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Referencias Bíblicas
• Mark 3:31-35
• Obispo Robert Barron

 

Amigos, en el Evangelio de hoy Jesús identifica como madre y hermanos a quienes hacen la voluntad de Dios. 

La actitud adecuada en presencia del Dios salvador es obediencia y consentimiento, imitando Sus acciones, respondiendo a Sus mandamientos, haciendo lo que Él nos diga. Vivir la buena vida no es finalmente una cuestión de autonomía sino de obedecer mandamientos: “Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en Mi amor, como Yo cumplí los mandamientos de Mi Padre y permanezco en Su amor”. 

Ahora bien, escuchar los mandamientos está estrechamente relacionado con el amor de Aquél que los imparte, y dado que el amor no es otra cosa que querer el bien del otro, la obediencia sobre la que Jesús habla es una sumisión a Aquél que quiere enormemente todo lo mejor para el sometido. 

Cuando, a través de la fe, vemos cada momento y criatura como un ingrediente del plan divino, vivimos en sumisión gozosa y con una sensación de asombro. ¿Qué está haciendo ahora Dios por mí? ¿Qué camino me está abriendo? ¿Por qué justo ahora Dios me envía esa persona, esa prueba, ese placer?

 

 

Tomás de Aquino, Santo

Memoria litúrgica, 28 de enero

Por: P. Ángel Amo
Fuente: Catholic.net
Presbítero y Doctor de la Iglesia

Martirologio Romano: Memoria de santo Tomás de Aquino, presbítero de la Orden de Predicadores y doctor de la Iglesia, que, dotado de gran inteligencia, con sus discursos y escritos comunicó a los demás una extraordinaria sabiduría. Llamado a participar en el Concilio Ecuménico II de Lyon por el papa beato Gregorio X, falleció durante el viaje en el monasterio de Fossanova, en el Lacio, el día siete de marzo, y muchos años después, en este día, sus restos fueron trasladados a Toulouse, en Francia (1274).

Fecha de canonización: 18 de julio de 1323 por el Papa Juan XXII

Breve Biografía

Nació hacia el año 1225, de la familia de los condes de Aquino. Estudió primero en el monasterio de Montecassino, luego en Nápoles.



A los 18 años, contra la voluntad del padre y hasta perseguido por los hermanos que querían secuestrarlo, ingresó en la Orden de Predicadores, y completó su formación en Colonia donde tuvo por Maestro a San Alberto Magno, y después en París. Mientras estudiaba en esta ciudad se convirtió de estudiante en profesor de filosofía y teología. Después enseñó en Orvieto, Roma y Nápoles.



Suave y silencioso (en París lo apodaron «el buey mudo»), gordo, contemplativo y devoto, respetuoso de todos y por todos amado, Tomás era ante todo un intelectual. Continuamente dedicado a los estudios hasta el punto de perder fácilmente la noción del tiempo y del lugar: durante una travesía por el mar, ni siquiera se dio cuenta de la terrible borrasca y el fuerte movimiento de la nave por el choque de las olas, tan embebido estaba en la lectura. Pero no eran lecturas estériles ni fin en sí mismas. Su lema, «contemplata aliis tradere», o sea, hacer partícipes a los demás de lo que él reflexionaba, se convirtió en una mole de libros que es algo prodigioso, más si se tiene en cuenta que murió a los 48 años.



 

En efecto, murió en la madrugada del 7 de marzo de 1274, en el monasterio cisterciense de Fossanova, mientras se dirigía al concilio de Lyon, convocado por el B. Gregorio X. Su obra más famosa es la Summa theologiae, de estilo sencillo y preciso, de una claridad cristiana, con una capacidad extraordinaria de síntesis. Cuando Juan XXII lo canonizó, en 1323, y algunos objetaban que Tomás no había realizado grandes prodigios ni en vida ni después de muerto, el Papa contestó con una famosa frase: «Cuantas proposiciones teológicas escribió, tantos milagros realizó».



El primado de la inteligencia, la clave de toda la obra teológica y filosófica del Doctor Angélico (como se lo llamó después del siglo XV), no era un intelectualismo abstracto, fin en sí mismo. La inteligencia estaba condicionada por el amor y condicionaba al amor. «Luz intelectual llena de amor – amor de lo verdadero pleno de alegría» -cantó Dante, que tradujo en poesía el concepto tomístico de inteligencia – bienaventuranza.



 

El pensamiento de Santo Tomás ha sido durante siglos la base de los estudios filosóficos y teológicos de los seminaristas, y gracias a León XIII y a Jacques Maritain ha vuelto a florecer en nuestros tiempos. Y tal vez particularmente actuales, más que las grandes Summae, son precisamente los Opúsculos teológico -pastorales y los Opúsculos espirituales.



Oración de San Tomás de Aquino



Aquí me llego, todopoderoso y eterno Dios, al sacramento de vuestro unigénito Hijo mi Señor Jesucristo, como enfermo al médico de la vida, como manchado a la fuente de misericordias, como ciego a la luz de la claridad eterna, como pobre y desvalido al Señor de los cielos y tierra.

Ruego, pues, a vuestra infinita bondad y misericordia, tengáis por bien sanar mi enfermedad, limpiar mi suciedad, alumbrar mi ceguedad, enriquecer mi pobreza y vestir mi desnudez, para que así pueda yo recibir el Pan de los Angeles, al Rey de los Reyes, al Señor de los señores, con tanta reverencia y humildad, con tanta contrición y devoción, con tal fe y tal pureza, y con tal propósito e intención, cual conviene para la salud de mi alma.

Dame, Señor, que reciba yo, no sólo el sacramento del Sacratísimo Cuerpo y Sangre, sino también la virtud y gracia del sacramento ¡Oh benignísimo Dios!, concededme que albergue yo en mi corazón de tal modo el Cuerpo de vuestro unigénito Hijo, nuestro Señor Jesucristo, Cuerpo adorable que tomó de la Virgen María, que merezca incorporarme a su Cuerpo místico, y contarme como a uno de sus miembros.

¡Oh piadosísimo Padre!, otorgadme que este unigénito Hijo vuestro, al cual deseo ahora recibir encubierto y debajo del velo en esta vida, merezca yo verle para siempre, descubierto y sin velo, en la otra. El cual con Vos vive y reina en unidad del Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

Un ideal que nos hermana

Santo Evangelio según san Marcos 3, 31-35.

 

 

Martes III del Tiempo Ordinario
Por: Javier Castellanos LC
Fuente: somosrc.mx

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.


Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!



Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)



 

María, Madre mía, me pongo a pensar en que me miras todo el tiempo para protegerme con tu abrazo maternal; dejo a esta experiencia conmover mi corazón y me viene un destello de gratitud. ¡Qué bueno es Dios con nosotros, que nos regaló una Madre así! Si temo, aunque tema lo que tema, te tengo a ti. Gracias, Dios mío. Gracias, Madre.



Evangelio del día (para orientar tu meditación)


Del santo Evangelio según san Marcos 3, 31-35



En aquel tiempo, llegaron a donde estaba Jesús, su madre y sus parientes; se quedaron fuera y lo mandaron llamar. En torno a él estaba sentada una multitud, cuando le dijeron: “Ahí fuera están tu madre y tus hermanos, que te buscan”. Él les respondió: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?” Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: “Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre”.



Palabra del Señor



Medita lo que Dios te dice en el Evangelio



Hace poco más de un mes estábamos por celebrar la Navidad. Ahora parece que Jesús ha «madurado» demasiado rápido: tan metido en su «misión» que vive lejos de su familia. Ni siquiera María, su mamá, puede pasar un rato a solas con Él…

 



Cristo, en realidad, ha crecido en el amor a sus parientes. Más aún, está reconociendo la verdadera grandeza de María, aquello que une con más fuerza a los dos: el «Hágase en mí según tu palabra». ¿Cómo fue posible el nacimiento de Jesús? ¿Acaso no fue por la apertura de María a la voluntad de Dios? Por eso Cristo hoy quiere enseñar este doble nivel: existe un parentesco del cuerpo y de la sangre, pero hay algo más, una relación aún más profunda, que une los corazones. Esta conexión de espíritu sólo se da cuando dos almas tienen el mismo ideal: cumplir la voluntad de Dios.



Podemos pensar que cuando cumplimos la voluntad de Dios nos apartamos de los seres queridos. Por ejemplo, cuando un hijo o una hija se van de casa para adoptar la vida consagrada o sacerdotal. O bien, cuando hay compromisos de oración, de misa dominical, y debemos ausentarnos de actividades con los amigos. No hay nada más equivocado. Seguir la propia vocación, vivir compromisos de piedad nos fortalece como hijos de Dios, y sólo un hijo puede ser auténtico hermano.



Hay, además, una última lección en este Evangelio, la más importante de todas. Si buscamos realizar lo que Dios nos pide, estamos viviendo realmente como hermanos de Cristo que somos por el bautismo. El mundo dirá al vernos: «ése es hermano de Cristo, ¡se parece tanto a Él!». O, mejor todavía, ¡cuánta alegría le daremos a nuestra madre, María! ¡Ver que todos sus hijos nos parecemos a ella, al Hijo Mayor! Vivamos cada día con esta ilusión y este propósito: ser mejores hermanos de Cristo.



 

 

«María nos acompaña en este camino, indicando al Hijo que irradia la misericordia misma del Padre. Ella es en verdad la Odigitria, la Madre que muestra el camino que estamos llamados a recorrer para ser verdaderos discípulos de Jesús. En cada misterio del Rosario la sentimos cercana a nosotros y la contemplamos como la primera discípula de su Hijo, la que cumple la voluntad del Padre. La oración del Rosario no nos aleja de las preocupaciones de la vida; por el contrario, nos pide encarnarnos en la historia de todos los días para saber reconocer en medio de nosotros los signos de la presencia de Cristo. Cada vez que contemplamos un momento, un misterio de la vida de Cristo, estamos invitados a comprender de qué modo Dios entra en nuestra vida, para luego acogerlo y seguirlo. Descubrimos así el camino que nos lleva a seguir a Cristo en el servicio a los hermanos».
(Homilía de S.S. Francisco, 8 de octubre de 2016).



Diálogo con Cristo



Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.



Propósito



Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.



Rezaré, al menos, un misterio del rosario en algún momento del día, pidiendo que se cumpla la voluntad de Dios en mí y en cada uno de mis familiares.



Despedida



¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

 

 

Diez datos divertidos sobre santo Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino fue un hombre de Dios muy humano y tuvo detalles curiosos que lo hacen más cercano a nosotros, aquí te contamos unos cuantos

 

 

 

El 28 de enero es la fiesta de este gran santo y Doctor de la Iglesia, el patrón de los estudiantes y las escuelas católicas. Santo Tomás de Aquino es uno de los filósofos y teólogos más brillantes de toda la historia de la Iglesia católica.

Quizás debido a su reputación de pesado intelectual, tal vez nos parezca un poco intimidante. ¿De verdad puedo identificarme con un santo medieval que se pasó la vida sumergido en libros y en la enseñanza? ¡Pues sí!

Tomás fue un santo muy humano, alguien que puede ser un gran modelo para nosotros de muchas formas diferentes. Tomás, que físicamente era un hombre corpulento, era un gigantón amable, conocido por su humildad y su bondad hacia los demás.

Aquí algunas divertidas curiosidades sobre él:

1 Nació y se crio en un castillo

 

Tomás pertenecía a una familia pudiente de Roccasecca, Italia. Tenía tres hermanos y cinco hermanas.

2 Durante toda su vida le aterrorizaron las tormentas

Probablemente porque, teniendo él unos dos años, su hermana bebé murió tras caerle un rayo mientras ambos dormían la siesta en la misma habitación. Más adelante en su vida, Tomás siempre llevaba un reliquia de santa Inés y le rezaba por protección durante las tormentas.

3 fue enviado a estudiar al famoso monasterio de Montecassino

Permaneció allí hasta pasada la adolescencia y probablemente se convirtió en oblato benedictino. Allí, Tomás pudo aprender de los escritos espirituales de san Juan Casiano, que atesoró durante toda su vida.

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4 Se escapó de casa para seguir su vocación dominica

Su familia no se habría opuesto a que permaneciera en Montecassino, con vistas a convertirse en abad. Pero no podían entender por qué Tomás quería hacerse dominico.

Para ellos era un escalón abajo en el mundo, ya que los dominicos eran predicadores itinerantes e iban por ahí pidiendo limosna. Intentaron persuadirle para que abandonara esa idea, pero no funcionó.

5 Era obstinado

Cuando su familia descubrió que se había unido a los dominicos, un grupo de soldados liderado por su hermano Rinaldo capturó a Tomás y lo llevó de vuelta a casa.

Se pasó casi un año bajo una especie de arresto domiciliario mientras su familia intentaba persuadirle de que renunciara a su sueño. No lo hizo.

6 Le llamaban “buey mudo”

Visión de Santo Tomás de Aquino (1593) por Santi di Tito.

A menudo se malinterpreta la expresión como “buey tonto”, pero sus estudiantes no se referían a que no fuera inteligente. Le llamaban así porque era muy silencioso y no hablaba mucho.

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7 Tenía una letra terrible

Su escritura era tan mala que en latín la llamaban littera inintelligibilis. Así que, si alguna vez te han criticado tu letra, sé fuerte, ¡eres como Aquino!

8 Podía dictarle a dos o tres asistentes a la vez

Su letra no importaba porque -normalmente- dictaba a sus asistentes. Aunque parezca increíble, está bien documentado que Tomás podía dictar a varios de ellos al mismo tiempo. Podía pensar mucho más rápido de lo que podía escribir.

9 Nunca criticaba a las personas; solamente a las ideas

Lo más cerca que estuvo de criticar a alguien en sus escritos fue cuando calificó de stultissimus la opinión de un tal David de Dinant, algo que podríamos traducir libremente como “¡vaya estupidez de idea!” Pero era la idea lo que criticaba, no a David.

10 Era extremadamente humilde y sometió toda su obra para valoración de la Iglesia

Poco antes de morir, expresó: “He enseñado y escrito mucho (…). Todas las enseñanzas que escribí manifiestan mi fe en Jesucristo y en la Santa Iglesia católica, a cuyo juicio las ofrezco y someto todas”.

Conoce 5 remedios de Santo Tomás de Aquino para combatir la tristeza:

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