TOQUES DE HOY

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Reflexiones diarias del Evangelio

Referencias Bíblicas
• Mark 8:14-21
• Obispo Robert Barron

Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús advierte a sus discípulos sobre la levadura de los fariseos y la de Herodes. Por otro lado, Él quería que ellos mismos fueran la levadura que transformaría su cultura.

El Concilio Vaticano II habló del llamado universal a la santidad: una convocatoria a todos los bautizados para ser levadura transformadora en la sociedad. Los padres del Concilio Vaticano II querían inspirar a una generación de grandes profesionales católicos con la esperanza de que esas personas llevarían la santidad que aprendieron en la Iglesia a sus áreas de especialización en el mundo secular.

 

 

La Iglesia manifiesta la forma de ordenar las cosas nacidas del amor —amor por Dios y amor al prójimo—. La generosidad, la paz, la no violencia y la confianza darán lugar a una nueva forma de ordenar las cosas. Esto es cierto para la familia, la escuela, la parroquia, la comunidad, el estado, la nación.

Ahora bien, ¿cómo se pone en marcha este proyecto? Claramente, incluso para aquellas personas más ingenuas, esto nunca sucede rápido, de la noche a la mañana. Más bien, en pequeñas etapas, las personas comienzan a vivir de acuerdo con los caminos del Señor. Y más luego, en los tiempos de Dios, esta nueva comunidad comienza a tener un efecto leudante en la sociedad en general.

 

 

Eladio de Toledo, Santo

Arzobispo, 18 de febrero

Fuente: Archidiócesis de Madrid

Martirologio Romano: En Toledo, en Hispania, san Eladio, que, después de haber dirigido los asuntos públicos en el palacio real, fue abad del monasterio de Agali y, elevado después al obispado de Toledo, se distinguió por los ejemplos de caridad (632).

Breve biografía

Arzobispo importante por su cometido entre los visigodos toledanos de su tiempo. Tuvo el buen gusto de admitir al diaconado a san Ildefonso que le sucedería también en la sede arzobispal de Toledo. Pasó dieciocho años al servicio de los cristianos como sucesor de los Apóstoles, desde que murió Aurasio, su antecesor en el mismo ministerio, y construyó también el templo de santa Leocadia.



Su padre llevó antes que él su nombre y ocupaba un cargo importante en la Corte. En familia de buenos cristianos nació Eladio, en Toledo, pasando la segunda mitad del siglo VI. Llega a sobresalir tanto en el cuidado de los negocios y tan merecedor es de confianza que el rey lo nombra administrador de sus finanzas ¡un antecedente de los ministros de Hacienda de hoy!



No se le sube a la cabeza de mala manera el honor, ni las riquezas, ni el poder que su cargo conlleva. No, no se dejó deslumbrar por la grandeza. Desde siempre era conocida su devoción y la fidelidad a las prácticas de vida cristiana. San Ildefonso dice de él que «aunque vestía secular, vivía como un monje». Y no le faltaba razón, porque frecuentaba el retiro monacal del monasterio Agaliense próximo a Toledo y algo se le pegaría.



 

 

Entre los afanes de las cuentas, recaudaciones, ajustes y distribución de dineros le llega la hora de la vocación a cosas más altas. Hay un cambio de negocio y quien lo propone es el Señor. Con voluntad desprendida deja bienes, afanes terrenos, comodidades, familia y mucho honor. Tomado hábito, a la muerte del abad, los monjes le eligen para esa su misión.



 

Después viene otra muerte, porque así vamos pasando los hombres. Se resiste Eladio a aceptar la distinción de arzobispo, pero la silla toledana necesita un sucesor después de la muerte de Aurasio.

Los años no son obstáculo para reformar el estamento eclesiástico, mejorar el estado secular y cuidar el culto divino. Como obispo no puede olvidar a los más necesitados en lo material porque sin caridad no hay cristianismo creíble; y es en este punto donde su discípulo y sucesor Ildefonso escribe:

«Las limosnas y misericordias que hacía Eladio eran tan copiosas que era como si entendiese que de su estómago estaban asidos como miembros los necesitados, y de él se sustentaban sus entrañas»; este era un motivo más para cuidar la austeridad de su mesa arzobispal, debía ser frugal en la comida para no defraudar a los pobres.



Aún tuvo más entresijos su vida; negoció delicadamente con Sisebuto la ardua cuestión que planteaba la convivencia diaria entre las comunidades de judíos y cristianos que era fuente permanente de conflictos religiosos y de desorden social.



Murió el 18 de febrero del año 632.

 

 

Confiar en la Providencia

Santo Evangelio según san Marcos 8, 14-21.

 

 

Martes VI del Tiempo Ordinario
Por: Luis Alejandro Huesca Cantú, LC
Fuente: somosrc.mx

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.

¡Venga tu Reino!



Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)



Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío.



Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Marcos 8, 14-21



En aquel tiempo, cuando los discípulos iban con Jesús en la barca, se dieron cuenta de que se les había olvidado llevar pan; sólo tenían uno. Jesús les hizo esta advertencia: “Fíjense bien y cuídense de la levadura de los fariseos y de la de Herodes”. Entonces ellos comentaban entre sí: “Es que no tenemos panes”. Dándose cuenta de ello, Jesús les dijo: “qué están comentando que no trajeron panes? ¿Todavía no entienden ni acaban de comprender? ¿Tan embotada está su mente? ¿Para qué tienen ustedes ojos, si no ven, y oídos, si no oyen? ¿No recuerdan cuántos canastos de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil hombres?” Ellos le contestaron: “Doce”. Y añadió: “Y cuántos canastos de sobras recogieron cuando repartí siete panes entre cuatro mil?”. Le respondieron: “Siete”. Entonces él dijo: “¿Todavía no acaban de comprender?”.



Palabra del Señor



Medita lo que Dios te dice en el Evangelio



Ahora estoy estudiando filosofía en Roma para prepararme para el sacerdocio, pero siempre que tengo la oportunidad de ir de visita a casa de mis papás en Monterrey, busco un momento para ver a mis amigos de la universidad. Siempre me resulta curioso ver cómo un tema de conversación que se repite son los recuerdos de los maestros y sus clases en la universidad. Creo que siempre los primeros maestros que recordamos son los más exigentes. Me parece que san Marcos está haciendo lo mismo que mis amigos y yo en este pasaje de su Evangelio: recordar a Cristo Maestro que enseña a sus discípulos.



 

Los discípulos están preocupados porque sólo tienen un pan en la barca, pero ¡Jesús acababa de multiplicar el pan para cuatro mil hombres! Creo que muchas veces nos podemos poner en el lugar de estos discípulos: ¿cuántas veces dejamos de confiar en el Señor y sólo confiamos en nosotros mismos?, ¿cuántas veces nos olvidamos de la Providencia Divina?



Mi papá es muy fervoroso de la Divina Providencia. Recuerdo un día que me llevaba a la escuela en su coche; él no tenía trabajo ni dinero en la cartera, y se le estaba acabando la gasolina al auto que ya tenía encendido un pequeño foco amarillo de advertencia en el tablero.

En el camino rezamos a la Divina Providencia y recuerdo que justo antes de bajarme para entrar al colegio, la luz amarilla del tablero se apagó. ¡Qué grande es Dios! Muchas veces pensamos que es difícil encontrarnos con el Señor, pero es más sencillo de lo que parece, incluso en las pequeñas cosas de la vida el Señor se hace presente con su Providencia Divina.



«¿Y cuál es la actitud del cristiano? Es la actitud de esperanza en Dios, que nos permite no dejarnos abrumar por acontecimientos trágicos. En efecto, “esto os sucederá para que deis testimonio”. Los discípulos de Cristo no pueden permanecer esclavos de los temores y de las angustias, sino que están llamados a vivir la historia, a detener la fuerza destructiva del mal, con la certeza de que la ternura providencial y tranquilizadora del Señor acompaña siempre su acción de bien. Esta es la señal elocuente de que el Reino de Dios viene a nosotros, es decir, que la realización del mundo se acerca como Dios quiere. Es Él, el Señor, quien dirige nuestras vidas y conoce el propósito último de las cosas y los acontecimientos».
(Homilía de S.S. Francisco, 17 de noviembre de 2019).



Diálogo con Cristo



Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.



Propósito



Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.



Preocuparme menos y confiar más en el Señor cuando no puedo controlar las cosas.



Despedida



¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

 

 

10 curiosidades sobre el beato Angélico, el pintor angelical

El pintor que pintaba de rodillas, rezaba antes de pintar y otras 8 curiosidades que aquí te contamos

 

 

El artista y fraile dominico Guido di Pietro, nació en Vicchio, Florencia en 1395.

Comenzó con manuscritos iluminados

El artista y fraile dominico Guido di Pietro, nació en Vicchio, Florencia en 1395. Comenzó su carrera artística pintando manuscritos iluminados en libros religiosos como los misales.

Pronto llegó a ser un gran maestro en el arte de la miniatura, una disciplina rigurosa, que sirvió mucho a Fra Angélico en sus obras posteriores.

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Tres nombres distintos

En 1423 entra a formar parte de los dominicos del convento de Fiesole y Guido di Pietro, pasa a llamarse fray Giovanni da Fiesole.

Más tarde se lo conocerá por Fra Angélico, apodado por el pintor e histórico del arte, Giorgio Vasari, que lo consideraba “angelical” por la conmovedora religiosidad de todas sus obras y por sus personales cualidades de humanidad y humildad.

Antes de pintar rezaba

Se dice que no pintaba si antes no rezaba y nunca corregía sus obras. Estaba convencido de que cada pincelada tenía un origen divino.

Su trabajo angelical

Sus pinturas fueron influenciadas por el gótico internacional e insertó la prospectiva arquitectónica para situar las imágenes dándole un cierto volumen y profundidad.

Unía la estética gótica con la renacentista, utilizando el arte para difundir el Evangelio.

Su arte da testimonio de una vida pasada en la plenitud cristiana.

De Florencia a Roma y todo el mundo

A lo largo de su vida pintó temas sagrados: Anunciaciones, escenas de la Pasión, Vírgenes entronizadas y santos.

Realizando sus pinturas en Florencia, pero también le encomendaron trabajos en Orvieto, Perugia y Roma, donde fue llamado por papa Eugenio IV y luego por papa Nicolás V, que lo hizo pintar su famosa capilla.

Muchas de sus obras también se encuentran en el Museo del Prado en Madrid.

Frescos que debían ser inspiración

En el convento de san Marcos en Florencia, pintó junto a su discípulo Benozzo Gozzoli, 50 frescos, dónde la única función era inspirar a los monjes en la meditación.

De rodillas

Fra Angélico pintaba generalmente de rodillas. La pintura para el beato era un acto de devoción y decía que:

“Para pintar las cosas de Cristo, se debe vivir con Cristo”.

Inspiró a Leonardo da Vinci

Su mensaje artístico influyó fuertemente en el más grande pintor florentino de finales del siglo XV y XVI, Sandro Botticelli y también en otros artistas como: Domenico Veneziano, Piero della Francesca y hasta incluso Leonardo da Vinci, por su uso innovador del paisaje y la composición

Su tumba se encuentra en Roma

Beato Angélico murió en Roma en el año 1455. Se encontraba en la casa madre de los dominicos, al lado de la iglesia de santa María Sopra Minerva, donde hoy se encuentra su tumba.

Beato antes de su beatificación

Aunque si ya venía llamado beato desde el siglo XV, por su ejemplo de santidad, Fra Angélico, fue beatificado el 3 de octubre de 1982 por san Juan Pablo II.

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