María Goretti, Santa

Memoria Litúrgica. 6 de julio

Virgen y Mártir

Martirologio Romano: Santa María Goretti, virgen y mártir, que en el transcurso de una infancia difícil, ayudando a su madre en las labores de la casa, se distinguió ya por su piedad. Cuando no contaba más que doce años, murió en defensa de su castidad, a causa de las puñaladas que le asestó un joven que intentaba violarla cuando se hallaba sola en su casa, cercana a la localidad de Nettuno, en la región del Lacio, en Italia († 1902).

Hoy celebramos a Santa María Goretti, una joven que vivió la virtud de la pureza hasta el heroísmo.
Una santa que prefirió morir antes que ofender a Dios.

Un poco de historia…

Santa María Goretti nació en 1890 en Italia. Su padre, campesino, enfermó de malaria y murió.

Una tarde, María estaba sentada en lo alto de la escalera de la casa, remendando una camisa. Aunque aún no cumplía los doce años, era ya una mujercita.

Alejandro, un joven de 18 años, subió las escaleras con intención de violar a la niña. María opuso resistencia y trató de pedir auxilio; pero como Alejandro la tenía agarrada por el cuello, apenas pudo protestar y decir que prefería morir antes que ofender a Dios. Al oír esto, el joven desgarró el vestido de la muchacha y la apuñaló brutalmente. Ella cayó al suelo pidiendo ayuda y él huyó.

María fue transportada a un hospital, en donde perdonó a su asesino de todo corazón, invocó a la Virgen y murió veinticuatro horas después.

Alejandro fue condenado a 30 años de prisión. Por largo tiempo, fue obstinado en no arrepentirse de su pecado, hasta que una noche, tuvo un sueño en el que vio a la niña María, recogiendo flores en un prado y luego ella se acercaba a él y se las ofrecía. A partir de ese momento, cambió totalmente y se convirtió en un prisionero ejemplar. Se le dejó libre al cumplir 27 años de su condena. Al salir de la cárcel, una noche de Navidad, la de 1938, pidió perdón a la mamá de María, y aquella noche, en la misa de Gallo, comulgaron juntos.

El caso de María Goretti se extendió por todo el mundo. En 1947, el Papa Pío XII la beatificó y en 1950 la canonizó. En la ceremonia estuvieron presentes su madre, de 82 años, dos hermanas y un hermano. Y, aunque parezca increíble, también asistió Alejandro, el arrepentido asesino de la santa.

Santa María Goretti fue santa no por el hecho de tener una muerte injusta y violenta, sino porque murió por defender una virtud inculcada por la fe cristiana. A esta santa se la llama la “Mártir de la pureza”. Sus imágenes la representan como una campesina con un lirio en la mano, que es el símbolo de la virginidad, y con la corona del martirio.

María Goretti era una muchacha soltera que conocía el valor del matrimonio y de las relaciones sexuales. Sabía que la complementariedad de los sexos se manifiesta plenamente en el acto sexual, en el cual el hombre y la mujer se unen íntima y totalmente en alma y cuerpo por el amor que existe entre ellos. Entendía que el acto sexual sólo puede efectuarse dentro del matrimonio ya que es una manifestación de amor entre los esposos y para la procreación de los hijos.

Los jóvenes podrán preguntarse: ¿Hasta el matrimonio? ¡Faltan “miles de años”! Y mientras… ¿qué? Pueden aprovechar el tiempo del noviazgo para conocerse, tratarse, vivir en amistad y hacerse felices el uno al otro. El noviazgo es una preparación para el futuro matrimonio.

¿Qué hacer para vivir esta virtud?

Debes cuidar todo lo que ves y oyes. Y, recordar que tú eres una persona que tiene dignidad, inteligencia y voluntad y que eres diferente de los animales que tienen relaciones sexuales por puro instinto. La virtud de la castidad te dará fuerza para dominar y controlar tu impulso sexual.

Es más persona quien sabe dominarse, quien sabe controlarse, quien sabe guardarse íntegro para entregarse sin reservas a su futura esposa o esposo, que aquel cobarde y sin fuerzas de voluntad que entrega su cuerpo a cualquiera ante el primer estímulo que pasa frente a sus ojos.

¿Qué nos enseña la vida de María Goretti?

• La principal enseñanza es la vivencia de la virtud de la pureza: pureza de alma y cuerpo.
• A perdonar a nuestros enemigos, a pesar de que nos hayan causado un daño irreparable. Como también lo hizo el Papa Juan Pablo II, al perdonar a Alí Agca, quien tratara de asesinarlo en 1981.
• María Goretti nos enseña a ser fuertes ante situaciones difíciles, confiando siempre en Dios.

Oración

Santa María Goretti, este día te pido que me ayudes a vivir la virtud de la pureza, para entender que la castidad es un medio para cultivar mi voluntad y así, lograr la santidad en el estado de vida al que Dios me llama. Amén.

Se compadecía de ellas

Santo Evangelio según san Mateo 9, 32-38. Martes XIV del Tiempo Ordinario

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Gracias, Señor, por los dones de la fe, de la esperanza y de la caridad que me diste en el bautismo. Ayúdame a crecer en estas virtudes para que aprenda a descubrirte en todo momento y sepa darte, en mi vida, el lugar que te corresponde.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 9, 32-38

En aquel tiempo, llevaron ante Jesús a un hombre mudo, que estaba poseído por el demonio. Jesús expulsó al demonio y el mudo habló. La multitud maravillada, decía: “Nunca se había visto nada semejante en Israel”. Pero los fariseos decían: “Expulsa a los demonios por autoridad del príncipe de los demonios”.

Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Jesús ve la gente y la ve necesitada. Sabe que muchas veces nos sentimos desorientados y sin saber a quién acudir. Por eso, al hacerse hombre, quiso dedicar un periodo de su vida a estas ovejas sin pastor. Siendo hombre, puede comprender todas nuestras alegrías y dificultades y, lo que es aún mejor, ser el hombro de apoyo en los momentos de tinieblas.

Nos falta, pues, abrir los ojos y el corazón para aprender a descubrir su presencia en cada momento de nuestra vida cotidiana. Él toma muchas formas, ya sea en la presencia de un amigo o a través de una palabra de aliento, sin embargo, Dios prometió hacerse presente especialmente a través de sus sacerdotes, estos obreros de la mies celestial que, como Cristo, quieren dar la vida por sus hermanos los hombres.

Jesús quiere obrar en el mundo, pero necesita manos y pies que le ayuden a transmitir su mensaje por el mundo. Roguemos al Señor que envíe obreros a su mies…

«No se trata solo de compartir, sino de compadecer, es decir, de sufrir por quien sufre. Una obra de misericordia no es hacer algo para descargar la conciencia: una obra de bien, así estoy más tranquilo, me quito un peso de encima. ¡No! Una obra de misericordia significa también compartir el dolor de los otros, porque compartir y compadecer van juntas. Por eso es misericordioso el que sabe compartir y también compadecerse de los problemas de otras personas. ¿Yo sé compartir? ¿Soy generoso, soy generosa? ¿Cuando veo una persona que sufre, que está en dificultad, también yo sufro? ¿Sé ponerme en los zapatos de los otros, en la situación de sufrimiento?». (Homilía de S.S. Francisco, 5 de junio de 2017, en santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Voy a agradecer al Señor por mi párroco y voy a pedirle su luz para que lo ilumine y lo fortalezca en su misión.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

Demonios: ángeles caídos

Lucifer era uno de los ángeles más bellos y hermosos y su inteligencia también era aguda.

Los ángeles fueron creados con una naturaleza buena, eran libres, bellos e inteligentes, según la categoría de cada cual. Ante el primer acto libre se determinaban: Con Dios para siempre, en el estado de gloria, o contra Él, también por toda la eternidad.

Lucifer era uno de los ángeles más bellos y hermosos (su nombre significa «lucero», la estrella radiante de la mañana), y su inteligencia también era aguda y fascinante. A tal punto que en el momento de la elección se prefirió a sí mismo; prefirió buscar la felicidad, la realización, la dicha, autocontemplándose, como iba a hacer Narciso que, autocontemplando su belleza en las aguas del lago, cayó en él y pereció ahogado.

Del mismo modo Lucifer, prefiriendo buscar su felicidad en sí mismo y no en su Creador, consiguió su eterna desdicha y desventura.

¿Pero es que no podía preveerlo, ya que era tan aguda su inteligencia?

Sí, lo preveía, pero lo cegó lo inmediato.

Como a nosotros: Sabemos las consecuencias nefastas, personales y sociales, de abandonar los caminos de Dios, pero nos ciega el placer y la conveniencia de lo inmediato, sin darnos espacio a recapacitar sobre las consecuencias posteriores: así la fornicación, el adulterio, el robo, la mentira, la coima, el ser corrupto… Sabemos que así la cosa no va, pero hay una aparente «conveniencia» que nos ciega en lo inmediato y perturba la serena reflexión del momento del después.

Así pasó con quien ahora llamamos el Demonio.

Jesús, en el evangelio de Lucas, capítulo 10 versículo 18 (Lc. 10, 18), dice que lo vió caer desde el cielo como un rayo. Claro que lo vió como Hijo eterno de Dios, igual al Padre, con Quien coexiste desde siempre, antes de la creación corpórea de los seres, luego de haber creado el mundo «invisible» (que son los ángeles).

En el último libro del Nuevo Testamento y, por lo tanto, de la Biblia, se narra su caía (la de Satanás), la vista por Jesús antes de que las cosas comenzaran a ser: Es en el Apocalipsis, capítulo 12, versículos 7 al 9 (Ap. 12, 7-9): Narra que hubo una gran batalla en el cielo, donde el Arcángel Miguel combatió contra el Demonio (a quien también se le dá el nombre de Satanás, o Dragón. y se lo llama el seductor del mundo entero), ambos al frente de grupos de ángeles. Lucifer fué precipitado hacia la tierra, y luego de perseguir a la Madre del Mesías, va a hacer la guerra al resto de sus hijos, «los que guardan el testimonio de Jesús», es decir, a los cristianos de cualquier denominación, y aún a los hombre de buena voluntad que siguen la verdad testificada por su conciencia, sagrario de Dios, pues siguiendo la Verdad que ella les dicta, siguen al que es la Verdad, el Camino y la Vida, es decir, a Jesús, aunque sea implícitamente.

El profeta Isaías, unos seis siglos antes de la venida de Jesús, también hace referencia a su caída. Recordemos sus palabras, que podemos meditar en el capítulo 14, versículos 12 al 15 (Is 14, 123-15): «¡Cómo has caído del cielo, Lucero de la aurora, y estás tirado por tierra! Tú que decías: Escalaré los cielos, pondré mi trono por encima de las estrellas, y me sentaré en el monte más alto, en la cima de la montaña celeste; escalaré las nubes, seré igual que Dios. ¡Has caído en el Abismo, en lo más hondo de la fosa!»

Se dice que arrastró a la tercera parte de los ángeles, los que ahora llamamos demonios. La Biblia hace referencia a ello cuando dice que «arrastró a la tercera parte de las estrellas del cielo», teniendo por «estrellas del cielo» a estas creaturas celestes.

Siempre las personas bellas y/o inteligentes tienen cierto ascendiente sobre las demás, que muchas veces las siguen y admiran, y más cuando poseen las dos cualidades a la vez: Esto pasó ciertamente con los ángeles de Dios que se dejaron «seducir» por Satanás. Pero los buenos son los más, y ellos son los que nos auxilian y acompañan, no permitiendo que «el enemigo del género humano» (que querría ver nuestra eterna desdicha y destrucción), tenga dominio sobre nosotros, si nos entregamos a Dios.

El libro de la Sabiduría, en su capítulo 2 versículo 24, dice que por envidia del Diablo entró la muerte en el mundo, y la experimentan los que le pertenecen: muerte espiritual y muerte física, que Jesús Resucitado vence con el don de la gracia y la santidad, y con la vida corporal eterna fruto de la Resurrección, de la Pascua: De ambas cosas se hacen partícipes los que pertenecen a Jesús, es decir, los cristianos.

Envidia de que el varón y la mujer, siendo de naturaleza inferior (compuesto de materia y espíritu, cuerpo y alma), sea elevado al estado de familiaridad con Dios, destinado a la vida de la gracia y de la gloria. De ahí deriva su «persecución infernal» para tratar de «perder» al hombre.

Fué una caída (la de Satanás) fruto de la soberbia y de la vanidad: Eligiéndose a sí mismo quiso tener dominio sobre los demás. Buscó el poder de Dios sin ser Dios. Fijémonos si muchos de nosotros no lo tomamos actualmente como modelo, y le rendimos honor y pleitesía, tratando de con-formarnos con sus antivalores, aunque no lo digamos explícitamente.

Y su naturaleza quedó desequilibrada, repleto de odio en su voluntad, «pervertido y pervertidor», como solía decir el venerado Pablo VI, que aprovecha las «grietas de la psicología» para influír en la naturaleza humana.

Allí donde ve duda, desazón, falta de seguridad y de paz, carencia del sentido de la vida y de los valores, aprovecha para reinar.

«Fue creado bueno por Dios, pero a sí mismo se hizo malo».

¿Nos pasará a nosotros lo mismo?

Nuevo parte médico: el Papa está en buenas condiciones

Se esperan siete días de permanencia en el Hospital Gemelli de Roma para el Santo Padre.

El Papa Francisco se encuentra en buen estado y está despierto.Así lo ha informado el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, en el nuevo comunicado sobre el estado de salud del Papa tras la operación que tuvo lugar el domingo por la noche.»Su Santidad el Papa Francisco -dijo Bruni- se encuentra en buen estado general, despierto y respirando espontáneamente. La intervención quirúrgica por estenosis diverticular realizada en la tarde del 4 de julio consistió en una hemicolectomía izquierda y duró unas 3 horas».En cuanto a la permanencia del Papa en el Policlínico Gemelli «se prevé una estancia de unos 7 días salvo complicaciones».

El viejo paganismo que resurge

La naturaleza en cuanto tal no piensa, ni quiere, ni se enfada, ni castiga, ni perdona.

Entre las ideas típicas del paganismo hay una que consiste en tratar a la naturaleza, o a la tierra, o a las estrellas, o al universo en su conjunto, como una persona, como un ser divino.

El cristianismo dejó atrás esa idea, al considerar todo lo creado como resultado de la mano de Dios, y al negar la divinización de los seres materiales, de las plantas o de los animales.

El paganismo no ha sido superado completamente, y en ocasiones resurge. En los últimos años, lo hace de una forma más o menos explícita, cuando se llega a creer que ciertos fenómenos serían la “respuesta”, reacción o castigo de la naturaleza contra las maldades de los seres humanos.

Así, por ejemplo, frente a un terremoto, o unas inundaciones, o una sequía especialmente intensa, algunos afirman que son un castigo de la “Madre Tierra”, una revancha del mundo físico contra el hombre.

También ocurre que diversas voces han presentado y presentan las epidemias de virus y bacterias como si se tratasen de una reacción defensiva del planeta, cansado por tantos abusos de los humanos.

Este tipo de afirmaciones da una especie de carácter antropomórfico o divino a realidades que no tienen ninguna consistencia personal. La naturaleza en cuanto tal no piensa, ni quiere, ni se enfada, ni castiga, ni perdona.

Solo los seres personales (Dios y los hombres, los ángeles y los demonios) pueden hacer valoraciones, pueden alabar y premiar comportamientos buenos, o reprobar, incluso castigar, comportamientos malos.

Un terremoto, ciertamente, puede ser visto como parte del designio de Dios que invita a la conversión, que recuerda cómo todo lo material es caduco y frágil, que nos ayuda a dejar avaricias dañinas y a trabajar por lo realmente importante.

También es posible explicar los estragos de una riada al constatar opciones humanas que provocaron daños enormes en un territorio, que bloquearon canales necesarios para el paso del agua, que construyeron edificios en zonas de riesgo.

Pero lo que resulta completamente falso es pensar que “la tierra”, o “la naturaleza”, tienen una personalidad que da premios o castigos, que se alegra o se entristece ante las acciones humanas.

La visión cristiana acepta que Dios tiene en sus manos todos los destinos del universo. También admite que Dios pueda permitir que los espíritus (ángeles y demonios) tengan ciertos poderes sobre el mundo material.

Sobre todo, Dios ha dado a los humanos una libertad con la que, por desgracia, podemos provocar enormes daños (guerras, especulación, robos, violencia sobre inocentes, abortos).

Esa misma libertad puede orientarse al bien: a ayudar a los débiles, a buscar maneras equilibradas de tratar a los vivientes que comparten con nosotros el mismo planeta, a cuidar una tierra en la que se desarrolla nuestra vida temporal.

La naturaleza no es divina, por más que lo repitan quienes acogen ideas paganas. Es una creatura que, mal usada, puede ser ocasión de enormes daños; o, usada según una justa medida, se convierte en una ayuda para crecer en el amor a Dios y a los hermanos.

Amor es…

San Pablo de Tarso, el Apóstol de los Gentiles, plasmó una página singular, por lo profunda, sublime, deleitosa y rica: el Himno de la Caridad

Hace algún tiempo, en los periódicos primero y en tarjetas de saludo después, dos simpáticos monitos se hicieron famosos; presentados en un simple cuadrito, con actitudes claras y rasgos elementales, pusieron de moda aquella frase de AMOR ES… que con el dibujo y el subtítulo inventaban o comprobaban, las múltiples y variadísimas definiciones que se podían atribuir al amor. Dos casos que recuerdo de pronto, son aquellos que decían, por ejemplo: «Amor es… no tener que pedir perdón» o «Amor es… llevarle el desayuno a la cama».

Y aún cuando parecían tener cierta originalidad hay que decir que uno de los primeros periodistas de nuestra época, San Pablo de Tarso, el Apóstol de los Gentiles, ya se les había adelantado, no ciertamente como dibujante, pero sí como un gran escritor verdaderamente inspirado. En su la. Carta a los Corintios (13:4-8), plasmó una página singular, por lo profunda, sublime, deleitosa y rica. Los comentaristas la proclaman como

HIMNO DE LA CARIDAD.

Recordemos este texto clásico e incomparable:

«EL AMOR ES… – paciente, es servicial, no es envidioso, no es presumido, no es vanidoso, no es mal educado, no es egoísta, no se irrita, no lleva cuentas del mal, no se alegra por la injusticia, se alegra por la verdad, disculpa todo, cree todo, espera todo, aguanta todo, EL AMOR, ¡JAMAS SE ACABA!»

EL AMOR ES… PACIENTE

La paciencia, el primer rasgo Paulino señalado a la caridad combina estas cuatro cualidades: la ternura, la tranquilidad, la perseverancia y la excelencia.

1. La ternura proviene de esa dulzura y delicadeza que es la ternura. La observamos y vemos encumbrarse en las mamás. Cada hijo recordará casos especiales de la ternura materna. Mi mamá, para que no me fuera a hacer daño la nieve, cada vez que la comía me decía: «Cuidado, hijito, caliéntala en la boca». Siempre a cada bocado de nieve le agrego el sabor exquisito de la ternura de mi madre.

2. La tranquilidad descubre ese amor paciente contrapuesto a impaciente, no precipitado; toma todo el tiempo necesario porque lo importante es lograr el bien y no desbaratarlo por la prisa. En esto destacan los maestros. Cada alumno atesorará la tranquilidad con que su maestro lo estimuló a aprender hasta conseguir dibujar una sonrisa simultánea de satisfacción.

3. La perseverancia es inseparable de la paciencia: brillo meritorio de los médicos: sea velando junto al lecho del enfermo, sea en la agotadora tarea del quirófano, o en la búsqueda insistente del remedio, consagran su vida a donar el gran bien de la salud. ¡Dichosos los «pacientes» a quienes atiende un médico todavía mas «paciente»…!

4. Pero el amor perfecto no para, hasta hacer el bien completo. No como salga, ni a medias, sino acabado y excelente. El ejemplo es de los artistas. No terminan, hasta que terminan muy bien. El que tiene caridad, con paciencia, es el artista del amor, amar es el arte de las artes. Si no expresa dedicación paciente, que llega hasta lo supremo, no es amor. Como el de Dios, como el de Jesús, como el de María, que no saben darse si no se dan en forma total…

EL AMOR ES… SERVICIAL

1. Servicial, servidor, sirviente y siervo, son términos claramente diferentes, pero relacionados con la misma realidad; la de una persona que presta un servicio. En el uso ordinario, en cambio, marcan cierto declive de categorías, siguiendo un descenso en el nivel social, llevando algo de aprecio el primero hasta llegar a un tono despectivo al usar el último.

2. En nuestros mismos tiempos democráticos, muchos servicios se menosprecian: de plano todo trabajo servil, se desempeña sin inspiración social, se deja para la ínfima clase, se paga mal y se agradece muy poco, etc. Habrá que preguntar en serio: ¿será el servicio signo de amor? ciertamente lo es, si hacemos nuestra pregunta a JESUCRISTO y a través de El al PADRE.

3. En Jesús ha aparecido una nueva noción de servicio. Pues El siendo Dios se hizo siervo. Vino a servir no por dar lo que El quería dar, o lo que le sobraba, o le cautivara adeptas; por eso, no vino a ser servido; sino a servir, dando al hombre lo que necesita, lo que realiza integralmente, su libertad y dignidad. Se hizo hombre como él, para hacerlo Hijo de Dios como El. Según Jesús, servir es, darle al otro lo que más le sirve. Si no le sirve, no está servido

4. El Padre, Creador y Señor, sirve al hombre mientras más lo ama; no rastrera ni servilmente; con señorío, con nobleza, mientras más lo ama, más le concede lo que necesita: su ser, sus facultades, sus medios de subsistencia, su vida eterna, etc. El amor de Dios está en esa proporción: le da al hombre lo que más le sirve: Le dio a su propio HIJO…

EL AMOR NO ES… ENVIDIOSO

Encontramos aquí, dos aplicaciones actuales:

1. La verdadera caridad a nadie permite sentirse «menos». «Al realizar el bien no deja caer en las nocivas o dañinas comparaciones».

Para San Agustín la envidia es: «disgusto por el bien ajeno» Entonces, si el bien ajeno, por la envidia se vuelve tormento, la caridad auténtica , que busca el bien ajeno, la vuelve contento. Los envidiosos siempre criticarán toda obra buena. Los caritativos siempre aplaudirán toda ayuda al necesitado. Judas criticó el derroche de María, quien ungió con ungüento precioso los pies de Jesús, con el pretexto de lo mucho que su precio habría servido a los pobres. Juan, testigo y comentarista, descubrió que más que interesarle los pobres, le dolía el despilfarro que lo privaba de recibirlo él mismo. Así se desenmascaran cuantos promueven obras en beneficio de la comunidad, buscando su bien personal, víctimas de la envidia defraudan con proyectos a favor del pueblo, cuando lo que buscan es no ser «menos» en comparación con otros.

2. Otro caso que se previene y evita con la verdadera caridad, es el de la competencia entre organismos o grupos dedicados a obras sociales.

Lejos de impedir que otros hagan el bien, se da el buen testimonio de la caridad, cuando se prestan ayuda mutua, se recomiendan, se complementan y se proporcionan información y materiales útiles. En muchos aspectos, a veces, no podemos realizar obras de más envergadura, porque cada quien «trabaja para su santo» mantenemos a manera de islas agrupaciones autosuficientes. Los problemas se resolverían bastante mejor si tuviéramos más espíritu de asociación y esa caridad que no es… ¡envidiosa!

EL AMOR NO ES… PRESUMIDO

Aparecen automáticamente: la humildad y la discreción:

1. La belleza inefable de la humildad en el amor se da, según el mismo S. Pablo, en la sublimidad del misterio de la encarnación: contempla extasiado y se arrebata de admitación ante el «anonadamiento» del Verbo quien «siendo DIOS no retuvo con avidez ser igual a Dios sino que (al hacerse hombre) se hizo como nada para tomar la condición de siervo». En ese «anonadamiento» Pablo proclama sorprendido, la originalidad del amor de Jesús, quien haciendo el máximo beneficio esconde humildemente todo su merecimiento.

«Yo no busco mi gloria» declara posteriormente Jesús. Qué lejos de eso queda la proclamación publicitaria de las buenas obras modernas: fotos, anuncios, propaganda. ¡Cuánto gasto en preparativos de festejos caritativos que resultan de tan corta ganancia! ¡Cuánta organización lujosa y tardada, en algunos planes de administración pública que antes de llegar con el beneficio real al pueblo, gasta el presupuesto en edificios, oficinas, estructuras, red infinita de empleados, pero con mucho renombre para el logotipo del organismo…!

2. La discreción aumenta la belleza de la acción caritativa. Aprendemos del Maestro en sus recomendaciones: «no lo digas a nadie» después de un gran favor; o para la limosna: «que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha» o para alcanzar la recompensa del Padre: «cuiden de no practicar la justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos».

Como discípulos de este Maestro, nuestra motivación para hacer el bien, ha de tener una belleza espiritual, oculta, secreta, interna, porque es Dios quien ve lo secreto y Jesús quien se oculta siempre en nuestro hermano…

EL AMOR NO ES… VANIDOSO

Entre el amor que no presume y el amor-no vanidoso, hay una clara diferencia: la presunción hace notar un mérito real; la vanidad finge un mérito inexistente.

1. Es importante notario porque en nuestra vida social estamos llenos de casos de quienes, sin tocar para nada sus propiedades, han fincado su fama de benefactores del pueblo sin tocar sus propios bienes, antes lejos de empobrecerse han logrado enriquecerse más y no tienen empacho en recibir el aplauso y los elogios que no les corresponden. La Biblia los retrata con el terrible caso del rico que arrebató al pobre su única ovejita para ofrecer un banquete y conseguir la gratitud del agasajado.

2. Cómo es tierno y vibrante, por otro lado, el caso de la limosna de la viuda quien en forma secreta depositó en la alcancía para los pobres, lo poco y único que tenía, mereciendo aquel precioso elogio de Cristo: «ésta dio más que los demás; ellos han echado dinero que les sobraba…; ella lo que necesitaba para vivir» (Mt.13:43-44). Claramente se siente anticristiano el modo de los que se paran el cuello con lo ajeno; usan el dinero del pueblo y logran su prosperidad personal y encumbramiento, con fama injusta y falsa de beneméritos…

Profundizando en el sentido cristiano de dimensión social, descubriremos que, aunque la providencia nos hubiera enriquecido con grandes bienes de fortuna y un corazón generoso, ni aún entonces, nadie podría ni debería gloriarse: «¿qué tienes que no hayas recibido? y si lo recibiste, ¿porqué eres tan vanidoso, como si no lo hubieras recibido?» (1 a, Cor. 4:7) En fin de cuentas, la única gloria es solo para Aquel, que nos da, para dar.

EL AMOR NO ES… MAL EDUCADO

Cierta belleza de la religión católica aparece en su elegancia, su distinción, su finura y su gentileza. Su liturgia expone su clara elegancia. Su lenguaje, aunque no excluye confianza, siempre usa términos distinguidos. Su arte ha producido lo más fino y excelente y ante todo su trato nunca ha sido vulgar, sino comedido y gentil. En suma, bien educado…

Si eso es nuestra religión en forma global, debe serio más la suprema de sus virtudes: la caridad que alcance su excelencia ha de ser ¡BIEN-EDUCADA!

1. Cuando el Maestro nos enseñó a «poner la otra mejilla» «a dar el manto también a quien te quite la túnica» o cuando propuso el consejo supremo de «amar a nuestros enemigos» estaba llegando a la raíz de la gentileza en la caridad. Estaba dando clase de urbanidad. El amor nuevo que nos enseñó, lo distinguió también por su buena educación.

2. Grandes kilates de caridad se reconocen siempre en nuestras palabras. la buena educación no solo es muestra de calidad humana; ante todo, es signo de caridad cristiana. Las groserías e insultos, no son solo malos modales; son además, faltas de caridad. Jesús pone las palabras ofensivas como raíz del «no matarás»…

3. Da especial pesar ver que muchos jóvenes y aún adultos, no saben «dar las gracia!» Elemental falta de educación. Marca de un doloroso sentimiento de altivez y rencor. nuestra religión nos inculca la gratitud, como un indispensable sentimiento con Dios. Reconocer el amor que recibimos, nos educa a mostrar un amor humilde y comedido: la gratitud no es sino la buena educación del amor…

El AMOR NO ES… EGOISTA

El amor sin egoísmos nos encauza a triple vertiente:

A. Nos enseña a compartir: Siempre nos enriquecemos cuando compartimos. Profunda es la enseñanza de Cristo: «dad y se os dará» Lo comprueba uno mientras más se desprende, con generosidad, de lo suyo o de sí mismo. Y no hay satisfacción más grande que la de dar… es más grande que la de recibir. Quien esto practica es, además, semejante a Dios…

B. Nos ayuda a integrarnos: En la vida cristiana, como en la vida social, el bien se realiza mejor, si nos ayudamos unos a otros. «Juntos lo hacemos mejor» se ha dicho. El mismo bien crece en la medida en que crece la mutua cooperación.

Mientras mayores el bien que intentamos, advertimos que el «ego» va desapareciendo, para fortalecernos con ello nosotros» que lo va supliendo. Mientras mas amemos, mas comunitariamente lo expresaremos,

C. Nos dispone a tomar el lugar del «otro»: El verdadero amor deja el «Yo» para ir al lugar de «Él». Lo quiso expresar claramente Jesús al enseñarnos la hermosa parábola del Buen Samaritano: el que pasando junto al herido a la orilla del camino, se, le acercó y viéndolo se compadeció de «él»…Acercarse, compadecerse, no es otra cosa que ponerse en el lugar del necesitado, tomar su lugar. No pensar en «sí» para dar de «sí»…A «él». Gozosamente a ÉL.

EL AMOR… NO SE IRRITA

Bien templado el amor, es ajeno a toda ira, disgusto, coraje o irritación.

A. Cuando se pide un favor se recurre a la bondad o caridad de una persona. ¡Qué triste es tener por todo resultado un rotundo NO! A veces, no solo rotundo, sino seco y frío; cuántas otras veces, comprobamos que hay personas casi identificadas con ese NO ¡despectivo e intransigente! Personas siempre negativas. Amargadas, con el sabor del NO siempre en sus labios; con la actitud de rechazo en su corazón. Han puesto un candado para que no salga, para que no brote, la caridad de su corazón.

B. Equivalente a la actitud negativa es la «malhumorada». La «mala gana» o «mal modo» desbarata o empaña o casi destruye el favor o la buena acción. Quien hace donativos, limosnas o favores, con disgusto 0 mala cara, parece arrancarnos más de su avaricia que de su caridad; saben más a frutos agrios que a frutos dulces. En cambio, aún cuando se deba una negativa, el «buen modo» de darla la vuelve aceptable.

C. Cuando se perdona o se disculpa, lo grandioso o sublime del perdón consiste en hacer sentir, no el disgusto ni el coraje, por la ofensa recibida, sino la bondad del corazón, por la reconciliación obtenida: como Jesús que, en lugar de reclamar acremente a Pedro, sus negaciones, lo obligó a hacerle una triple declaración de «amor». La caridad de Cristo encendió la caridad de Pedro. El amor que no se irrita moldea al cristiano a que, como Cristo sepa tener un «buen corazón» un corazón semejante al SUYO.

EL AMOR… NO LLEVA CUENTA DEL MAL

A. Hay una expresión bastante conocida, muy espontánea. Si nos molestan, fastidian o nos ofenden, surge la sentencia popular y personal: ¡ME LA PAGAS! O ¡VAS A VER! Y las más de las veces se acompaña con un signo bien reconocido: se muestra la palma de la mano moviéndola hacia adelante y hacia atrás marcando con esa señal el énfasis que se quiere imprimir a la inquebrantable amenaza…En ese caso el «cobrador» de la dignidad ofendida, se vuelve nuevo intérprete de la Ley del Talión, o sea la ley mosaica que establecía «ojo por ojo» «diente por diente».

B. Esta fórmula en las relaciones humanas intenta guardar el orden en la justicia casi matemática y material. Una justicia que exige con medida exacta, la cantidad de pena, por la cantidad de culpa. En cambio la caridad supera enormemente la justicia, no en la cantidad, sino en la calidad. Cambia el orden matemático, por el orden afectivo. por eso, la caridad no lleva cuentas… la caridad no sabe contar…

C. «Perdono, pero no olvido» es otra frase demasiado común. Falsa y contradictoria.Terriblemente anticristiano. El pretendido perdón declarado se viene por tierra, si con la memoria seguimos llevando la «cuenta» de los agravios. Qué diferente el ejemplo de N. Sr. Jesucristo quien no solo olvidaba las ofensas sino que lograba encontrarles explicación y disculpa. En el momento culminante de su amor, desde la Cruz, nos legó el testamento invaluable de aquella Palabra Divina, a favor de sus verdugos, excediendo toda justicia y revelando la máxima caridad cuando dijo: «PERDONALOS, PADRE, POROUE NO SABEN LO QUE HACEN…»

EL AMOR… NO SE ALEGRA POR LA INJUSTICIA

I- Todos los malvados, registrados por la historia y amplificados por las leyendas populares como Herodes, Nerón, Iván el Terrible, Pedro el Cruel, etc., encabezan una repugnante lista a la que se agregan los Tiranos, los verdugos, los secuestradores, los atormentadores de las prisiones, los capataces en campos de concentración y muy vergonzantemente la completan en nuestros tiempos que ya reconocen y defienden los Derechos Humanos, los que aplican la tortura despiadada, los que atropellan y golpean a los indefensos, los machistas que subyugan a las mujeres, los mayores (peor si son los propios padres) que maltratan y ultrajan a los niños, etc.

Todos ellos que parecen no tener alma, ni corazón, sino solo sentimientos para «gozarse en la desgracia ajena…» son precisamente lo opuesto a lo recomendado por S. Pablo.

II- Es duro pensar que en esa lista entran todas esas personas, que por atender solo a su «conveniencia», no advierten o aceptan el mal necesario que se sigue a otras personas. Por ejemplo, todos los que cometen el aborto: se alegran de encontrarlo como remedio propio, aunque se siga para otros una tremenda injusticia: los legisladores, resultan opresores; los doctores, destructores, y las propias madres, cuyo cuerpo es destinado a ser cuna de vida, es convertido en sepulcro de muerte. Caso parecido el de los maestros o malos amigos, quienes con su enseñanza se alegran de «abrirles los ojos» a los que por su edad o condición más bien escandalizan, con un trauma o daño irreparable para toda la vida. 0 los buenos para pedir prestado y malos para pagar. 0 prestamistas implacables, con sus deudores imposibilitados. Unico remedio, el amor… que no se alegre con la injusticia.

EL AMOR… SE ALEGRA CON LA VERDAD

El amor siempre es motivo de alegría. Pues el amor, es hallazgo. ¡Y nada se encuentra con mayor gozo que la verdad! verdad hallada: o en la propia persona o en otra o en Dios.

A. ¡Qué gozo extraordinario hallarla en nosotros mismos! sucede, cuando advertimos o aceptamos nuestro error o equivocación: entramos a la luz; salimos a la libertad; ganamos en seguridad. Se nos aplica el gozo descrito en el Evangelio en quien descubre un tesoro, en el ciego que ve. No hay riqueza que se posea con mayor fruición con deseo tan íntimo de no perderla nunca. ¡Todo el que ama… ama la «verdad»!

B. Es especialmente cristiano el gozó que nos da otra persona por el bien que recibe. Se comparte tan generosamente que el mismo bien ajeno se vuelve bien propio. Como el descrito en el Padre del «hijo pródigo»: el gozo del encuentro es el mismo para el «padre » como para el «hijo», se alegran juntos, en el amor «perdido y hallado, muerto y resucitado» 0 bien, el pastor de la oveja perdida quien cerebral e invita a sus amigos a celebrar, como suyo, el gozo de la oveja que vuelve al redil. Así goza el que ve al amigo libre de penas, de enfermedades, de líos, de calumnias, de deudas, etc.

C. El gozo del encuentro con una verdad que nos revele a Dios, es algo incomparable. Yo creo que todos lo hemos experimentado; pero lo describiría en la incontenible sensación que han tenido los genios de los inventores, quienes no han hecho otra cosa, que extraer algún secreto a la naturaleza y regocijarse de reconocer en él al autor que lo dejó ahí escondido para hablarnos de su magnificencia; ese es el sentido jubiloso que expresó San Agustín: «nuestro corazón está inquieto… hasta descansar en Ti»

EL AMOR… DISCULPA TODO

Cuando se afirma esto del amor cristiano se puede de él esperar lo inesperado… jamás hubiera alguien pensado que el amor llegaría hasta los enemigos.

Y es que, el amor como viene de Dios y lleva hasta Dios, es como El: sin principio ni fin; sin espacios, sin límites, sin distinciones. Es todo, para todos.

Por eso Jesús proclamó la bondad de su Padre, cuando lo presentó sacando su sol para los buenos y los malos y enviando su lluvia a los justos y a los injustos. Ya vemos la razón por la que, el amor.. lo disculpa todo.

A. ¡Disculpamos, por amor: las pequeñeces… grandes!

Esos detalles agrandados por nuestra susceptibilidad. Cuántas amistades terminaron para siempre porque «no me saludó» o no volteó a mirarme» o «no me invitaron» etc.

B. Disculpamos, por amor: las ofensas involuntarias 0 inadvertidas. En tantos casos, duelen de verdad a quien las cometió y necesita una «ayudadita» para disculparse. Bella nobleza abrirle la puerta al que quiere nuestra disculpa.

C. Disculpamos, por amor, a nuestros verdaderos amigos. Nuestro corazón, en nombre de tal amistad, no permite y no acepta nunca que algo pueda herirnos, molestarnos y menos aún, disgustarnos para siempre. Ingenio, arte, paciencia, calidad humana, humildad, todo lo intentaremos a fin de disculpar a nuestros amigos y bienhechores.

D. Disculpamos, por amor, (de Dios) a nuestros enemigos. Clara contradicción amar al enemigo. ¿Cómo se arregla? Dios me ama a mí pecador, -su enemigo- cuando me perdona, si me arrepiento. Si espero su amor, ya creo en el perdón a los enemigos. Nadie puede rogar a Dios, si no dice, como nos enseñó: «PERDONANOS, COMO NOSOTROS PERDONAMOS»…

EL AMOR… CREE TODO

Así como dicen que dijo Napoleón, que en su diccionario no existía la palabra » imposible»; así creo que en el lenguaje del amor cristiano tampoco existe la palabra » increíble» y yo digo que esto lo dijo Jesús rotundamente: » todo es posible para quien cree» (Mc.9:23).

A. Así que no podremos menos que reconocer la fuerza conquistadora del amor. Como el amor es capaz de todo, produce una fe total. Por ejemplo, los esposos con su amor, mantienen su fidelidad viva; para ellos, creerse es amarse; los padres, no tienen mejor refuerzo para su autoridad que el amor que muestran a sus hijos y los hijos obtienen todo el crédito de sus padres, según la sinceridad de su amor a ellos no digamos los novios, que ponen toda la belleza de su amor y de sus declaraciones en la confianza mutua que se exigen para cumplir todas sus promesas.

B. Cuando se dice que el amor es ciego se pone todavía más fuerte el acento en una tal aceptación amorosa, que no necesita ni hacer el análisis de sus razones, según el conocido aforisma de Pascal:

«El corazón tiene razones, que la razón no conoce»

Jesús fue llamado por las hermanas de Lázaro con esta razón: el que amas esta enfermo. Llegando dijo a Martha: «Tu hermano resucitará», ¿crees tú esto? ella dió una razón bíblica. En cambio Jesús preparaba ya la razón del corazón y Lázaro resucitó.

Desde el paganismo, con el gran vate Virgilio, el corazón ha afirmado «amor omnia vincit» «el amor todo lo vence» y el pueblo con su profunda sabiduría ha refrendado: «querer, es poder» respaldan a San Pablo, pues si el amor lo puede todo, ha de creerlo todo. El amor, necesita pasar por la fe, para llegar a su cumplimiento. Que «obras son amores… y no buenas razones.»

EL AMOR… ESPERA TODO

I. Es obvia la conexión que existe entre creer y esperar. A veces hasta se quieren confundir; pero son claras dos cosas:

1º. que la fe, va primero y la esperanza va después, una antecede, la otra prosigue;

2o. que la fe es intelectual y pertenece al conocimiento, mientras que la esperanza es emotiva y pertenece a las pasiones. Así que la fe presenta y la esperanza busca.

II. Hay un término que, en boca del pueblo, no muy amante de las distinciones precisas, reúne los dos significados: «confiar» 0 «confianza», o abarcan a la vez fe-esperanza; o se tornan indistintamente por la una o por la otra: así, al decir confío en el Señor, casi casi es igual a decir: creo en el Señor o espero en el Señor; como también equivaldría a decir: porque creo en el Señor, por eso espero en el Señor.

III. Las dos anteriores consideraciones son de orden teórico pero ayudan en el orden práctico. La aplicación sería que si el amor que lo cree todo, por lógica, lo espera todo. ¿Cómo explicar entonces la inconsecuencia de creer en Dios y dudar de El? sencillamente porque la fe es total y la espera parcial. Se acepta a Dios globalmente, pero se duda o de su poder o de su palabra o de su amor.

IV. Es el amor el que lo abarca todo: como en María: «Dichosa tú que has creído, pues se te cumplirá todo lo que te dijo el Señor» Como en Pedro, cuyo amor grande, lo llevaba a esperarlo todo y lo hizo decir: «pasamos ya toda la noche sin pescar, pero por tu palabra, Maestro, tiraré la red» y se realizó la inesperada pesca milagrosa.. La del amor confiado…

El amor que espera todo, ¡moverá montañas!, ¡moverá a Dios!

EL AMOR… AGUANTA TODO

Jesucristo, con su ejemplo formidable y sublime, bastaría para darnos la prueba total del amor que soporta todo. En su nacimiento, en su vida oculta, en su vida pública y más que nada, en su pasión y en su Santísima muerte. Sólo que los ejemplos muy elevados en la perfección llegamos a sentirlos tan lejanos de nuestra capacidad que desearíamos algunos más cercanos o por el tiempo o por mayor semejanza con nuestra fragilidad. Aún cuando los primeros no dejan de tener su validez e inspiración, los segundos nos infunden mayor realismo y convicción.

1. Más a nuestro alcance está el ejemplo de san JUAN DIEGO, en la hermosa historia de las apariciones, guadalupanas. Se presiente que el plan de la Providencia quería entretejer todas las dificultades y contratiempos desde el obispo Zumárraga, hasta el tío Juan Bernardino, para encender más su amor por María, cuyo pregonero incansable debía ser.

2. Los Apóstoles en su tiempo y los misioneros en nuestra historia, fueron tan frágiles como nosotros; el Evangelio atestigua los defectos de aquellos y nuestras crónicas las fallas humanas de éstos. Sin embargo a la hora de cumplir su misión, arrebatados por un amor nuevo, se volvieron superhombres, que arrastraron graves penalidades, sobrellevaron las más duras pruebas y enfrentaron gozosamente la muerte.

3. Sea nuestro aliento e inspiración, ver que aguantar no solo es sinónimo de sufrir, padecer o resignarse, lo cuál en sí sería pasivo y negativo; sino que adquiere, por el amor, un sentido activo y dinámico de luchar, de intentar, de perseverar y hasta de lograr y conquistar. En ese sentido, con un triunfalismo de amor cristiano San Pablo ha podido exclamar: «Todo lo puedo en Aquel que me conforta» (Filip.4:13).

EL AMOR… JAMAS SE ACABA

Una canción cuyo autor de letra desconozco, pero que al cantarla JOSE-JOSE ha alcanzado cierta fama y difusión, con el título EL AMOR ACABA y el desarrollo de ese tema a lo largo de toda la pieza, es la más fuerte negación y la más directa contradicción de la afirmación de San Pablo, con la que, inspirado por Dios, concluye, cierra y remata la estupenda y maravillosa serie de «variaciones» que ha señalado a la «caridad» o al amor cristiano.

Como todos pueden fácilmente advertir, el amor alcanza la dimensión de la base que se le haya puesto.

Si se apoya en lo carnal, no puede ser más que efímero, fugaz, pasajero, tornadizo y falaz, como es la carne y lo material y…se acaba … naturalmente.

Pero si se apoya en lo espiritual y se apoya en la verdad, que viene de Dios y lleva hasta Dios, entonces es duradero, firme, fiel, creciente, arrebatador, creativo, siempre antiguo y siempre nuevo y …

JAMÁS ACABA… por obra de Dios.

Una reflexión cristiana sobre el beso

Las personas necesitan demostrarse afecto unas a otras, y desde hace mucho tiempo usan el beso para expresarse.

¿Has besado a alguien hoy? ¿Madre, padre, hijos, novio/a, amigos, esposa, a algún niño?

No se conoce exactamente el origen del beso, pero se cree que esta práctica comenzó en los antiguos rituales religiosos como signo de respeto.

Su origen podría remontarse, sin embargo, a un factor cultural: las personas necesitan demostrarse afecto unas a otras, y desde hace mucho tiempo usan el beso para expresarse.

Este signo de afecto se expresa de varias formas y tiene significados distintos: respeto –con el así llamado besamanos -, romanticismo–como un “te amo”-, amistad –el beso en la mejilla cuando se llega o se va.

Luego está el beso soñado o robado que hace latir el corazón de la locura, el primer beso que nadie olvida nunca e incluso el beso de la traición.

Falso osculum

En la época de Cristo, los romanos tenían tres tipos de beso: el basium, entre conocidos; el osculum, entre amigos; el suavium, el beso de los amantes.

El osculum de Judas fue el falso signo de afecto que escondía los motivos reales de la persona que lo estaba entregando.

El gesto de Judas también puede ser interpretado como una manifestación de afecto, pero en realidad Satanás había ya entrado en su cuerpo, y de manera oculta había vendido a su maestro por 30 monedas de plata.

Beso dulce

El beso de san Francisco al leproso en 1206. Al pasear a caballo por el campo en los alrededores de Asís, el santo vio a un leproso, que siempre le pareció horrible, repugnante a la vista y al olfato y cuya presencia le había siempre incomodado suscitándole rechazo.

Ese día, sin embargo, como movido por una fuerza superior, bajó del caballo, y dándole una limosna en la mano ensangrentada le dio un beso de amistad.

Dijo luego: “Lo que me parecía amargo se transformó en dulzura para el alma y el cuerpo. Y después de eso, salí del mundo”.

Beso on line

Para quien está lejos existen las opciones de los besos virtuales, pero si estás cerca ¡lánzate! Dar besos al aire no toca el corazón de nadie.

Es necesario acercarse, tocar, besar con sinceridad y afecto, para que el otro entienda que en ese gesto sin palabras se encuentran muchas palabras: perdón, disculpa, despedida, nostalgia, amor, consuelo, comprensión, misericordia.

Vale la pena intentarlo. Los besos dados por interés vuelven los pasos pesados. Quien camina con amor, en cambio, no se cansa.

Un viaje inspirado en la mártir moderna Maria Goretti

Haz una peregrinación de Corinaldo a Nettuno, en Italia, y aprende sobre los extraordinarios dones de misericordia y perdón de esta santa

La historia de María Goretti, una inocente y sencilla chica de granja que murió como mártir moderna al tiempo que perdonaba a su agresor, cautivó los corazones de los fieles con una fuerza intensa.

Los humildes inicios de María

María nació el 16 de octubre de 1890 en Corinaldo, un pueblo en el centro de Italia. Sus padres, Luigi y Assunta, eran humildes medieros. A simple vista, no parecía que hubiera nada de extraordinario en María. Como otros niños, era devota y decía sus oraciones diarias. Sin embargo, poco a poco, el Espíritu Santo estaba obrando preparándola con gracias extraordinarias para recibir las tragedias que afrontaría dentro de poco.

La vida en Italia era difícil para la mayoría de las familias de la época. Cuando María tenía seis años, la situación económica de la familia ya no era sostenible. Los Goretti se convertirían en una de tres familias italianas obligadas a emigrar en esta época. El padre de María, Luigi, tenía contactos en la zona conocida como el Agro romano, en la región de Lacio. De haber sabido el trágico destino que les aguardaba a él y a su familia, seguro que habría tomado una decisión distinta.

La pobreza conduce a la familia a emigrar a una tierra sin ley

De hecho, fue durante su primera estancia en una localidad llamada Palliano cuando la familia Goretti entró en contacto con un padre y un hijo, los Serenelli, que eran también de la región de Marcas. Quizás su origen común o la imperiosa necesidad de Luigi de trabajar con otros hombres en el campo le impidieron valorar bien su carácter. En cualquier caso, unas condiciones cada vez más precarias obligaron a las dos familias a emigrar más lejos aún de su tierra natal, a la tristemente célebre zona al sur de Roma: las Lagunas Pontinas.

El mero nombre evocaba imágenes parecidas a las del Salvaje Oeste en los Estados Unidos. Las Lagunas Pontinas eran conocidas por ser unas tierras yermas donde la anarquía y el vandalismo campaban a sus anchas. Peor aún, si cabe, su altitud por debajo del nivel del mar hacía del lugar un entorno cenagoso y, con ello, un foco de difusión de la temida malaria.

Adversidad y muerte

En efecto, dos años después de la llegada de la familia, Luigi cayó víctima de la enfermedad y murió. La madre de María, Assunta, quedó al cargo de sus cinco hijos, sola, y asumió la labor de su marido en el campo. María, la mayor de las niñas, se encargó voluntariosamente de las tareas del hogar. Assunta nunca confió en ninguno de los hombres Serenelli: el padre era un borracho y Alessandro salía a menudo de juerga por la noche. Sin embargo, no le quedaba otra que seguir con ellos. Los necesitaba cerca para el trabajo duro del campo. Tras la muerte de Luigi, el carácter de los hombres cambió a peor. Padre e hijo empezaron a beber más, a pelear y a maldecir delante de los niños. Peor aún, empezaron adesarrollar comportamientos hostigadores. El padre se insinuaba groseramente cada vez más a Assunta y Alessandro hacía lo mismo con María.

En 1902, cuando María tenía 12 años y Alessandro 20, hubo tres situaciones de abuso. Las dos primeras veces, María resistió el asalto y el agresor desistió. Sin embargo, la tercera vez, Alessandro iba decidido a no permitir que ella se le enfrentara de nuevo.

El arma que escogió fue un punzón, una herramienta lacerante de granja empleada para abrir agujeros en la madera. Lo colocó en un cofre dentro de la cocina. Mientras los demás estaban trillando habas, Alessandro arrastró a María desde el campo hasta el caserío. Como ella seguía resistiéndose al asalto sexual, Alessandro Serenelli se enfureció. Apuñaló a María Goretti 14 veces en el abdomen y el torso. Más tarde, testificaría que lo hizo “como cuando se machaca el maíz”.

Llevaron a María en caballo y carro hasta un hospital en Nettuno. Pasó 20 horas de agonía. Los médicos la intervinieron quirúrgicamente, pero fueron incapaces de ayudarla. Mientras tanto, la niña se mostraba preocupada por el estado del alma de Alessandro y gritaba constantemente, “¿Por qué, Alessandro? ¿Por qué? ¡Irás al Infierno!”.

Una mártir y una santa

Llamaron a un sacerdote y María recibió la extremaunción. Falleció al día siguiente, el 6 de julio de 1902, debido a una peritonitis séptica y a la hemorragia interna. La historia de esta joven “mártir y santa” se extendió por la ciudad de Nettuno y luego por toda la región. Alessandro fue condenado a 30 años de trabajos forzados en la prisión. Durante los primeros tres años, no mostró arrepentimiento. Luego, María Goretti se le apareció en un sueño. La chica cogía flores de un canasto y las dejaba caer al suelo. Esta visión inició una conversión drástica en Alessandro. Tras 27 años más de cautiverio, fue puesto en libertad. Su primer acto fue ir a ver a la madre de María, a Assunta, para pedirle perdón. Y ella lo perdonó. Más tarde se convirtió en seglar asociado en un monasterio franciscano capuchino, donde trabajó como jardinero y empleado de mantenimiento. Allí murió en 1970.

María fue beatificada en 1947 y canonizada en 1950. Su madre y sus hermanos asistieron a ambas ceremonias en Roma.

La vida de santa María Goretti refleja el Evangelio en muchos niveles. Las extraordinarias virtudes que abanderó esta joven mártir –preocupada ante todo por que Alessandro no perdiera su alma al asaltar su cuerpo–, son poderosas de por sí. Pero quizás impacte más la cadena de perdón y misericordia que siguió su ejemplo.

María Goretti es la santa patrona de la castidad, de las chicas adolescentes, de la juventud, de las víctimas de violación y del perdón. Su fiesta se celebra el 6 de julio.

El Papa: Necesitamos líderes libres de la vanidad, el poder y el dinero

Jeffrey Bruno | Aleteia

En la homilía de Francisco en la Domus Santa Marta, propuestas para rezar por las vocaciones y preparar el camino

Recen a Dios por las vocaciones, para que mande sacerdotes y religiosas con el corazón solo para Él, libres de la idolatría de la vanidad, del poder y del dinero: es la exhortación realizada por el papa Francisco el 3 de marzo de 2014 en la Misa en Santa Marta. El Evangelio del hombre rico que se arrodilla ante Jesús para preguntarle qué podía hacer para heredar la vida eterna ha sido el corazón de la homilía de Francisco.

Este hombre, destaca el Papa, tenía muchas ganas de escuchar las palabras de Jesús:

“Era un hombre bueno, porque desde joven había observado los Mandamientos. Un hombre bueno”. “Pero esto no era suficiente para él, quería algo más. El Espíritu Santo lo impulsaba”. Jesús lo miró con amor y le hizo la propuesta: «Vende tus bienes y ven conmigo a predicar el Evangelio”. Pero al escuchar estas palabras “se le oscureció el rostro y se fue entristecido”, porque poseía muchos bienes”.

Libres para elegir

“Su corazón inquieto, porque el Espíritu Santo lo empujaba a acercarse a Jesús y a seguirlo, era un corazón pleno y él no tuvo la valentía de vaciarlo. E hizo su elección: el dinero.

El corazón lleno de dinero… Pero no era un ladrón, un reo: no, no ¡no! Era un hombre bueno que nunca había robado, ¡nunca!¡Nunca había engañado! Era dinero honrado. Pero su corazón estaba prisionero allí, estaba ligado al dinero y no tenía la libertad para elegir. El dinero eligió por él”. “¡Cuántos jóvenes, prosiguió el Papa, escuchan en sus corazones esta ‘llamada’ a acercarse a Jesús y están contentos!.

“No sienten vergüenza por arrodillarse” ante Él, “y demostrar públicamente su fe en Jesucristo”. Y “quieren seguirlo, pero, cuando tienen el corazón lleno de otra cosa y no tienen la valentía para vaciarlo se echan atrás y esa alegría se convierte en tristeza”. También hoy hay muchos jóvenes que tienen vocación, pero a veces hay algo que “los frena”. “Debemos rezar para que el corazón de estos jóvenes pueda vaciarse, vaciarse de otros intereses, de otros amores, para que el corazón se libere.

Y esta es la oración por las vocaciones: ‘Señor, mándanos, mándanos religiosas, mándanos sacerdotes, defiéndeles de la idolatría, de la idolatría de la vanidad, de la idolatría de la soberbia, de la idolatría del poder, de la idolatría del dinero’.

Y que nuestra oración sea para preparar estos corazones para poder seguir de cerca de Jesús”.

Demasiados jóvenes infelices, recemos más

El hombre de este Evangelio, afirmó el Papa, “es muy bueno y después muy infeliz”. Hay muchos jóvenes hoy así. Por esto es necesario elevar a Dios una plegaria intensa.

“Y la oración: ‘Ayuda, Señor, a estos jóvenes, para que sean libres y no esclavos, para que tengan un corazón solo para ti’ y así la llamada del Señor puede venir, puede dar fruto.

Y esta es la oración por las vocaciones. Debemos hacer muchas: rezar. Pero, siempre hay que estar atentos: las vocaciones existen. Debemos ayudarlas para que crezcan, para que el Señor pueda entrar en esos corazones y darles la alegría indecible y gloriosa que tienen la persona que sigue de cerca de Jesús”.