el Nuevo Testamento, el Pentateuco y los Libros Históricos, los cuales ya están publicados y pueden comprarse en tomos separados. Conforme se avanza en la traducción y elaboración de notas se van publicando. La Biblia de Navarra es un extraordinario esfuerzo para brindar una versión con una cuidada traducción pero también con una notable colección de notas explicativas. Estas últimas, así como las introducciones de cada libro son al mismo tiempo profundas y asequibles. Una versión muy lograda que permite no solo comprender correctamente el contenido de la Palabra Divina, sino que además brinda información completa sobre la relación del texto con la vida cristiana para hoy en día. Algunos la consideran una de las mejores versiones en castellano disponibles actualmente.

¿Es pecado hacerse tatuajes o ponerse piercings?

Un cristiano católico debe reflexionar las cosas antes de llevarlas a cabo

El tatuaje no es una práctica moderna. En Egipto y Libia se han encontrado momias con tatuajes que datan de cientos de años antes de Cristo, y lo mismo ha sucedido en Sudamérica. Muchas de las imágenes que dichas momias tienen grabadas están directamente relacionadas con la adoración de dioses paganos. El investigador Steve Gilbert señala: “El tatuaje no abstracto más antiguo que se conoce representa a Bes, que según la mitología egipcia es la lasciva deidad de la diversión”. Los adoradores paganos, como por ejemplo los egipcios, se tatuaban los nombres o los símbolos de sus dioses en el pecho o en los brazos. Ante estos casos en el pasado algunos me preguntan:¿Es pecado hacerse tatuajes?

En la Biblia, en el Antiguo Testamento, Dios prohibía a su pueblo hacerse tatuajes: «No se hagan heridas en el cuerpo por causa de un muerto. No se hagan ninguna clase de tatuaje. Yo soy el Señor». (Lev. 19, 28) También podemos decir que prohibía hacerse heridas: «Ustedes son los hijos del Señor su Dios. No se hagan heridas en el cuerpo». (Deut. 14, 1) Con estos versículos podemos preguntarnos si es pecado ponerse aretes en el cuerpo de forma exagerada o hacerse cortes en la piel con la mera intención de llamar la atención. Pero antes de responder si es pecado o no, analicemos un poco más estos casos.

El tatuaje fue redescubierto por los europeos cuando entraron en contacto con los indios americanos y polinesios en la época de las grandes exploraciones. La misma palabra tatuaje (tattoo) fue introducida en la lengua inglesa y en otras europeas provenientes de Tahiti, donde fue recogido por la expedición de James Cook en 1769. Con el paso del tiempo y el aumento de personas tatuadas, tanto Indios y polinesios, y más tarde europeos en el extranjero, atrajeron mucho interés en exhibiciones, ferias y circos de Europa y Estados Unidos, durante los siglos XVIII y XIX.

El primer implemento eléctrico para tatuar fue patentado en los Estados Unidos en 1891. Los Estados Unidos se convirtieron en un centro de influencia en tatuajes. Y no es algo solamente de aquel tiempo, consideramos que en la actualidad siguen con el mismo perfil.

Ante la pregunta de si es pecado tatuarse o ponerse aretes por todas partes, respondemos que no es pecado. Nadie hasta el momento me ha llegado confesando ese pecado. Pero un cristiano católico debe reflexionar las cosas antes de llevarlas a cabo. En este caso se deben considerar algunas cosas, como por ejemplo la salud. Deben tener en cuenta que pueden contagiarse de enfermedades como el SIDA y el Hepatitis C. Esta última fue la causa por la que en Estados Unidos de Norteamérica prohibieron hacerse tatuajes allá en el 1961 por el brote de esta enfermedad propagada por la poca higiene al hacerse los tatuajes. Otra cosa que debe tener en cuenta un cristiano, es que no debemos marcarnos con imágenes que ofendan a los demás ni con aquello que contradiga nuestra religión. Muchos pueden decirse católicos y marcarse con imágenes de mujeres semidesnudas o con consignas groseras, satánicas y todo aquello que ofende la religión. El otro motivo es el verse impedidos por cierto tiempo de donar sangre. Muchas veces donando sangre podemos salvar una vida pero al estar tatuados nos vemos imposibilitados para esto ya sea por la contaminación que al tinta provoca en la sangre o también por contagiarse de alguna enfermedad.

Una de las cosas muy personales por las cuales yo les cuestionaría sería: ¿por qué te quieres tatuar? ¿Es vanidad? ¿Cuánto vas a gastar en dicho tatuaje, ese dinero no lo puedes usar para algo más productivo? O ¿quieres llamar la atención de otros? Porque al final, eso a mi modo de ver, sería la única intención de hacerse un tatuaje: Sólo por llamar la atención de otros. La persona no se siente contenta con su cuerpo, con su imagen y busca ponerse algo para sentirse realizado. Pareciera ser que no somos felices con lo que somos o tenemos. Pareciera ser entonces que no nos sentimos amados por los demás, nos sentimos rechazados. Creo que debemos analizar muy bien las cosas antes de hacerlas. Como cristiano católico debemos buscar vivir nuestra religión en todos los aspectos, y recordar que nuestro cuerpo es un regalo de Dios y corresponde cuidarlo y amarlo, no maltratarlo.

En la Biblia encontramos: «¿No saben ustedes que su cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios les ha dado, y que el Espíritu Santo vive en ustedes? Ustedes no son sus propios dueños, porque Dios los ha comprado. Por eso deben honrar a Dios en el cuerpo». (1 Cor. 6, 19-20)

Dios nos ama con tatuajes o sin tatuajes, eso no se duda. Pero tratemos de reflexionar nuestras acciones antes de hacerlas para que siempre por medio de ellas demos un buen testimonio del nombre cristiano. No solamente con la predicación se anuncia a Cristo, también con nuestras actitudes damos razón del Evangelio. Que de hoy en adelante tus actitudes correspondan siempre a la de un hijo de Dios. Si ya tienes tatuajes, pues no hay más que cargarlos, pero si no tienes, mejor piensa bien las cosas. No recomiendes a otros a hacerlos. Hazles reflexionar para que no lo hagan.

Cuando la propaganda política usa la religión y disfraza a los lobos de ovejas

Entrevista al profesor de ética política Rocco D’Ambrosio: “El papa Francisco provoca miedo a quien gobierna mal y a las dictaduras blandas que explotan la religión”

El político lobo disfrazado de oveja usa hoy símbolos religiosos y perpetúa un modelo ya visto: el dictador primero se presenta como un demócrata, gana las elecciones y luego implanta una dictadura, donde el poder de un hombre necesita de la ignorancia, del miedo de millones, para cumplir sus intereses mezquinos.

En nuestros días, los simpatizantes de los populistas apoyan con entusiasmo a esos líderes demagogos movidos por una pasión idolatra, como la definió el psicólogo social, Erick Fromm, y como confirmó a Aleteia el sacerdote Rocco D’Ambrosio, profesor de filosofía política en la Facultad de Ciencias Sociales de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.

«El problema no está solo en exigir elecciones transparentes», confío el también profesor de Ética política. “Una democracia sin valores, se vuelve fácilmente en dictadura y termina traicionando al pueblo”. “Los más débiles son víctimas económicas y culturales, y todo el sistema, que se debilita”, alertó D’Ambrosio.

Dictadura blanda

Hoy ya no se habla de dictaduras, sino de dictaduras blandas. “Parece una democracia, pero, en cambio, es una dictadura porque son manipulados los medios de comunicación, la opinión pública, los intereses económicos que benefician solo a algunas personas, etc”.

En este contexto, «existe una fuerte oposición contra el papa Francisco que provoca miedo a quien gobierna mal», pues con sus enseñanzas «estos manipuladores se siente en crisis» y se «desenmascara a estos sistemas”. El Papa alerta: “Cuidado con votar democráticamente nuevos dictadores”.

Movimientos agnósticos

El agnosticismo político evoca el poder divino del hombre fuerte que se viste del traje de mesías, el autoproclamado «luz en la oscuridad», se presenta ante el pueblo como «el ungido delante del mal y el profeta anticipador de desgracias». “El papa Francisco ha recordado que el populismo explota el miedo”.

Símbolos religiosos

“En la historia siempre ha habido quienes usan la religión con fines políticos o electorales, alardeando de símbolos de la fe, con frases blasfemas incluidas. ¡Nada nuevo bajo el sol! En diversos momentos, estos sujetos han explotado la religión de diferentes maneras: ideológica, fundamentalista, astuta, estúpida, cómica, llamativa, institucional, etc”.

“Debemos preocuparnos no sólo por la reaparición de estos sujetos demagógicos y dictatoriales, sino también, y sobre todo, por la multiplicación de aquellos que, por convicción o ignorancia, son sus seguidores”, añadió.

Estupidez

“Las redes sociales, nuestras asociaciones y partidos, los círculos católicos ofrecen una amplia gama de personas que escriben tonterías o vergüenzas, alabando el fascismo o el racismo”.

El profesor de la Gregoriana se refirió a “aquellos que han recibido entrenamiento civil y / o cristiano y hoy son los primeros en aplaudir a los populistas y nacionalistas de último minuto”.

Y citó a “Dietrich Bonhoeffer que escribió: “Mas bien me parece que se trata de una ley socio-psicológica: El poder de uno, requiere la estupidez de otros”.

Ignorancia

“La ignorancia parece ser la base sobre la cual crece esta pasión idólatra”, antes mencionada. “No es casualidad que don Lorenzo Milani (1923 – 1967), sacerdote italiano que creyó en la política como la más alta forma de caridad, “escribiera en la pared del aula de clases donde enseñaba: el obrero sabe 100 palabras, el jefe 1000, por eso es el jefe”.

“Es el conocimiento, en primer lugar, lo que hizo a alguien un líder y el obrero a menudo sufre precisamente porque sabe menos. Es la ignorancia de los ciudadanos uno de los elementos que fortalece a los nuevos líderes demagogos”, aseguró D’Ambrosio.

Manipulación

Además de la implicación ética, poco respetuosa de «nombrar en vano a Dios” y utilizar la religión con fines de propaganda política, propaganda electoral, mezcladas con los símbolos religiosos.

Así, persiste la “manipulación de las personas más pobres culturalmente que dicen: ‘Mira ese es un gran líder, muy religioso, cita a la Virgen María, muestra el Rosario’. Naturalmente, una persona más preparada sabe que ese líder lo hace en términos instrumentales y está manipulando a las personas sencillas”.

Participación

Porlo tanto, la ignorancia, la falta de formación, producen como resultado “falta de participación en los procesos democráticos” y “generan las diferentes formas de populismo”.

Los obispos de América Latina en Aparecida, entre ellos, el arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, denunciaron tal realidad: “Vemos con preocupación el acelerado avance de diversas formas de regresión autoritaria por vía democrática que, en ciertas ocasiones, derivan en regímenes de corte neopopulista”.

Democracia

Entonces, “no basta una democracia puramente formal, fundada en la transparencia de los procedimientos electorales, sino que es necesaria una democracia participativa y basada en la promoción y el respeto de los derechos humanos”.

Los políticos lobos están en contra del principio de laicidad del Estado. “El Concilio Vaticano afirma que la comunidad religiosa y la comunidad política son autónomas e independientes en su orden”.

Leyes

El experto también valoró que los populistas tienen alergia al respeto del orden constitucional. “La relación demagógica con las masas es inversamente proporcional al cumplimiento de las leyes y regulaciones vigentes”, expresó.

Populismo

En este escenario, cabe recordar que el término populismo “nace al final del ochocientos, en Rusia, y desde su origen, no se presenta como una doctrina sistemática, sino como una actitud política, y mental, cambiante en el tiempo, y en las diferentes realidades”.

Es una “actitud”, indica el profesor D’Ambrosio, con dos caras de la medalla, importantes: “El pueblo y el líder”.Se trata de un pueblo masa, es decir, no definido, agrupado por “necesidades económicas y en crisis, huérfano, sin representantes aparentes que velen por sus intereses”.

Chivo expiatorio

Ese pueblo se siente asediado o piensa resistir a “algunos enemigos sociales históricos: ‘judíos, inmigrantes, negros, etc..’ Un pueblo que vive en constante ambigüedad o precariedad”.

“Los discursos populistas de todos los tiempos consideran al pueblo” como ‘una parte’ de la población que es víctima “explotada por fuerzas dominantes”, y, en otros discursos, «es el ‘todo’ que representa el rostro social y de políticas superiores”.

Mesías

De esta manera, al pueblo se le presenta “un líder que tiene la pretensión de ser el único idóneo para representarlo”, argumentó.

El experto citó al sociólogo Max Weber (1864-1920) que describió la “democratización activa de las masas”, que sucede cuando un “líder político […] contiene la confianza y la fe de las mismas” y ya no proviene de un “grupo de notables”, donde ha demostrado méritos y capacidades de liderazgo, sino que se impone por otros medios y de propaganda electoral.

Por ende, ese líder usa la “demagogia de masas” y esto incide en “un giro cesarístico en la selección” del liderazgo. Y, en realidad, “todas las democracias tienden a eso”.

Giro cesarístico

El profesor de ética de la Universidad Gregoria rememora que en el 900, este “giro cesarístico” ha hecho pagar un alto precio a “muchos partidos políticos en las democracias occidentales”.

“El punto de inflexión cesarista fue provocado o favorecido por dinámicas tales como: inmadurez personal, corrupción, organizaciones monolíticas, empobrecimiento de los medios de control, escasa participación ciudadana”.

Exclusión de jóvenes

“Esos partidos, se han convertido así en verdaderos feudos, organizaciones en las que es poco probable que las nuevas partes interesadas, especialmente los jóvenes, puedan acercarse, participar y aspirar a puestos de responsabilidad”.

En esta dimensión, el poder es concebido para dominar y dividir. “Entonces sucede que el líder de esta factura no solo no tolera formas genuinas y auténticas de relaciones de poder, sino que tiende a expandir su modelo en todas las direcciones. En otras palabras, este tipo de poder se auto-replica muy fácilmente”.

Poder narcótico

El Papa ha denunciado el populismo, pero muchos fieles católicos y pastores no parecen escucharlo. El profesor de ética, argumentó, “el psicólogo Kets De Vries lo dijo muy bien: el poder es un gran narcótico: da la vida, nos nutre, nos hace esclavos”.

El Obispo de Roma ha advertido de ese mal que toca a políticos, empresarios y eclesiásticos por igual. “Nada nuevo: La historia bíblica, que sabemos bien, tiene muchas referencias a aquellos que abandonan el camino de Dios para convertirse en esclavos del dinero y el poder”, añade el profesor.

Fatalidad ineludible

D’Ambrosio asegura que el “desorden espiritual” de nuestro tiempo, tampoco es una “fatalidad ineludible”, se puede cambiar, porque cada uno de nosotros tiene los medios para superar estos obstáculos. “Cada uno puede hacer su papel para evitar vivir esta locura y ordenar la propia vida”, a pesar de los “populistas” y “demagogos” de cualquier latitud, parafraseando a Eric Voegelin, afirmó.

Esperanza

“El Evangelio enseña que debemos aplicar el discernimiento continuamente sobre el mundo social, político, económico. Porque en el mundo existe el mal y el bien. Por lo tanto, debemos discernir donde está el grano y la cizaña”. Asimismo, insiste, «en la esperanza que está en la formación de los cristianos».