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Referencias Bíblicas
• Matthew 14:1-12
• Obispo Robert Barron

 

Amigos, en el Evangelio de hoy, Herodes manda a decapitar a Juan el Bautista, convirtiéndolo en el primer mártir entre los seguidores de Cristo, el primero de muchos por venir.



¿Es posible leer el libro maravilloso y terrible de los mártires, el libro del Apocalipsis, sin ver el poder de la proclamación valiente y veraz de la Iglesia cristiana en sus inicios? Y a partir de ahí el número de testigos crece a lo largo de los siglos del cristianismo. Hoy, desde Pakistán hasta Nigeria y de Egipto a Irak, cristianos comunes arriesgan sus vidas simplemente por declarar su fe y adorar según su conciencia.



Ellos siguen los pasos de los grandes mártires de la tradición cristiana, desde Esteban, Pedro y Pablo, hasta el Padre Miguel Pro gritando “Viva Cristo Rey” a sus verdugos; Martin Luther King Jr. recibiendo una bala de un asesino por haber insistido en ser una voz resonante de la justicia del Nuevo Testamento; y Franz Jäggerstätter, Dietrich Bonhoeffer y Edith Stein, desafiando hasta moribundos las mentiras del nazismo.



Y lo que vemos en estos mártires no es un coraje ordinario, sino un coraje elevado y transfigurado a través del amor. Vemos la voluntad de regalar incluso la propia vida por amor a Cristo y a su pueblo.

 

 

La «Juventud del Papa León» llena la explanada de Tor Vergata

Desde las 9 de la mañana las puertas del espléndido espacio en las afueras de Roma se abrieron de par en par para acoger a los miles de jóvenes que viven su Jubileo.

 

 

Sebastián Sansón Ferrari – Tor Vergata, Roma

Sobres de dormir, colchonetas, nebulizadores para aliviar el calor romano, protector solar, mochilas, tiendas de campaña… son solo algunos de los elementos que conforman el paisaje humano y espiritual de la explanada de Tor Vergata, en las afueras de Roma. Este vasto espacio, que en el año 2000 acogió la inolvidable Jornada Mundial de la Juventud con San Juan Pablo II, vuelve a vibrar este sábado 2 y domingo 3 de agosto con la presencia de más de medio millón de jóvenes convocados por el Jubileo de los Jóvenes, que tiene como momentos centrales la vigilia de oración y la Santa Misa presididas por el Papa León XIV.

Desde las nueve de la mañana, miles de peregrinos comenzaron a ocupar sus lugares entre cantos, oraciones y sonrisas. El cielo alternaba nubes y sol mientras las banderas de decenas de países y movimientos eclesiales ondeaban al viento: Brasil, Polonia, Nigeria, Filipinas, Argentina, Canadá, Colombia, España… también se hacía visible la presencia de comunidades como el Camino Neocatecumenal, la Comunidad Católica Shalom, la Renovación Carismática, entre otros.

 

 

Los animadores, desde el gran escenario central, encendían el entusiasmo de la multitud con preguntas que hacían estallar los aplausos: “¿Quién está listo para recibir a nuestro querido Papa?” Y la respuesta, como un solo grito de fe, se alzaba con fuerza: “¡Esta es la juventud del Papa!”

Zeltzin Corrales Amaro, coordinadora de la Pastoral de Adolescentes de la Diócesis de Izcalli, en México, expresó conmovida:

“Sé que este es un momento de nuestra Iglesia que solo sucede cada 25 años, así que poder estar aquí me llena de emoción. Me fortalece a mí, a mi comunidad y a toda la pastoral que represento. Es increíble ver tantos jóvenes siguiendo a Dios desde todos los rincones del mundo. ¡He visto banderas que jamás había visto antes!”

Las expectativas de los jóvenes son tan diversas como profundas. Luisa Navarro, de Colombia, compartió:

“La alegría no solo se vive en mi país, en mi ciudad o diócesis, sino que esto realmente mueve al mundo. Esto puede cambiar generaciones que hoy están alejadas, que buscan otras felicidades. Aquí vemos que la verdadera alegría tiene rostro y se llama Jesucristo.”

 

 

El ecuatoriano Santiago Benavides, del Camino Neocatecumenal, aseguró:

“La razón por la que estoy aquí es vivir la fe en comunidad, con el Papa y con jóvenes que buscan lo mismo: rezar juntos, compartir, celebrar nuestra fe. Este encuentro hace realidad un deseo profundo que he tenido por mucho tiempo”.

Por su parte, Alberto Echevarne Ramos, de la Parroquia de Nuestra Señora del Buen Suceso en Madrid, señaló:

“Somos más de 500.000 jóvenes reunidos con un mismo espíritu. Es esperanzador ver que no estamos solos, que muchos van a misa, cantan los mismos cantos, rezan lo mismo. Eso me hace muy feliz. Este encuentro es una inyección de esperanza”.

El ambiente se mantiene animado con presentaciones musicales de artistas de diversas procedencias, que ofrecen canciones llenas de fe, esperanza y fraternidad. Jóvenes de distintas lenguas y culturas bailan, cantan, se abrazan. Cada estrofa resuena con un mismo anhelo: el deseo de paz, el compromiso con la fraternidad universal y la voluntad de construir juntos un futuro mejor.

 

 

La vigilia de oración con el Santo Padre León XIV y la Misa conclusiva son los momentos culminantes de este Jubileo, que no termina aquí en Tor Vergata. Cada joven volverá a su diócesis con la misión de anunciar la paz y la salvación de Jesucristo, sembrando lo vivido en sus comunidades.

En este clima de fiesta y oración, Tor Vergata se ha convertido en un verdadero laboratorio de paz, donde la juventud del mundo entero reafirma su compromiso con la construcción de una civilización del amor.

 

 

Eusebio de Vercelli, Santo

Memoria Litúrgica, 2 de agosto

Por: . | Fuente: EWTN.com
Obispo

 

Martirologio Romano: San Eusebio, primer obispo de Vercelli, en la Liguria, que consolidó la Iglesia en toda la región subalpina y que, por defender la fe del Concilio de Nicea, fue desterrado por el emperador Constancio a Escitópolis y, posteriormente, a Capadocia y a la Tebaida. Vuelto a su sede después de ocho años, trabajó con empeño y valentía para restablecer la fe contra los arrianos († 371).

Breve Biografía

Nació en Cerdeña, Italia. Al morir su padre, su madre lo llevó a vivir a Roma, donde el Papa Liberio lo tomó bajo su protección, lo educó y lo ordenó de sacerdote. Poco después en la ciudad de Vercelli, al norte de Italia, murió el obispo, y el pueblo y los sacerdotes proclamaron a Eusebio como el nuevo obispo, por su santidad y sus muchos conocimientos.


San Ambrosio dice que el obispo Eusebio de Vercelli fue el primero en Occidente al cual se le ocurrió organizar a sus sacerdotes en grupos para formarse mejor y ayudarse y animarse a la santidad. Para este santo su más importante labor como obispo era tratar de que sus sacerdotes llegaran a la santidad. Fue obispo de Vercelli por 28 años.

Una de sus grandes preocupaciones era instruir al pueblo en religión. Y él mismo iba de parroquia en parroquia instruyendo a los feligreses.

En aquellos tiempos se estaba extendiendo una terrible herejía llamada Arrianismo, que enseñaba que Cristo no era Dios. Los más grandes santos de la época se opusieron a tan tremendo error, pero el jefe de gobierno, llamado Constancio, la apoyaba. Hicieron entonces una reunión de obispos en Milán, para discutir el asunto, pero Eusebio al darse cuenta de que el ejercito del emperador iba a obligarlos a decir lo que él no aceptaba, no quiso asistir. Constancio le ordenó que se hiciera presente, y el santo le avisó que iría, pero que no aceptaría firmar ningún error. Y así lo hizo. A pesar de que hereje emperador lo amenazó con la muerte, él no quiso aceptar el que Jesucristo no sea Dios, por esto fue desterrado.

 

 

Fue llevado encadenado hasta Palestina y encerrado en u cuartucho miserable. Los herejes lo arrastraron por las calles y lo insultaron, pero él seguía proclamando que Jesucristo sí es Dios. En una carta suya cuenta los espantosos sufrimientos que tuvo que padecer por permanecer fiel a su santa religión, y expresa su deseo de poder morir sufriendo por el Reino de Dios.

Al morir Constancio, su sucesor decretó la libertad de Eusebio y éste pudo volver a su amada diócesis de Vercelli. San Jerónimo dice que toda la ciudad sintió enorme alegría por su llegada y que su vuelta fue como el termino de un tiempo de luto y dolor.

El resto de su vida lo empleó junto con grandes santos como San Atanasio y San Hilario en atacar y acabar la herejía de los arrianos, y en propagar por todas partes la santa religión. Murió el 1 de agosto del año 371.

 

 

La Iglesia lo considera mártir, no porque haya muerto martirizado, sino porque en sus tiempos de prisión tuvo que soportar sufrimientos horrorosos, y los supo sobrellevar con gran valentía.

El repetía: » Puedo equivocarme en muchas cosas, pero jamás quiero dejar de pertenecer a la verdadera religión».

¡Felicidades a quienes lleven este nombre!

 

 

El precio de ser testigo de la verdad

Santo Evangelio según san Mateo 14, 1-12.

 

Cabeza de san Juan Bautista. José de Ribera. 1644. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Madrid.

 

Sábado XVII del Tiempo Ordinario
Por: H. Francisco J. Posada, LC
Fuente: www.somosrc.mx

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!



Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)



Cada día ayúdame a recordar que mi misión es ser una luz para los demás.



Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Mateo 14, 1-12



 

En aquel tiempo, el rey Herodes oyó lo que contaban de Jesús y les dijo a sus cortesanos: «Es Juan el Bautista, que ha resucitado de entre los muertos y por eso actúan en él fuerzas milagrosas».

Herodes había apresado a Juan y lo había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, la mujer de su hermano Filipo, pues Juan le decía a Herodes que no le estaba permitido tenerla por mujer. Y aunque quería quitarle la vida, le tenía miedo a la gente, porque creían que Juan era un profeta.

Pero llegó el cumpleaños de Herodes, y la hija de Herodías bailó delante de todos y le gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que le pidiera. Ella, aconsejada por su madre, le dijo: «Dame, sobre esta bandeja, la cabeza de Juan el Bautista».

El rey se entristeció, pero a causa de su juramento y por no quedar mal con los invitados, ordenó que se la dieran; y entonces mandó degollar a Juan en la cárcel. Trajeron, pues, la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven y ella se la llevó a su madre.

Después vinieron los discípulos de Juan, recogieron el cuerpo, lo sepultaron, y luego fueron a avisarle a Jesús.



Palabra del Señor.




Medita lo que Dios te dice en el Evangelio



Al ser un hombre de Dios, Juan tenía la valentía de enfrentar al rey Herodes, él sabía que esto le podría costar caro, pero no le dio más vueltas y siguió con su posición de profeta de Dios. La vida de Juan el Bautista termina con el episodio de su decapitación (martirio) porque Herodes tuvo un momento de debilidad y cedió a la tentación, el inocente tuvo que pagar las consecuencias.

Claramente Juan estaba lleno del Espíritu Santo porque de otra forma no se podría explicar de dónde sacaba las fuerzas para entregar su vida al servicio de Dios hasta la muerte, cada día de su vida era un acercarse a Dios para que Él le comunicara su mensaje y lo convirtiera en puente entre Dios y los hombres. Juan era una luz que hacía pensar en Jesús y la obra que el redentor haría durante su ministerio.

 

San Juan Bautista – Vivarini, Alvise. Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

«Abrir el corazón: el Señor nos habla a través de estas figuras. Juan donó su vida: “Yo, en cambio, debo disminuir para que Él sea escuchado, sea visto, para que el Señor se manifieste”. Sólo les aconsejo que no piensen demasiado en esto, sino que recuerden la imagen, que piensen en los cuatro personajes: el rey corrupto, la señora que sólo sabía odiar, la muchacha vanidosa que no tiene consciencia de nada, y el profeta decapitado solo en su celda. Ver eso, y que cada uno abra el corazón para que el Señor nos hable sobre esto». (Homilía de S.S. Francisco, 8 de febrero de 2019, en santa Marta).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Rezar por las personas que se encuentran encarceladas.

 

 

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Amén.

 

 

El perdón de Asís y la indulgencia plenaria del 2 de agosto 

Desde el 29 de julio se prepara el triduo para ganar la indulgencia plenaria en Asís, que también puede lucrarse en el resto del mundo los días 1 y 2 de agosto

 

 

Por una gracia especial concedida a san Francisco de Asís, los días 1 y 2 de agosto se puede ganar la indulgencia plenaria en la Porciúncula, pequeña capilla ubicada en el interior de la basílica de Santa María de los Ángeles, pero también en todos los templos franciscanos y parroquias del mundo. Esta es la historia.

El corazón generoso de san Francisco

«Te pido que todos los que, arrepentidos y confesados, vengan a visitar esta iglesia, obtengan amplio y generoso perdón, con una completa remisión de todas las culpas». El corazón generoso de san Francisco no duda sobre la petición que le hizo a Cristo y a la Virgen, que se le aparecieron mientras estaba rezando en la Porciúncula, en Asís.

Fue una noche del año 1216, y el Salvador y su Santísima Madre refulgieron en la luz que ilumina de repente el altar, rodeados por un coro de ángeles.

El pobrecillo de Asís, que se despoja de todo y se humilla en todo, no tiene dudas ante el Papa Honorio III: Jesús mismo le pidió que se dirigiera a su vicario en la tierra, que en aquel momento se encontraba en Perugia.

 

 

Basílica de Santa María de los Ángeles, donde se encuentra la Porciúncula, en Asís

«Lo que pides, oh fray Francisco, es grande – le había dicho el Señor en la visión de la Porciúncula – pero aún eres digno de cosas mayores y las tendrás. Acojo por tanto tu oración, con la condición de que tú pidas a mi vicario en la tierra, de mi parte, esta indulgencia».

Ocho siglos de misericordia

A la pregunta del pontífice: «Francisco, ¿durante cuántos años quieres esta indulgencia?», el santo respondió: «Padre Santo, no pido años, sino almas».

Y feliz, el 2 agosto de 1216, junto a los obispos de Umbría, anuncia al pueblo reunido en la Porciúncula:

«¡Hermanos, quiero enviarles a todos al Paraíso!»

El relato de las fuentes franciscanas ilustra, con una viveza que los siglos no han oscurecido, el origen del «Perdón de Asís»; una indulgencia plenaria que puede ser obtenida para uno mismo y para los difuntos, desde el mediodía del 1 de agosto hasta la medianoche del 2 de agosto. Pueden obtenerla los fieles que observen algunas condiciones visitando una iglesia: confesarse, comulgar, rezar por las intenciones del Papa, recitar el Credo y el Padrenuestro.

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La defensa de Teobaldo

Según las fuentes, Francisco, tras obtener la aprobación del Pontífice –aunque solo para un día al año– no perdió el tiempo en aplicarla.

El propio Papa, viéndolo irse sin dudar, le llamó de nuevo: «Oh simplón, ¿cómo te vas? ¿Qué te llevas contigo de esta indulgencia?»

Y le respondió sin más: «Me es suficiente con vuestra palabra. Si es obra de Dios, Él debe manifestar su obra. De esto yo no quiero documento alguno; sino que la carta sean la bendita Virgen María, Cristo sea el notario, y los testigos, los ángeles».

Un siglo después, el «Diploma de Teobaldo», fraile menor y obispo de Asís, el 10 de agosto de 1310 fijó formalmente los caracteres del complejo caso del «Perdón», empujado por la preocupación por las voces de sus detractores:

«Con motivo de la maledicencia de algunos detractores que, animados por el celo de la envidia o quizás de la ignorancia, hablan contra la indulgencia de Santa María de los Ángeles en Asís, nos vemos obligados a poner en conocimiento de todos los fieles con la presente carta los modos y características de la indulgencia, y en qué circunstancias el beato Francisco, mientras vivía, la obtuvo del papa Honorio».

Durante muchos años, esta indulgencia particular podía lograrse solo en la Porciúncula; pero con el paso del tiempo, la posibilidad se extendió a todas las iglesias franciscanas, y después a todas las iglesias parroquiales de Asís.

Ahora, la indulgencia se puede ganar en todos los templos franciscanos y parroquias del mundo.

Igualmente, el privilegio de la Porciúncula se extendió a todos los días del año.

La disciplina actual fue fijada por Pablo VI en la Carta Apostólica Sacrosancta Porziuncolae Ecclesia del 14 de julio de 1966, enviada por el Vicario general de la orden de los Frailes menores, fray Costantino Koser, con ocasión del 750° aniversario de la concesión de la indulgencia de la Porciúncula.

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Un flujo incesante de peregrinos

En Asís usualmente inicia el 29 de julio el triduo de oración en preparación de la celebración del «Perdón», presidido por el obispo local. Y el 1 y 2 de agosto suele haber varias celebraciones presididas por cardenales, obispos y ministros generales de la Orden Franciscana.

Apenas setenta años después de la extraordinaria concesión a san Francisco, a pesar de la cautela para no encender envidias, se difundió en seguida; atrayendo a la Porciúncula muchedumbres cada vez más numerosas y desde lugares cada vez más alejados.

San Egidio, compañero de san Francisco, solía decir que «si el mundo supiera las gracias que se obtienen en este lugar, no solo vendría gente de los alrededores, sino también desde los confines de la tierra; y no solo los fieles, también los infieles».

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