TOQUES DE HOY
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Reflexiones diarias del Evangelio
Referencias Bíblicas
• Mark 6:30-34
• Obispo Robert Barron
Amigos, el Evangelio de hoy nos muestra la compasión de Jesús por la multitud en el desierto.
“Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato”.
Este es un punto central para el pueblo de Israel cuando estaban en el desierto, después de la huida de Egipto.
Aislados, solos, asustados y sin comida, clamaban a Moisés por algo.
Vemos personas que se mueren por falta de alimentos, y un profeta que está bajo amenaza de muerte.
Esta multitud alrededor de un Jesús amenazado es una metáfora para la Iglesia.
Hemos venido a Él porque tenemos hambre, y permanecemos aún cuando las cosas se vuelvan sombrías.
Josefina Bakhita, Santa
Memoria Litúrgica, 8 de febrero
Por: Redacción | Fuente: Corazones.org
Virgen
Martirologio Romano: Virgen, nacida en la región de Darfur, en Sudán, que, siendo aún niña, fue raptada y vendida en diversos mercados africanos de esclavos, sufriendo dura cautividad. Al obtener la libertad, abrazó la fe cristiana e ingresó en el Instituto de Hijas de la Caridad (Canosianas), y pasó el resto de su vida en Schio, en el territorio italiano de Vicenza, entregada a Cristo y al servicio del prójimo († 1947).
Fecha de beatificación: 17 de mayho de 1992 por S.S. Juan Pablo II Fecha de canonización: 1 de octubre de 2000 por el Papa San Juan Pablo II
Breve Biografía
La verdadera fortuna es conocer, amar y servir a Dios. El nombre «Bakhita» significa «afortunada» y nuestra santa ciertamente lo es. Sin embargo, esa fortuna no le vino nada fácil. Bakhita es el nombre que recibió cuando fue secuestrada mientras que fue bautizada con el nombre de Josefina. De su vida no se conocen datos exactos. Se cree que es de Olgossa en Darfur, y que nació en 1869. Vivió su infancia con sus padres, tres hermanos y dos hermanas, una de ellas su gemela.
Su vida fue profundamente marcada cuando unos negreros llegaron a Olgossa y capturaron a su hermana. En su biografía escribió: «Recuerdo cuánto lloró mamá y cuánto lloramos todos». También cuento su propia experiencia al encontrarse con los buscadores de esclavos.
Cuando aproximadamente tenía nueve años, paseaba con una amiga por el campo y vimos de pronto aparecer a dos extranjeros, de los cuales uno le dijo a mi amiga: ´Deja a la niña pequeña ir al bosque a buscarme alguna fruta. Mientras, tú puedes continuar tu camino, te alcanzaremos dentro de poco´. El objetivo de ellos era capturarme, por lo que tenían que alejar a mi amiga para que no pudiera dar la alarma.
Sin sospechar nada obedecí, como siempre hacia. Cuando estaba en el bosque, me percaté que las dos personas estaban detrás de mí, y fue cuando uno de ellos me agarró fuertemente y el otro sacó un cuchillo con el cual me amenazó diciéndome: ´Si gritas, morirás! Síguenos!´».
Fueron esos hombres quienes le pusieron el nombre Bakhita sin comprender a donde ella llegaría. Llevaron a Bakhita a El Obeid donde fue vendida a cinco distintos amos en el mercado de esclavos. Intentó escapar, pero sin éxito. Su cuarto amo fue el peor en sus humillaciones y torturas. Cuando tenía unos 13 años fue tatuada, le realizaron 114 incisiones y para evitar infecciones le colocaron sal durante un mes. Ella cuenta en su biografía: «Sentía que iba a morir en cualquier momento, en especial cuando me colocaban la sal».
El comerciante italiano Calixto Leganini compró a Bakhita en 1882. Era el quinto amo. Ella escribe: «Esta vez fui realmente afortunada porque el nuevo patrón era un hombre bueno y me gustaba. No fui maltratada ni humillada, algo que me parecía completamente irreal, pudiendo llegar incluso a sentirme en paz y tranquilidad».
En 1884 Leganini se vio en la obligación de dejar Jartum, tras la llegada de tropas Mahdis. Bakhita quiso seguir con su amo cuando este se fue a Italia con su amigo Augusto Michieli. La esposa de Michieli los esperaba en Italia y quiso quedarse con uno de los esclavos que traían por lo que se le dió a Bakhita. Con su nueva familia, Bakhita trabajo de niñera y amiga de Minnina, hija de los Michieli.
En 1888 la familia Michieli compró un hotel y se trasladaron a Suakin pero Bakhita decidió quedarse en Italia. Bakhita y Minnina ingresaron al noviciado del Instituto de las Hermanas de la Caridad en Venecia. Esta congregación, fundada en 1808, es mas conocida como Hermanas de Canossa.
Fue en el Instituto que Bakhita conoció de verdad a Cristo y que «Dios había permanecido en su corazón», por lo que le había dado fuerzas para poder soportar la esclavitud, «pero recién en ese momento sabía quien era». Recibió al mismo tiempo el bautismo, la primera comunión y la confirmación, el 9 de enero de 1890, por manos del Cardenal de Venecia. Tomó el nombre cristiano de Josefina Margarita Afortunada.
Al ser bautizada expresó: «¡Aquí llegué a convertirme en una de las hijas de Dios!». Se dice que no sabía como expresar su gozo y en su biografía cuenta que en el Instituto conoció cada día más a Dios, «que me ha traído hasta aquí de esta extraña forma».
La Señora de Michieli volvió del Sudán a llevarse a su hija y a Bakhita, pero con gran valentía Bakhita se negó a ir y prefirió quedarse con las Hermanas de Canossa. Bakhita pudo prevalecer porque la esclavitud era ilegal en Italia. El 7 de diciembre de 1893, a los 38 años de edad profesó en la vida religiosa.
Bakhita fue trasladada a Venecia en 1902, donde trabajó limpiando, cocinando y cuidando a los más pobres. Nunca realizó milagros ni fenómenos sobrenaturales, pero tenía fama de santidad. Siempre fue modesta y humilde, mantuvo una fe firme en su interior y cumplió siempre sus obligaciones diarias.
Mucho le costó escribir su autobiografía en 1910, la cual fue publicada en 1930. En 1929 se le ordena ir a Venecia a contar la historia de su vida. Luego de la publicación de sus memorias, se hizo muy conocida y viajaba por toda Italia dando conferencias y recogiendo fondos para su congregación.
Aunque la salud de Bakhita se fue debilitando hacia sus últimos años y quedó con mucho dolor en silla de ruedas, no dejó de viajar. Falleció el 8 de febrero de 1947 en Schio, siendo sus últimas palabras: «Madonna! Madonna!»
Miles de personas fueron a darle el último adiós, expresando así el respeto y admiración que sentían hacia ella. Fue velada por tres días, durante los cuales, según cuenta la gente, sus articulaciones aún permanecían calientes y las madres cogían su mano para colocarla sobre la cabeza de sus hijos. Josefina se recuerda con veneración en Schio como «Nostra Madre Moretta».
Sus restos incorruptos fueron sepultados bajo el altar de la la iglesia del convento de Schio, Italia.
A LOS ALTARES
En 1959 la diócesis local comenzó las investigaciones sobre su santidad. El 1 de diciembre de 1978 fue declarada Venerable. El 17 de mayo de 1992 fue beatificada por Juan Pablo II, declarándose su fiesta el 8 de febrero. En esa ocasión el Papa reconoció que ella transmitió el mensaje de reconciliación y misericordia.
Bakhita fué canonizada por S.S. Juan Pablo II el 1 de octubre del 2000.
La historia de Bakhita es la de un continente. Ella sufrió graves males en manos de algunos cristianos pero su corazón no se cerró. Supo perdonar a los que la ultrajaron y descubrir que aquellos agravios, aunque cometidos por cristianos, son contrarios al camino de Jesús.
Gracias a las religiosas encontró el verdadero rostro de Cristo y entró en Su Iglesia. Nada, ni los malos ejemplos, nos puede apartar del amor de Dios cuando le permitimos reinar en nuestro corazón. Bakhita nos deja este maravilloso testamento de perdón por amor a Cristo: «Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa». El Papa la llamó «Nuestra Hermana Universal».
«Si volviese a encontrar a aquellos negreros que me raptaron y torturaron, me arrodillaría para besar sus manos porque, si no hubiese sucedido esto, ahora no sería cristiana y religiosa».
Vengan conmigo… descansen un poco
Santo Evangelio según San Marcos 6, 30-34.
Sábado IV de Tiempo Ordinario.
Por: César Yali Molina Flores, LC
Fuente: somosrc.mx
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Concédeme, Señor, poder expresarte todo lo que hay en mí y que sea dócil a lo que me pides.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 6, 30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo: «Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco». Porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer. Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
Palabra del Señor
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
El Evangelio de hoy invita a que busques en lo más profundo de tu corazón y te recojas en silencio, para que descanses de lo cotidiano – «Vengan aparte, ustedes solos, a un lugar solitario, y descansen un poco» – Dios conoce tus afanes, por eso cuando te invita, puedes sentir que Él camina contigo, te lleva a un encuentro contigo mismo; y esto es posible recogiéndote, alejándote del ruido cotidiano para que puedas escuchar el sonido del silencio.
Cuando llegues a tu casa luego de una jornada laboral, de estudio o de un encuentro con tus amigos, date tiempo para estar contigo en silencio. Olvídate de los pendientes en el trabajo, colegio o universidad, de los planes que estás haciendo con tus amistades, descansa de los medios electrónicos – teléfonos, computadores, ipads, redes sociales, etc. -; aprende a conocerte y superar tus miedos a la soledad; descansa del mundo y aprenderás a ser feliz.
Esto es lo que hicieron los apóstoles, luego de que llegaron de su misión.Era necesario estar lejos de los demás, pues solamente se puede dar lo mejor de uno cuando se está descansado y cuando uno ha tomado nuevamente aquello que compartirá o entregará a otros.Los discípulos tenían que estar en comunión con Dios en la oración para poder llevarlo a los demás.
Tú puedes llevar lo mejor de ti en la medida que descanses y te adentres al mundo más fascinante, pero que muchas veces evitas, tu yo interior. No temas en recogerte y descansar un poco, luego verás que, aunque no sea fácil, todo tendrá más sentido y será más llevadera la carga de actividades.
«El cansancio de uno mismo. Es quizás el más peligroso. … Este cansancio, en cambio, es más auto-referencial; es la desilusión de uno mismo, pero no mirada de frente, con la serena alegría del que se descubre pecador y necesitado de perdón, de ayuda: este pide ayuda y va adelante. Se trata del cansancio que da el «querer y no querer», el haberse jugado todo y después añorar los ajos y las cebollas de Egipto, el jugar con la ilusión de ser otra cosa». (Homilía de S.S. Francisco, 2 de abril 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Durante media hora antes y después de las comidas en familia apagaré los medios electrónicos.
Despedida
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
(VIDEO) Todo lo que debes saber sobre santa Josefina Bakhita
Vivió el horror de la esclavitud y el maltrato a manos de sus dueños, quienes no pudieron atar su espíritu, porque supo después que pertenecía a Cristo
Santa Josefina Bakhita nació en Darfur, Sudán, en el continente africano. Fue secuestrada cuando aún era una niña y vendida como esclava en distintas ocasiones. Durante sus años de esclavitud sufrió la humillación de ser tatuada, haciéndole 114 incisiones que fueron «curadas» echando sal en las heridas para evitar que se infectaran.
Después de 10 años de maltratos, conoció a su último «amo», quien la llevó a Italia, donde su vida se transformó completamente al conocer a Jesús. Su conversación fue tan profunda que, no solo perdonó a sus captores, sino que les agradeció por haberlo hecho, ya que de otro modo no hubiera sido cristiana ni religiosa.
Conoce más de su historia con este video.
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