Entonces Pedro preguntó: “Tú sabes que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué nos tocará a nosotros?”. Y Jesús respondió: “El que a causa de mi nombre deje casa, hermanos o hermanas, padre, madre, hijos o campos, recibirá cien veces más y obtendrá como herencia la vida eterna”. Es muy importante tener en cuenta que esto no es una especie de cálculo capitalista: Haz una buena inversión y obtendrás un retorno espectacular; tendrás todas las casas y el dinero que quieras.Una vez que sueltas el mundo con espíritu de desapego, una vez que dejas de aferrarte a las cosas de este mundo y las ves sin distorsión, realmente las tendrás. Aparecerán como son, como Dios las ha querido. Ya no serán objetos para tu manipulación o posesión, sino realidades hermosas en sí mismas.