TOQUES DE HOY
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Reflexiones diarias del Evangelio
Referencias Bíblicas
• Mark 7:24-30
• Obispo Robert Barron
Amigos, en el Evangelio de hoy vemos a una mujer que, con su enérgica súplica, entabla una discusión con Jesús. Es una de las pocas escenas en los Evangelios donde alguien persuade a Jesús para que haga algo que normalmente no haría.
Existe una larga tradición que enfatiza en la perseverancia de la mujer frente a esta “prueba” que Jesús le pone. Hay otra lectura de este pasaje que se enfoca en cómo la mujer ejemplifica la actitud correcta que debemos tener hacia Dios, una combinación de humildad y audacia, de deferencia y desafío.
Sin embargo, la lectura que me gustaría enfatizar está condicionada a la filosofía del “otro”. El Antiguo Testamento habla insistentemente del “extranjero, la viuda y el huérfano”, aquellos que no tienen a nadie que los cuide. Nos presionan a hacer algo aún cuando preferiríamos que no estuvieran.
Nosotros, la Iglesia, somos el Cuerpo de Cristo, la presencia física de Cristo en el mundo. La gente viene a nosotros exigiendo comida, sustento, amistad, amor, refugio, liberación. Muy a menudo estamos tentados a hacer lo que Jesús hace inicialmente y lo que hacen los discípulos: decirles que se vayan.
Pero toda la vida cristiana consiste en recordar el sufrimiento y la necesidad de aquellos otros cuya presencia nos molesta.
Benigno de Todi, Santo
Presbítero y Mártir, 13 de febrero
Fuente: Archidiócesis de Madrid
Presbítero y Mártir
Martirologio Romano: En Todi, ciudad de la Umbría, san Benigno, presbítero y mártir (s. IV).
Etimología: Benigno = Aquel que actúa con Benevolencia, es de origen latino.
Breve Biografía
Dicen que un fraile, en un arrebato de falsa devoción, quiso llevarse a su convento -eso que se llama robar una cosa sagrada y como agravante en un sitio también sagrado- la cabeza del santo que reposaba dentro de un relicario de plata en el monasterio de benedictinas que se llama «De las Milicias», en Todes. En su intento, y sin saber muy bien lo que pasaba, no pudo salir del templo por no poder localizar las puertas hasta poco antes tan expeditas. Así, se vio obligado a depositar la reliquia de san Benigno en el sitio que le correspondía. Todes es una de las primeras ciudades evangelizadas de Hungría. Benigno vive en la segunda mitad del siglo III. Y se ha dado conocer entre los suyos como un insigne propagador de la fe cristiana; lo hace con alegría y con notable entusiasmo. El obispo Ponciano conoce su afán apostólico y está al tanto de la sinceridad de su vida; un día lo consagra presbítero para apoyarse en él en el cumplimiento obligado de atender a su grey y de extender la Salvación.
Llegada la persecución de Maximiano y Diocleciano, la comunidad de creyentes está confortada por la atención espiritual que con riesgo constante de su vida le presta el buen sacerdote Benigno. Socorre a los confesores de la fe presos en las cárceles; visita las casas de los débiles y les busca por los campos que los cobijan para darles aliento; y se las arregla para estar cerca de los que son torturados, acompañando hasta donde es posible humanamente a los que se disponen al martirio.
Pasado el peor momento de estupor, se llena de la audacia del Espíritu Santo y comienza a predicar con fortaleza de Jesucristo. Ahora lo hace públicamente en el intento de convertir a los paganos que están en el terrible error de la idolatría. El principal foco de atención de su discurso es hacerles comprender que los ídolos son una necedad y el culto que se les tributa supone una verdadera ofensa al único Dios que merece adoración y puede darles la salvación ofrecida a todos los hombres sin excepción. Ya no le importa su vida. Se sabe portador de la verdad y conoce bien que ella no es exclusivamente para él. Sólo Jesús es el Señor y todos han de servirle.
Lo que era presumible con ese comportamiento se hace realidad. Es apresado y obligado a apostatar, siendo inútiles los tormentos que tuvo que soportar el fiel y valiente discípulo. Por fin, muere el 13 de febrero del año 303 con la cabeza cortada, aquella que el fraile quiso cambiar de sitio.
La catequesis, es decir, llevar a Cristo a los demás, comporta la responsabilidad de ser fiel a lo que se propone y ni que decir tiene que en este contexto la vida humana no es ningún valor absoluto. ¡Qué bien lo supo hacer san Benigno sin tener que darle vueltas a los textos de las bibliotecas de las universidades que aún no se habían inventado! Fue sencillamente el don del Espíritu Santo. Hoy también hacen bastante falta sacerdotes -no sólo en Hungría- cuidadosos menos de su propia vida que de la Salvación que ofrecen y ¡obispos que los descubran!
¡Felicidades a quienes tienen este nombre!
El tiempo de Dios
Santo Evangelio según san Marcos 7, 24-30.
Jueves V del Tiempo Ordinario
Por: José Alberto Rincón, LC
Fuente: somosrc.mx
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, que cada día me esfuerce por conocerte mejor para amarte como Tú lo deseas. Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 7, 24-30
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Aguafuerte de Pietro del Po , La mujer cananea (o sirofenicia) pide a Cristo que la cure , ca. 1650.
En aquel tiempo, Jesús salió de Genesaret y se fue a la región donde se encuentra Tiro. Entró en una casa, pues no quería que nadie se enterara de que estaba ahí, pero no pudo pasar inadvertido. Una mujer, que tenía una niña poseída por un espíritu impuro, se enteró enseguida, fue a buscarlo y se postró a sus pies. Cuando aquella mujer, una siria de Fenicia y pagana, le rogaba a Jesús que le sacara el demonio a su hija, él le respondió: “Deja que coman primero los hijos. No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos”. La mujer le replicó: “Sí, Señor; pero también es cierto que los perritos, debajo de la mesa, comen las migajas que tiran los niños”. Entonces Jesús le contestó: “Anda, vete; por eso que has dicho, el demonio ha salido ya de tu hija”. Al llegar a su casa, la mujer encontró a su hija recostada en la cama, y ya el demonio había salido de ella.
Palabra del Señor
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Si Jesús hubiera esperado a los tiempos modernos para encarnarse, podemos imaginarnos muy claramente cómo habrían sido criticadas sus declaraciones públicas. Los medios de comunicación habrían disfrutado llenando planas de información con ello. «Deja que coman primero los hijos. No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos.» ¿Acaso ha comparado al hombre con los animales? ¿Acaso ha denigrado a la persona con la que estaba hablando? ¿Acaso se atrevió a afirmar que los animales no merecen nuestro cuidado?
Tal es el fruto de una mentalidad que se dedica exclusivamente a buscar lo criticable, en vez de reconocer lo admirable. No se trata aquí de decidir si somos o no tolerantes con las palabras de Jesús, ¡faltaba menos! Se trata de aceptar que esas palabras están ahí por una razón, y que Él no escatimó esfuerzos por dejarnos claro el mensaje de la salvación. Sí, ciertamente Jesús no habría sido una persona políticamente correcta bajo nuestros estándares.
¿Qué nos dice, entonces? ¿Que la insistencia de la mujer siro-fenicia bastó para convencerlo? ¿Que le concedió el milagro de la liberación de su hija porque le ganó el argumento? Todo ello son criterios humanos; por muy entretenidos que sean, no pueden arrojar luz sobre el asunto. La luz viene de dentro, del mismo texto. ¿Qué hizo la mujer antes de hablar? Fue a buscarlo y se postró. Después vino la insistencia, la súplica, el ruego; primero, no obstante, estuvo la adoración, reconociendo que estaba delante de alguien más grande que ella.
¿Y nosotros? Quizás nos acercamos a Jesús con la actitud propia de nuestro tiempo la mayoría de las veces. Exigimos respuestas, imponemos esquemas, delimitamos cursos de acción. Él nos ve y con razón se rehúsa a consentir nuestro egoísmo. ¡Cuántas veces olvidamos ponernos de rodillas! Humildad, ante todo, que sólo a quien se abaja pueden llegarle las migajas de la mesa de los hijos.
«En el Evangelio también aparece otra mujer valiente que no usa la persuasión, no usa el regateo, no usa la insistencia silenciosa. Es la cananea que pide la curación de su hija, atormentada por un demonio. Al principio Jesús le dice que había sido enviado sólo para el pueblo de Israel: no es bueno tomar el pan de los hijos y tirarlo a los perros. Y ella no se asusta e insiste diciendo a Jesús que hasta los perros comen migajas que caen de la mesa de sus patrones. Esta mujer “no se asusta” y obtiene lo que quiere. […] Se necesita mucho valor para rezar así. Y nosotros somos tibios tantas veces. Alguno dice: “Reza porque tienes este problema, aquel otro…”. “Sí, sí, digo dos Padrenuestros dos Ave Marías, y me olvido…”. No, la oración del papagayo no va. La verdadera oración es ésta: con el Señor. Y cuando yo debo interceder, debo hacerlo así, con coraje. La gente, en el discurso común, utiliza una expresión que me dice mucho, cuando quiere llegar a algo: “Haré lo mejor que pueda”. En la oración de intercesión, esto también es cierto: “Haré lo mejor que pueda”. El valor para seguir adelante. Pero quizás venga la duda: “Yo hago esto, pero ¿cómo sé que el Señor me escucha?”. Tenemos una seguridad: Jesús. Él es el gran intercesor». (Homilía de S.S. Francisco, 4 de abril de 2019).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Pondré confiadamente en las manos de Dios aquella dificultad que encuentre el día de hoy en mi camino, esforzándome por no reprocharle la forma en que decida atenderla.
Despedida
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
San Benigno de Todi, patrono de los presos
Este sacerdote predicaba abiertamente el Evangelio y visitaba a los presos cristianos y los confortaba, eso le costó la vida
Benigno fue un sacerdote que nació y vivió en la ciudad de Todi (en la actual región italiana de Umbría) en la segunda mitad del siglo III.
En su época se desató la persecución de los cristianos ordenada por los emperadores Maximiano y Diocleciano.
Benigno predicaba abiertamente el Evangelio y visitaba a los presos cristianos y los confortaba. Por ello fue apresado y le cortaron la cabeza.
Santo patrón
San Benigno de Todi es patrono de los encarcelados.
Oración
Padre de misericordia, que en tu infinita bondad te dignaste elegir a tu siervo san Benigno de Todi para que su boca se llenara de santas palabras del Espíritu Santo, haz que también nosotros sintamos este celo ardiente por predicarte con amor.
Que tu Espíritu Santo venga sobre la vida de cada cristiano haciéndolo también un servidor de tu Palabra. Lo pedimos por intercesión de san Benigno y por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.