John 14:21-26
Amigos, en nuestra lectura del Evangelio de hoy vemos que la señal principal del Espíritu Santo es el amor. La noche antes de morir, Jesús les contó a sus amigos las verdades más profundas. Él habló de sí mismo, de su Padre y del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo es el amor que conecta Padre e Hijo. Desde toda la eternidad, él es el soplo de aire entre Padre e Hijo, y por lo tanto no es más que amor. Por lo tanto, cuando viene a habitar en ti y en mí nos dirige hacia el camino del amor: “Aquel día comprenderán que yo estoy en mi Padre, y que ustedes están en mí y yo en ustedes. El que recibe mis mandamientos y los cumple, ese es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre”.Dios ha creado un universo dinámico, yendo incansable e implacablemente hacia una meta, y esa meta nos ha sido revelada en Cristo: la participación en el amor del Padre y el Hijo. Por lo tanto, si deseamos conocer el reino de las criaturas en toda su complejidad y multiplicidad, tanto en su idas y vueltas, debemos sumergirnos en la corriente del Spiritus Sanctus.
Celestino V, Santo
CXCII Papa, 19 de mayo
Por: n/a | Fuente: EWTN.com
Martirologio Romano: En Fumone, cerca de Alatri, en la región del Lacio, muerte de san Pedro Celestino, el cual, después de haber abrazado la vida eremítica en el territorio de los Abruzos, célebre por su fama de santidad y conocido por sus milagros, fue elegido, ya octogenario, Romano Pontífice tomando el nombre de Celestino V, pero antes de que hubiese transcurrido un solo año, renunció al cargo y prefirió retirarse de nuevo a la soledad († 1296).
Nacido en Isernia, Italia (1221)
Nombre: Pietro Angelari de Murrone
Pontificado: Elegido, 5 Julio 1294, ordenado obispo de Roma, 29 agosto, Renuncia el 13 Diciembre, 1294.
Primer Papa que abdicó. Ultimo Papa que lleva ese nombre.
Etimológicamente: Celestino = “ hijo del cielo”. Viene de la lengua latina.
Breve Biografía
Nació en el seno de una familia numerosa, 12 hijos, en Abruzzos, Italia. El mismo cuenta en su autobiografía: «Mis padres tuvieron doce hijos, como Jacob, y su mayor deseo era ofrecer alguno al Señor. Fue escogido el undécimo, que se llamaba Pedro, como fue escogido José, en casa de Jacob».
Pedro le decía a menudo a su madre:»Quiero ser un buen siervo de Dios». Este joven comenzó a distinguirse entre sus familiares por su alto grado de humildad. Le encantaba vivir solo como un ermitaño. Por eso se fue a una cueva. A ella acudía multitud de gente a hacerle consultas.
Ordenado de sacerdote en Roma, volvió a la cueva de nuevo. No se atrevía a celebrar la misa. Entonces oyó una voz del cielo que le decía:»Celebra la Misa, hijo».
Su fama de santidad se extendió por todos los contornos. Le siguieron muchos discípulos con los que fundó la Orden de los Celestinos, que más tarde se unió a los Benedictinos.
Cuando menos lo esperaba, se presentaron ante él varios obispos para notificarle que había sido elegido Papa. Era ya un anciano de 73 años.
Estamos en el año 1294. Todos lo aceptaron bien porque la Iglesia necesitaba un Papa santo para que acabara con las intrigas de los Orsinis y Colonnas en la administración burocrática del Vaticano.
Por otra parte, la Iglesia llevaba nada menos que dos años sin Papa.
Al ser nombrado Pontífice, se puso el nombre de Celestino V. Imitando a Jesús, entró montado en un burro. Tras bajarse, los cardenales lo recibieron con alegría. Pero en lugar de irse al Vaticano, se marchó al Palacio Real de Nápoles. Aquí mandó construir una cabaña para vivir mejor en soledad. Al no tener experiencia diplomática, lo pasó francamente mal.
Por eso presentó su renuncia. Duró en el Papado tan sólo 5 meses. El 13 de diciembre de 1294 abdicó Celestino V y once días después el cardenal Gaetano fue elegido papa en el cónclave celebrado en el Castel Nuovo de Nápoles. Tomó el nombre de Bonifacio VIII y fue coronado y consagrado en Roma el 24 de diciembre de 1294. Al día siguiente emitió su primera encíclica en la que anunciaba la renuncia de su antecesor y su propia elevación a la máxima dignidad de la Cristiandad. Después, con la aprobación de los cardenales, revocó todos los derechos y privilegios otorgados por Celestino. Para evitar un posible cisma, Bonifacio VIII ordenó custodiar a Celestino V en Castello di Fumone (Frosinone), donde éste permaneció hasta su muerte (1296).1
El Papa Clemente V lo hizo santo en Avignon en 1313.
¡Felicidades a quienes lleven este nombre!
La meta no es inalcanzable
San Juan 14,21-26. V Lunes de Pascua
Por: H. Balam Loza, LC | Fuente: www.missionkits.org
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, me pongo en tus manos para que seas Tú quien me guíe en este momento de oración. Yo no sé orar, por eso te pido que me enseñes a hacerlo. Ve mi pobreza y debilidad y ven en mi auxilio. No soy digno de entrar en tu presencia, pero me acerco como un niño a los brazos de su padre. Me acerco con el deseo de encontrar lo que solamente Tú puedes darme, el amor y la felicidad profundos.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 14,21-26
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «El que acepta mis mandamientos y los cumple, ése me ama. Al que me ama a mí, lo amará mi Padre, yo también lo amaré y me manifestaré a él».
Entonces le dijo Judas (no el Iscariote): «Señor, ¿por qué razón a nosotros sí te nos vas a manifestar y al mundo no?». Le respondió Jesús: «El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. El que no me ama no cumplirá mis palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió.
Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el consolador, el Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hoy, uno de los discípulos hace una pregunta que podría dejarnos un tanto extrañados y es que al discípulo le sorprende que Jesús se manifieste solamente a unos y al mundo no. La respuesta de Jesús es aún más sorprendente porque no la hace directamente, sino que repite lo que había dicho antes. Es decir, que el amor a Él está en cumplir sus mandamientos.
Todo aquel que quiera recibir a Jesús tiene que dejar de lado sus deseos y pasiones para entregarse únicamente a Dios. Tal vez podemos pensar que no podemos solos pues somos débiles y que siempre habrá trabajo que hacer, siempre tendremos que purificarnos. Y ésta es la realidad porque la vida del cristiano es un peregrinaje que nos debe de llevar al Padre; es un camino de vuelta a la casa paterna.
Pero basta que comencemos a caminar para que el Padre vea nuestro deseo de llegar y salga a nuestro encuentro, nos abrace y nos lleve de la mano. El camino no es fácil para quien va solo, pero para quien va con Jesús nada lo hará temer, nada será tan difícil que sea insuperable y la meta no será inalcanzable. Tal vez el ideal es muy grande, pero una vida sin ideales grandes, es triste.
«Enseñar y recordar. Esto es lo que hace el Espíritu Santo en nuestros corazones. En el momento en el que está por regresar al Padre, Jesús anuncia la venida del Espíritu que ante todo enseñará a los discípulos a comprender cada vez más plenamente el Evangelio, a acogerlo en su existencia y a hacerlo vivo y operante con el testimonio. Mientras está por confiar a los Apóstoles -que quiere decir, en efecto, «enviados»- la misión de llevar el anuncio del Evangelio a todo el mundo, Jesús promete que no quedarán solos: estará con ellos el Espíritu Santo, el Paráclito, que estará a su lado, es más, estará en ellos, para defenderlos y sostenerlos. Jesús regresa al Padre pero continúa acompañando y enseñando a sus discípulos mediante el don del Espíritu Santo.»
(Homilía S.S. Francisco, 1 de mayo de 2016)
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy, Señor, voy hacer una visita a Cristo Eucaristía para agradecerte el gran amor que me manifiestas en cada día de mi vida y para agradecerte las bendiciones que has derramado en mi familia.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Este santo ermitaño huyó cuando fue elegido Papa
Public Domain
Philip Kosloski – publicado el 18/05/25
El Papa Celestino V no quería convertirse en Papa y literalmente huyó cuando fue elegido para ser el próximo sucesor de Pedro
No son muchos cardenales que desean convertirse en Papa, pero algunos incluso han abandonado el cargo por miedo a la pesada responsabilidad.
Tal fue el caso del Papa Celestino V, un hombre que definitivamente no aspiraba a ser el Vicario de Cristo en la tierra.
El Papa fugitivo
Antes de ser elegido Papa, Pietro de Morone amaba la soledad. La Enciclopedia Católica explica cómo se convirtió en eremita:
«De origen humilde, se hizo benedictino a los 17 años y finalmente fue ordenado sacerdote en Roma. Su amor por la soledad lo llevó primero al desierto de Monte Morone en los Abruzos, de ahí su apellido, y más tarde a los rincones más agrestes del Monte Majella. Tomó como modelo al Bautista. Su cilicio estaba áspero y lleno de nudos; una cadena de hierro rodeaba su demacrado cuerpo; ayunaba todos los días excepto el domingo; cada año guardaba cuatro Cuaresmas, tres de ellas a pan y agua».
Mientras él buscaba la soledad, muchos otros hombres se sintieron atraídos por su forma de vida y se reunieron a su alrededor.
Cuando falleció el Papa de su época, el Colegio Cardenalicio tuvo dificultades para elegir un sucesor. La noticia de que la Iglesia seguía sin papa llegó a oídos de Pietro, quien escribió una carta a los cardenales implorándoles que eligieran a alguien.
En respuesta, los cardenales decidieron elegir al propio Pietro, basándose en su reputación y la carta que envió.
Una escapada fallida
Cuando se acercaron a Pietro, este huyó de ellos, no queriendo la responsabilidad de ser el Sumo Pontífice.
Prefería su vida como ermitaño y consideraba que un papel tan importante en la Iglesia era demasiado para él.
Lo localizaron y finalmente cedió, recibió la corona papal y eligió el nombre de Papa Celestino V.
Sin embargo, su papado no duró mucho, pues anhelaba la soledad. Tras solo cinco meses, se convirtió en el primer Papa en dimitir sin estar relacionado con un cisma o un escándalo.
Un sucesor en sus pasos
Éste fue el Papa que muchos vieron como el que allanó el camino para el Papa Benedicto XVI en nuestros tiempos, muchos siglos después.
El Papa Celestino V fue posteriormente canonizado como santo, y su ejemplo nos recuerda a todos el inmenso peso del papado y la carga que el Papa soporta a diario. También nos recuerda que cada santo tiene sus propios dones, talentos y capacidades, y que un hombre muy santo (¡un santo!) puede no ser apto para ser papa.